La comisionada de Salud Mental: ¡°Los j¨®venes de hoy son nativos medicalizados, hablan de su malestar en lenguaje m¨¦dico¡±
La psiquiatra Bel¨¦n Gonz¨¢lez estrena un nuevo puesto en el Ministerio de Sanidad que tiene como finalidad incidir en las pol¨ªticas del Gobierno para rebajar el sufrimiento de la sociedad
La psiquiatra Bel¨¦n Gonz¨¢lez (Yeste, 34 a?os) es la primera comisionada para la Salud Mental, un nuevo cargo que el Ministerio de Sanidad cre¨® hace un mes para abordar los malestares cada vez m¨¢s frecuentes (o, al menos, m¨¢s visibles) en la sociedad. En estas semanas est¨¢ definiendo su proyecto, que se centra en pol¨ªticas estructurales que eviten el sufrimiento de los ciudadanos antes de que tengan que llegar a una consulta m¨¦dica. Con limitadas competencias en lo asistencial (en manos de las comunidades aut¨®nomas), su prioridad en este ¨¢mbito es mejorar las redes que tratan a los enfermos mentales graves, que ¡°no est¨¢n siendo atendidos como merecer¨ªan¡±.
Pregunta. El ministerio tiene la competencia de convocar las plazas de formaci¨®n de psic¨®logos cl¨ªnicos o psiquiatras, ?quieren ampliar su n¨²mero?
Respuesta. S¨ª, hay intenci¨®n de ampliar las plazas de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica y Psiquiatr¨ªa, pero son las comunidades las que tienen que formar a esos profesionales, mantenerlos y darles condiciones laborales tolerables.
P. Espa?a est¨¢ muy por debajo de la Uni¨®n Europea, tanto en n¨²mero de psic¨®logos cl¨ªnicos como de psiquiatras. ?La idea es alcanzar esta media?
R. No tenemos un n¨²mero, pero desde luego s¨ª que las queremos ampliar, sobre todo en lo que hay m¨¢s diferencia con la UE, que son los psic¨®logos cl¨ªnicos. Pero tambi¨¦n entendemos que la salud mental de la poblaci¨®n no solamente se resuelve poniendo m¨¢s psic¨®logos y psiquiatras, ni siquiera poniendo m¨¢s del resto de profesiones que son imprescindibles en la atenci¨®n a la salud mental y que se nos suelen olvidar, como educadores sociales, terapeutas ocupacionales, enfermeros... Lo que queremos es poder dar una respuesta al sufrimiento ps¨ªquico que no se base en paliar el dolor cuando ya llega a la consulta. Por ejemplo, pol¨ªticas de trabajo, de educaci¨®n, de infancia. El grueso del sufrimiento ahora mismo tiene que ver con las condiciones de vida.
P. Menciona educaci¨®n, juventud, trabajo¡ ?est¨¢ ya hablando con los respectivos ministerios para implementar pol¨ªticas?
R. Estamos estableciendo l¨ªneas de trabajo. Pero la sociedad ha enunciado un problema que tiene que ver con el sufrimiento: ¡°Lo estamos pasando mal¡±. Y esto se est¨¢ expresando en t¨¦rminos medicalizados. ¡°Tenemos ansiedad, tenemos depresi¨®n. No quiero seguir viviendo¡±. ?Por qu¨¦? Porque este lenguaje es el que legitima el sufrimiento. Tanto es as¨ª que ahora mismo, para que te den una baja, para poder descansar de tu trabajo, la ¨²nica manera es que te la d¨¦ el m¨¦dico de familia. Tienes que ir con una demanda sanitaria. Hemos convertido un sufrimiento global a un lenguaje sanitario. La tarea del comisionado es revertir esto, traducirlo a medidas pol¨ªticas. ?Por qu¨¦ hay tanta depresi¨®n en ciertas actividades laborales o en ciertas empresas? Si el 10% o el 20% de una plantilla est¨¢ de baja por depresi¨®n no es un problema de salud mental, eso es laboral. Ah¨ª hay que hacer pol¨ªticas de trabajo y trabajar por unos empleos m¨¢s justos y m¨¢s dignos. Tenemos que entender con qu¨¦ tiene que ver el sufrimiento: con que no tienen perspectivas de futuro, con que las laborales son nefastas, con una situaci¨®n de desesperanza por una crisis clim¨¢tica que no se est¨¢ manejando de la forma y con la urgencia con la que se deber¨ªa manejar, con que estamos viendo televisado un genocidio que no estamos abordando de la forma en la que nos gustar¨ªa y nos hace sentir impotentes. Si tiene que ver con todo esto, tenemos que tomar medidas que vayan a solucionar esas cuestiones, no recetar f¨¢rmacos o no hacer psicoterapia para poder tolerar mejor situaciones que son intolerables y que se tienen que cambiar.
