Italia y Portugal rechazan partidas de carne de jabal¨ª espa?ola contaminada por el plomo usado en su caza
Espa?a exporta el 90% de la carne que abaten los cazadores. Los expertos alertan de los posibles problemas de salud derivados del metal pesado utilizado en la munici¨®n para los consumidores habituales. Menos del 5% de la poblaci¨®n consume con frecuencia semanal
Las autoridades de Italia y Portugal han rechazado en los ¨²ltimos meses partidas de productos con carne de caza de jabal¨ª procedente de Espa?a debido a los elevados niveles de plomo detectados. La cantidad de este metal pesado, procedente de la munici¨®n utilizada para abatir a los animales, superaba en un caso m¨¢s de 100 veces los niveles m¨¢ximos permitidos, seg¨²n los sistemas de alerta de la Uni¨®n Europea. La Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha abierto investigaciones por este caso y por otro reciente.
¡°La contaminaci¨®n de la carne de caza por el plomo de la munici¨®n es un viejo problema que puede tener importantes riesgos para la salud de los consumidores. El plomo es un metal pesado que se acumula en los tejidos y afecta al neurodesarrollo de los ni?os. En los adultos, causa tambi¨¦n problemas cardiovasculares y renales, entre otros. Como su efecto es acumulativo, puede argumentarse que un consumo puntual puede no suponer un gran riesgo. Pero hay que tener en cuenta que se suma a las otras fuentes de exposici¨®n que tenemos al plomo, como las ambientales. El riesgo puede ser mayor para los propios cazadores y sus familias, consumidores habituales¡±, explica Antonio Juan Garc¨ªa Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico en Toxicolog¨ªa de la Universidad de Murcia.
Este experto es coautor de un estudio titulado Riesgos T¨®xicos de la Munici¨®n de Plomo y sus Alternativas en la Actividad Cineg¨¦tica, publicado en 2019, en el que explica que ¡°cualquier otro tipo de munici¨®n de plomo se fragmenta tras el impacto del proyectil, resultando en una dispersi¨®n de plomo en los tejidos del animal abatido¡±. El documento alerta de algunos riesgos: ¡°Existe la creencia de que estos fragmentos se pueden retirar y ser as¨ª descartados de la canal del animal abatido. Sin embargo, esto solo ser¨ªa v¨¢lido para fragmentos relativamente grandes que pueden ser detectados. Pero la realidad es otra, ya que ha sido demostrado que los fragmentos de plomo se dispersan en forma de peque?as part¨ªculas microsc¨®picas (en ocasiones nanopart¨ªculas) por los tejidos; no siendo posible su retirada completa de la canal¡±.
El Sistema de Alerta R¨¢pida para Alimentos y Piensos de la Uni¨®n Europea (RASFF, en sus siglas en ingl¨¦s) recoge un primer incidente notificado el pasado 8 de noviembre por las autoridades portuguesas con ¡°filetes de carn¨¦ de jabal¨ª¡± en los que fueron detectados niveles superiores a 11 miligramos de plomo por kilo de producto. Esto, seg¨²n la propia alerta, supera en 110 veces ¡°los niveles m¨¢ximos autorizados¡±, que son de 0,10 miligramos por kilo. El segundo caso fue notificado por Italia al RASFF el pasado 5 de diciembre. En este caso, el producto afectado eran ¡°recortes de carne de jabal¨ª¡± y los niveles encontrados triplicaban los m¨¢ximos autorizados.
La Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria ha abierto sendas investigaciones tras recibir las notificaciones, que han terminado en las ¨²ltimas semanas. En respuesta por escrito a EL PA?S, este organismo confirma que las notificaciones recibidas de Italia y Portugal ¡°fueron trasladadas a las autoridades competentes de la comunidad aut¨®noma [que no ha sido hecha p¨²blica] donde se ubica el establecimiento del que proced¨ªa la carne para que se asegurasen de que toda la carne del mismo lote se retirase del mercado¡±.
Las investigaciones confirmaron que el plomo que caus¨® la contaminaci¨®n proced¨ªa de la munici¨®n utilizada durante la caza de los jabal¨ªes afectados, seg¨²n la AESAN.
