Sanidad quiere poner cerco a los tranquilizantes: se toman en exceso y se cronifican
El ministerio prepara una gu¨ªa para racionalizar el uso de los psicof¨¢rmacos y disminuir ¡°la medicalizaci¨®n de los problemas sociales¡±
Desde principios de este siglo, en Espa?a se ha triplicado el consumo de antidepresivos por habitante, mientras se han duplicado el de ansiol¨ªticos, hipn¨®ticos y sedantes (datos de la OCDE). Son f¨¢rmacos que no parecen estar curando los problemas de salud mental, que no hacen m¨¢s que aumentar, seg¨²n distintas m¨¦tricas. Algo falla. En el mundo sanitario est¨¢ m¨¢s que asumido que se prescriben con demasiada alegr¨ªa, y se cronifican: normalmente no deber¨ªan tomarse m¨¢s de unas semanas y a menudo se usan por a?os, o de por vida. El Ministerio de Sanidad quiere acabar con este problema de salud p¨²blica y anunci¨® que crear¨¢ una gu¨ªa de prescripci¨®n de psicof¨¢rmacos para racionalizar su utilizaci¨®n.
El diagn¨®stico de Sanidad es compartido por varios profesionales consultados: se est¨¢ medicalizando el sufrimiento, se trata de solucionar con p¨ªldoras lo que son dificultades sociales, es m¨¢s f¨¢cil recetar una medicina que atacar un problema de fondo. ¡°Los malestares externos no se curan con una pastilla¡±, resum¨ªa la ministra M¨®nica Garc¨ªa en la presentaci¨®n del Comisionado para la Salud Mental.
Esta iniciativa, aunque no es vista con malos ojos por muchos profesionales, s¨ª se les antoja ¡°insuficiente¡± a algunas sociedades cient¨ªficas. Y ha causado cierto revuelo porque desde algunos sectores de la psiquiatr¨ªa consideran que se puede estar estigmatizando el uso de f¨¢rmacos. El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha salido al paso de esas cr¨ªticas este domingo: ¡°Desde hace meses hay una din¨¢mica continuada por parte de ese sector consistente en relativizar el rol de los determinantes sociales de salud en el sufrimiento ps¨ªquico y caricaturizar las posturas que analizan y abordan el sufrimiento ps¨ªquico desde un marco de determinantes sociales de salud¡±.
Este es uno de los focos principales del ministerio. ¡°No podemos seguir priorizando jornadas extenuantes a costa del sufrimiento ps¨ªquico de los trabajadores y trabajadoras. Espa?a no puede seguir liderando el consumo de ansiol¨ªticos y antidepresivos¡±, continuaba Garc¨ªa, cuyo departamento tambi¨¦n pretende ¡°monitorizar el bienestar de los trabajadores en las empresas¡± a trav¨¦s del Sistema de Vigilancia Epidemiol¨®gica, para lo que se notificar¨¢n las sospechas de sufrimiento ps¨ªquico que tenga origen laboral. Todav¨ªa hay pocos detalles de c¨®mo funcionar¨¢ este procedimiento.
Ese liderazgo que menciona Garc¨ªa se respalda con varios datos publicados por la OCDE: en 2022 (¨²ltimas estad¨ªsticas disponibles) se consum¨ªan en Espa?a 60 dosis de ansiol¨ªticos diarias por 1.000 habitantes, solo por detr¨¢s de Portugal (85). En Italia, por ejemplo, solo dos. En antidepresivos, Espa?a ocupa el quinto puesto de la clasificaci¨®n (98 dosis por 1.000 habitantes), detr¨¢s de Islandia (157), Portugal (150), Canad¨¢ (134) y Suecia (114). Si se habla concretamente de benzodiacepinas (que son los tranquilizantes m¨¢s usados), la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes sit¨²a a Espa?a en segunda posici¨®n con respecto a su consumo il¨ªcito, solo por detr¨¢s de Bosnia-Herzegovina. Y estos n¨²meros, est¨¢n en crecimiento. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta sobre alcohol y otras drogas (Edades, 2023), casi un 10% hab¨ªa consumido alguno de estos f¨¢rmacos en los 30 d¨ªas previos al sondeo, cuando en 2005 no llegaban al 4%.