P. ?No son cambios sociales muy ambiciosos para un comisionado de un ministerio?
R. No va a cambiar todo eso. Ojal¨¢. El comisionado no tiene potencia para cambiar todo eso. Pero s¨ª que tiene para poder se?alarlo, para mirar hacia las causas del malestar: si es la vivienda o el trabajo, y pedirle responsabilidades a aquellos que puedan solucionar ese sufrimiento.
P. ?Me puede decir alguna medida concreta?
R. Trabajo ya inici¨® una l¨ªnea sobre la precariedad laboral y salud mental. Ya estamos trabajando para que podamos acceder a trabajos m¨¢s decentes que provoquen mucho menos sufrimiento.
P. Mencionaba las bajas laborales, ?barajan de alguna forma que se puedan coger fuera del ¨¢mbito cl¨ªnico?
R. No s¨¦ si podr¨ªamos llegar ah¨ª. Ser¨ªa una idea bonita no tener que justificar desde otro lugar que no sea solamente el de la enfermedad. Lo que creo que es importante se?alar que no solo los sanitarios pueden cambiar las cosas. Nos interesamos much¨ªsimo por la salud mental de los j¨®venes, pero luego tiran una sopa de tomate a un cuadro que tiene un cristal y lo calificamos de terrorismo. No, hombre. No les podemos dejar la ¨²nica v¨ªa de expresi¨®n a trav¨¦s de lo sanitario, porque al final lo que van a hacer es sentirse enfermos. Si no pueden protestar de otra manera, si no pueden expresar su malestar de otra manera, lo van a hacer por la v¨ªa que existe y es la v¨ªa sanitaria. Estamos medicalizando problemas sociales.
P. ?Hay personas que piensan que tienen una enfermedad mental cuando realmente simplemente est¨¢n sufriendo?
R. S¨ª, creo que recurrimos en exceso a lo sanitario, pero insisto, porque muchas veces no hay respuesta de otro lugar. Antes los malestares se recog¨ªan dentro de la comunidad, de los barrios, de las familias, de los espacios laborales; ahora ya no se puede. Estamos con una filosof¨ªa tan individualista, de tal productividad, que todos los esfuerzos van dirigidos a la producci¨®n y a la rentabilidad y no a la relaci¨®n con el otro. Adem¨¢s, con la incorporaci¨®n pr¨¢cticamente absoluta de la mujer al mundo laboral remunerado, lo que ha ocurrido es que los espacios comunitarios que estaban sostenidos principalmente por las mujeres se est¨¢n cayendo a trozos. Cuando vamos a buscar consuelo, acompa?amiento, comprensi¨®n y vamos a buscar lucha con el resto de la comunidad, encontramos que no hay comunidad, y lo que hacemos es ir al m¨¦dico.
P. Los j¨®venes han roto el tab¨² de hablar de salud mental.
R. Hablan de la salud mental como hablan de las VPN [redes virtuales para conectarse a internet de forma an¨®nima]. Es decir, los j¨®venes de hoy, igual que son nativos tecnol¨®gicos, son nativos medicalizados: el lenguaje que emplean para referirse a su malestar es el m¨¦dico. Pero esto no se lo han inventado ellos. Es el lenguaje que se les ha proporcionado. Cuando t¨² dices que tienes depresi¨®n, lo que ocurre es que consideras que hay un problema dentro de ti para afrontar algo y dejas de preguntarte qu¨¦ es lo que te hace ponerte mal. Como ya tienes respuesta, dejas de preguntarte qu¨¦ es lo que te pasa. Este es el problema de los diagn¨®sticos y de que los j¨®venes est¨¦n utilizando este lenguaje para nombrar su sufrimiento.