La Asociaci¨®n Interprofesional de la Carne de Caza (Asiccaza) defiende la seguridad de sus productos. ¡°En las salas de tratamiento de las canales se utilizan detectores de metales y se extreman todos los controles que aseguran que los productos elaborados son de una excelente calidad¡±, explica un portavoz. Sin entrar en m¨¢s detalles del caso concreto, la patronal del sector afirma que ¡°la contaminaci¨®n por plomo puede producirse de forma natural por la exposici¨®n ambiental de los animales en lugares donde, por ejemplo, hay antiguas minas o dep¨®sitos de este metal. Pero esto afecta a todo el ecosistema, no solo a los jabal¨ªes¡±.
Espa?a es un importante pa¨ªs productor de carne de caza, aunque no es una gran consumidora y exporta el 90% de los animales. Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles en la p¨¢gina web de Asicazza, en la temporada 2017-18 fueron abatidos en Espa?a un casi 650.000 piezas de caza mayor, con un valor de mercado de su carne de 57,1 millones de euros, y siendo los jabal¨ªes (355.000 piezas) y ciervos (182.000) los m¨¢s cazados.
Seg¨²n un estudio encargado por la asociaci¨®n, tres de cada cuatro espa?oles nunca comen carne de caza. El 19,6% lo hace alguna vez al mes y el 4,6% semanalmente. La AESAN public¨® hace ya una d¨¦cada un informe de su comit¨¦ cient¨ªfico sobre ¡°el riesgo asociado a la presencia de plomo en carne de caza silvestre en Espa?a¡±. Tras revisar todas las publicaciones y evidencia sobre el problema, el comit¨¦ concluy¨® que ¡°las piezas de caza mayor y menor silvestre analizadas en Espa?a muestran un contenido medio de plomo superior a los l¨ªmites m¨¢ximos establecidos en la UE para carnes y despojos en general¡±. En este sentido, sin embargo, hay que tener en cuenta que no existen l¨ªmites espec¨ªficos para la carne de caza y que esta es mucho menos consumida por la pr¨¢ctica totalidad de la poblaci¨®n que la carne procedente de la ganader¨ªa.
Pese a ello, la AESAN desaconsejaba el consumo de carne de caza en ¡°ni?os menores de seis a?os, mujeres embarazadas y mujeres que planeen quedarse embarazadas, [...] dado que los fragmentos de plomo no pueden eliminarse con total seguridad¡±. En adultos, la recomendaci¨®n es un consumo m¨¢ximo de una raci¨®n a la semana (unos 150 gramos).
Aunque el impacto negativo del plomo procedente de la caza sobre la salud de algunos consumidores es aceptado por expertos y administraciones, no existen estudios epidemiol¨®gicos completos en Espa?a que pongan cifras precisas a la magnitud del problema. En buena parte esto se debe a que no siempre llega a determinarse el origen de los trastornos que causa y a la dificultad para discernir el origen concreto del plomo que una persona ha ido acumulando a lo largo de la vida (la gasolina con plomo, por ejemplo, no fue prohibida en Espa?a hasta 2001).
El documento de la AESAN propone ¡°promover, en la medida de lo posible, la limitaci¨®n en el uso de munici¨®n de plomo a favor de otras alternativas disponibles¡± con munici¨®n de otros metales, como el acero, el cobre o algunas aleaciones. ¡°Esto es algo que ya se ha hecho en algunas zonas h¨²medas especialmente protegidas por los problemas de contaminaci¨®n sobre el medio ambiente que causaban los perdigones. Pero, lamentablemente, no se ha extendido al resto del territorio¡±, censura Garc¨ªa Fern¨¢ndez.
Manuel Gallardo, presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de Caza, apunta al enorme impacto econ¨®mico que supondr¨ªa este cambio de metales en relaci¨®n a un problema que no se percibe como importante. M¨¢s all¨¢ de los casos ahora ocurridos en Italia y Portugal, ¡°no existe una alarma de contaminaci¨®n de alimentos a causa de la munici¨®n y esto, sumado a que no haya alternativas viables a la munici¨®n de plomo, hace que no se tomen determinadas decisiones, que provocar¨ªan perdidas millonarias en la Uni¨®n Europea¡±, defiende.
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