Una pol¨¦mica rebaja de pena a un triple agresor sexual de una menor enciende el debate de los prejuicios contra la cultura gitana
El acusado ten¨ªa 24 a?os cuando se iniciaron los hechos y la menor, 12; la Audiencia Provincial de Le¨®n considera que las relaciones fueron consentidas porque ¡°en las costumbres gitanas las ni?as se casan a partir de los 12 a?os¡±
La atenuante que la Audiencia Provincial de Le¨®n aplic¨® a un triple agresor sexual a la hora de dictar sentencia ha indignado a abogados expertos en violencia sexual contra menores. En su condena a un joven de 24 a?os por agredir sexualmente a una ni?a de 12, la Audiencia ha estimado que ten¨ªan ¡°una relaci¨®n¡± desde un a?o antes. Y, aunque considera probadas al menos tres agresiones porque tres fueron los hijos que esa menor tuvo en 2018, 2019 y 2021, valora que las relaciones fueron consentidas ya que, seg¨²n dice el fallo, ¡°en las costumbres gitanas las ni?as se casan a partir de los 12 a?os¡± y la menor, ¡°pese a su corta edad, sab¨ªa lo que eran las relaciones sexuales y sus consecuencias¡±. Algo que ha desatado las cr¨ªticas por parte de la propia comunidad gitana, que asegura que en absoluto un hecho de este tipo se corresponde con su cultura, y de numerosos juristas.
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n escribi¨® el martes un comunicado para argumentar en qu¨¦ se apoya esa rebaja de pena ¡ªde 37 a?os a ocho a?os y nueve meses¡ª, que solicit¨® la propia Fiscal¨ªa durante el juicio, modificando sus conclusiones iniciales. Esgrime que ¡°en determinados supuestos muy espec¨ªficos de relaciones sexuales mantenidas de forma totalmente consentida por parte de un joven mayor de edad y de una persona menor de 16 a?os, han rebajado la pena al acusado aplicando una atenuante anal¨®gica muy cualificada¡±. Los magistrados inciden en el consentimiento entre las partes y en jurisprudencia similar y a?aden que ¡°la sentencia de la Audiencia Provincial de Le¨®n fue dictada tras un reconocimiento de los hechos y una rebaja de pena por parte de la Fiscal¨ªa, con la que estuvieron de acuerdo el resto de las acusaciones¡±, y que ¡°por el principio acusatorio, el tribunal no pod¨ªa imponer una pena superior¡±. La sentencia, que a¨²n no es firme, puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal.
A?ade el TSJCyL en su comunicado que ¡°las relaciones antedichas fueron consentidas, ya que seg¨²n las costumbres gitanas las ni?as se casan a partir de los 12 a?os y, un a?o antes hab¨ªa empezado a tener relaciones sexuales completas, sabiendo que se pod¨ªa quedar embarazada y conociendo la repercusi¨®n directa de los actos de naturaleza sexual¡±. Recuerda adem¨¢s que el C¨®digo Penal castiga las relaciones sexuales con menores de 16 a?os ¡ªla edad del consentimiento sexual en Espa?a¡ª pero (en su art¨ªculo 183 bis) excluye la responsabilidad penal ¡°cuando el autor sea una persona pr¨®xima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez f¨ªsica y psicol¨®gica¡±.
?Qu¨¦ se considera madurez? ?Qu¨¦ diferencia de edad se puede considerar equilibrada? Violeta Assiego es abogada y activista de derechos humanos y fue directora general de derechos de la infancia y de la adolescencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de Espa?a entre mayo de 2021 y enero de 2022. Considera el fallo de la Audiencia y las explicaciones del Tribunal Superior de Justicia y Le¨®n una aberraci¨®n: ¡°La apreciaci¨®n de la atenuante es muy desafortunada, porque cuando se introdujo se hizo para valorar y contextualizar la realidad de las relaciones sexuales a edades muy tempranas, entre iguales y de si entre agresora/a, agredida/o pod¨ªa haber cierta similitud de edad y madurez. Cierta similitud es una horquilla de pocos a?os, no de 12¡å.
Y a?ade: ¡°El tema es que la sentencia de la Audiencia Provincial de Le¨®n trata de justificarse en otra pol¨¦mica sentencia [de 2022, de la Audiencia Provincial de Salamanca por un delito de violencia dom¨¦stica y de g¨¦nero y maltrato habitual], que tambi¨¦n usa esa atenuante aludiendo a la cultura gitana junto a otros elementos como la relaci¨®n entre dos personas que han tenido un noviazgo previo. Para m¨ª el desacierto es modificar una atenuante relativa a la simetr¨ªa o no en la edad para reforzar un estigma sobre la cultura gitana¡±.
Seg¨²n Assiego, se hace una interpretaci¨®n ¡°completamente arbitraria y forzada¡± para ¡°justificar que dentro de la cultura gitana estas relaciones son habituales¡±. Cree, en particular, que hay dos elementos que califica de grav¨ªsimos. El primero, que ¡°estigmatizar de esa manera la cultura gitana es injusto y discriminatorio, pero adem¨¢s se hace una afirmaci¨®n sin ninguna base. No han llamado a ning¨²n experto, a ninguna organizaci¨®n, no han encargado ning¨²n informe pericial, llegan a esas conclusiones en base a sus creencias particulares, no las contrastan. Eso es una aberraci¨®n¡±. Y el segundo, que la Audiencia Provincial ¡°viene a contradecir al Supremo en el caso de que pudiera haber un elemento cultural a valorar¡±, porque, a?ade, ¡°hay jurisprudencia que indica que el respeto a las tradiciones y a las culturas tiene como l¨ªmite infranqueable el respeto a los derechos humanos que act¨²an como m¨ªnimo denominador exigibles en todas las culturas, tradiciones y religiones¡±.