P. No solo es un lenguaje, tambi¨¦n hay muchos m¨¢s intentos de suicidios y autolesiones. ?Es parte del mismo fen¨®meno que describe?
R. Hay que tener una conversaci¨®n con ellos, preguntar qu¨¦ les est¨¢ pasando y por qu¨¦ est¨¢n haciendo esto. Las autolesiones, que es lo que estamos viendo que aparece con m¨¢s frecuencia, no siempre tienen una finalidad autol¨ªtica, muchas veces tienen la finalidad de vehicular un sufrimiento que no pueden tolerar. Adem¨¢s, ahora son mucho m¨¢s visibles. En redes sociales est¨¢ mucho m¨¢s expuesto, con lo cual somos mucho m¨¢s conscientes de ello. Lo que no podemos hacer es simplemente alarmarnos y legislar sobre ellos para que dejen de hacer eso. Esto es lo que en muchas ocasiones ha hecho la psiquiatr¨ªa: reprimir la conducta, y no es la soluci¨®n. Hay que escuchar el sufrimiento y acompa?arlo. Hay que ver el origen y resolver el origen. Preguntarle a la gente qu¨¦ le pasa, no pedirle que deje de hacer lo que est¨¢ haciendo.
P. Con respecto al suicidio, ?tienen previstas nuevas pol¨ªticas?
R. De lo que nos hemos dado cuenta es que necesitamos mejores datos. Conocemos algunos determinantes que s¨ª que influ¨ªan en un aumento de suicidios, como por ejemplo la falta de integraci¨®n en la comunidad o estar en una situaci¨®n de violencia de g¨¦nero, o incluso la asistencia poco frecuente a salud mental en trastornos mentales graves. Primero necesitamos poner medidas urgentes como las que ya se han implementado y que las comunidades aut¨®nomas est¨¢n llevando a cabo. Y, en segundo lugar, lo que s¨ª que nos compete a nosotros es mejorar la informaci¨®n sobre ello para poder hacer un mejor diagn¨®stico y un mejor abordaje del problema.
P. Se habla mucho del suicidio en j¨®venes, pero si vemos la serie hist¨®rica, hubo m¨¢s en otras ¨¦pocas. Realmente los que m¨¢s se suicidan son hombres de m¨¢s de 50 o 60 a?os. ?Tienen alg¨²n plan contra esto?
R. Tenemos un problema en c¨®mo vivimos el sufrimiento en funci¨®n de la socializaci¨®n de g¨¦nero. A los hombres se les ha socializado de una manera en la que no pueden depender de otros, sentir esa fragilidad, sentir que no van a poder tener el ¨¦xito que esperaban. Cuando no se cumplen sus expectativas, s¨ª que encontramos muy frecuentemente suicidios de varones de esas edades, porque no pueden tolerar el cambio hacia otras formas de identidad que les permitan acercarse m¨¢s, pedir ayuda, ser m¨¢s dependientes¡ Decir: ¡°Yo solo no puedo¡±.
P. En estos a?os de Gobierno de coalici¨®n, ?qu¨¦ se ha hecho bien en salud mental y qu¨¦ ha fallado?
R. Ha habido decisiones muy importantes con respecto a la salud mental. Los ERTE protegieron la salud mental de la poblaci¨®n a niveles que ninguna decisi¨®n sobre la asistencia hubiera podido hacer. La ley del solo s¨ª es s¨ª ha protegido m¨¢s la salud mental de las mujeres que sufren violencia de g¨¦nero o que est¨¢n en riesgo de sufrirla m¨¢s que cualquier intervenci¨®n dentro de lo asistencial. El comisionado no tiene que hacer pol¨ªticas de otros ministerios, pero s¨ª se?alar que hay pol¨ªticas que protegen much¨ªsimo la salud mental de las personas.
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