Como explica el catedr¨¢tico en farmacolog¨ªa Joan-Ramon Laporte en su reciente libro Cr¨®nica de una sociedad intoxicada (Pen¨ªnsula), ¡°estas diferencias no parecen ser debidas a la cantidad de gente que tiene ansiedad o insomnio de un pa¨ªs a otro, sino a diferentes h¨¢bitos de prescripci¨®n de los m¨¦dicos, del sistema sanitario y del conjunto de la sociedad¡±.
El consumo de estas sustancias no es inocuo. ¡°Enturbian la atenci¨®n a los est¨ªmulos ambientales y afectan a las habilidades motoras. Por eso, no es de extra?ar que sus consumidores tengan m¨¢s accidentes dom¨¦sticos de ca¨ªdas, fracturas ¨®seas y accidentes de tr¨¢fico¡±, contin¨²a Laporte. Como los mayores consumidores son personas de edad avanzada (especialmente mujeres), estos percances pueden acabar en graves problemas de salud, incluso la muerte.
Un problema profundo
El problema es demasiado profundo para que se solucione con una gu¨ªa. Ver¨®nica Olmo, coordinadora del grupo de trabajo de Salud Mental de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria (Semergen), considera que es un paso, que ¡°nunca est¨¢ de m¨¢s¡±, pero que la receta de psicof¨¢rmacos en las consultas de atenci¨®n primaria, que es donde radica fundamentalmente el problema, no se debe al desconocimiento de los m¨¦dicos, sino a la falta de recursos.
¡°Tenemos poco tiempo para atender a los pacientes ¨Ddice Olmo¨D, y muchas veces las causas de los trastornos son de origen social. Esto se mezcla que en parte de la poblaci¨®n hay muy poca capacidad de frustraci¨®n, impera la necesidad de solucionar todo con inmediatez. Ante la presi¨®n de los pacientes, que lo pasan mal, cuando no tienes recursos sociales, de psic¨®logos u otras alternativas, acabas prescribiendo f¨¢rmacos que quiz¨¢s no deber¨ªan usarse en esas circunstancias. Se medicalizan situaciones de la vida diaria que producen sufrimiento, pero es que ese sufrimiento es parte de la vida. No siempre podemos ser felices, hay momentos malos¡±.
Javier Urra, doctor en psicolog¨ªa, pedagogo y terapeuta, tiene una visi¨®n similar. Considera que puede ser ¨²til una gu¨ªa como la que propone el ministerio, que explique las ventajas e inconvenientes de la medicaci¨®n, pero que evite ¡°la idea del hechicero¡±, que es en su opini¨®n la creencia de que te ¡°tomas una pastilla y est¨¢s bien¡±. Para explicar la utilidad de los psicof¨¢rmacos, Urra pone el ejemplo de f¨¢rmacos para otras dolencias que no tienen que ver con la salud mental: ¡°A lo mejor tienes un problema de rodilla, te tomas un analg¨¦sico y te duele menos, pero el problema de fondo no se soluciona, contin¨²a. La medicaci¨®n tiene que ser administrada con prudencia y limitaci¨®n en el tiempo, el problema es que se cronifica muy a menudo¡±.
Con los psicof¨¢rmacos deber¨ªa ser algo parecido. En un problema agudo de salud mental, contin¨²a Urra, pueden ser de mucha ayuda, pero solo sirven para amortiguar un golpe si se trata y se soluciona el problema que hay de fondo.
Las cr¨ªticas m¨¢s duras provienen desde algunos sectores prestigiosos en el mundo de la psiquiatr¨ªa. Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del Hospital Gregorio Mara?¨®n, comparte que se recetan demasiados psicof¨¢rmacos, pero cree que lo mismo sucede con otros medicamentos: ¡°Los f¨¢rmacos son mucho m¨¢s f¨¢ciles de poner que de quitar. Sobre todo en personas mayores. ?Por qu¨¦ una gu¨ªa para desprescripci¨®n de psicof¨¢rmacos y no de otros? ?Los m¨¦dicos de cabecera los recetan peor?¡±, se pregunta.
Arango cree que el mensaje que est¨¢ dando el ministerio puede ser peligroso y estigmatizante para las personas con problemas graves de salud mental. ¡°Espero que las personas con problemas graves de salud mental no reciban el mensaje de que tienen que dejar de tomar sus medicamentos¡±, dice el psiquiatra, quien defiende para estos pacientes (que son los que tratan en su especialidad) el uso de f¨¢rmacos, ya que ¡°son eficaces, costoefectivos y salvan vidas¡±.
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