Es decir, que a¨²n en el supuesto de que existiera, como dice el fallo, una cultura que normalice matrimonios infantiles y relaciones sexuales con ni?as de 12 a?os, sobre eso el Supremo es claro cuando habla de l¨ªneas rojas infranqueables. ¡°Una menor de 16 a?os no tiene que decir ni que no ni que s¨ª, es una agresi¨®n sexual. La ¨²nica atenuante posible es la de entre iguales y en este fallo se ha forzado hasta el punto de vaciarla de su contenido y redundarla en que el pueblo gitano es especialmente machista¡±, incide Assiego.
En Espa?a, seg¨²n las estimaciones de la Fundaci¨®n del Secretariado Gitano, la comunidad gitana est¨¢ formada por alrededor de 750.000 personas. Carmen Santiago, penalista con 30 a?os de experiencia, tambi¨¦n tilda el fallo de grav¨ªsimo. ¡°A¨²n no dudando de que la atenuante se ha aplicado de forma bienintencionada, es un error grav¨ªsimo que no solo afecta a esa menor, sino a la propia poblaci¨®n gitana y a toda la sociedad espa?ola. Es una barbaridad que rechazamos absolutamente. Los efectos son perversos y lo que pone de manifiesto la sentencia son los prejuicios que existen contra la poblaci¨®n gitana. El C¨®digo Penal ha de ser aplicado igual para todos y todas, al igual que el resto del ordenamiento jur¨ªdico¡±. Descarta, adem¨¢s, la existencia de una supuesta cultura gitana. ¡°Ni es costumbre gitana, ni tradici¨®n, ni cultura. Ni se casan a los 12 ni mantienen relaciones sexuales a los 12¡å.
Consentimiento legal
Incide, igual que Assiego, en que el consentimiento legal est¨¢ en los 16 a?os. ¡°Y para el matrimonio hace falta tambi¨¦n tener esa edad, de hecho, nosotras, en la Federaci¨®n [Federaci¨®n Nacional de Asociaciones de Mujeres Gitanas Kamira, de la que es presidenta], hicimos una solicitud para elevarla a los 18, precisamente para disuadir de los matrimonios tempranos. Una menor de 12 a?os no puede otorgar ning¨²n tipo de consentimiento. No estamos hablando de dos adolescentes de 14 y 15, sino de una ni?a y un adulto de 24, le dobla la edad¡±.
Desde 2015, cuando se modific¨® el C¨®digo Civil, la Ley de Jurisdicci¨®n Voluntaria estableci¨® la edad m¨ªnima para casarse en los 16 a?os; y puesto que el consentimiento no puede prestarse hasta los 16, ser¨ªa posible que la uni¨®n entre una ni?a de 12 y un adulto de 24 supusiera un matrimonio forzado, que es una de las formas de violencia sexual amparadas por la legislaci¨®n espa?ola, como recoge la la Ley de Libertad Sexual.
Manuela Torres, abogada experta en violencia sexual a menores, considera tambi¨¦n el fallo una verg¨¹enza. ¡°Esgrimir que pertenecen a la etnia gitana no puede ser un argumento v¨¢lido en derecho porque una ni?a de 12 a?os no puede presentar un consentimiento v¨¢lido por mucho que culturalmente lo vean normal o que la ni?a diga que le quer¨ªa y que era feliz. Afortunadamente, en nuestro derecho no existe esa argumentaci¨®n. Las ni?as gitanas no tienen por qu¨¦ tener un trato diferente a otras ni?as¡±. En cuanto a la supuesta proximidad de edad, pone un ejemplo sencillo: ¡°Con 12 a?os una ni?a est¨¢ en sexto de primaria. Con 24, un chaval ha salido ya la de la Universidad. ?C¨®mo van a tener el mismo grado de desarrollo o madurez?¡±.
Sara Gim¨¦nez, abogada y directora general de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano, insiste en que ¡°la cultura gitana en ning¨²n momento avala hechos delictivos, punibles, como este¡±. Una asociaci¨®n que ¡°para nada¡± se corresponde con la realidad. ¡°Nos parece una asociaci¨®n que demuestra falta de formaci¨®n, sensibilizaci¨®n e informaci¨®n del propio sector jurisdiccional¡±, explica. ¡°Aplicar una atenuante del C¨®digo Penal por analog¨ªa sosteniendo que son comportamientos propios de la cultura gitana nos parece desacertado e inadmisible¡±.
Recalca, en la misma l¨ªnea que denuncia Assiego y Santiago, que ¡°no es una pr¨¢ctica cultural gitana casarse a los 12 a?os o mantener relaciones a los 12 a?os¡±. Gim¨¦nez apunta que ¡°puede haber casos excepcionales, como este¡±, pero recalca que ¡°generalizarlo solo contribuye a generar prejuicios, una imagen social negativa sobre un pueblo en el que pesa mucho la discriminaci¨®n y el rechazo social¡±. Por ello, pide a los jueces ¡°que se formen m¨¢s¡± respecto a lo que es la cultura gitana, que ¡°est¨¦n especializados¡±, y que se preparen en asuntos de interculturalidad. Tambi¨¦n que sean conscientes de que ¡°sentencias de este tipo, con este tipo de asociaciones err¨®neas, tienen unas consecuencias para la generalidad de la cultura gitana¡±.
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