M¨¢s de 500 portuguesas abortaron en cl¨ªnicas de Espa?a en 2023 para salvar los restrictivos plazos de su pa¨ªs
El Partido Socialista y el Bloco de Esquerda han presentado propuestas para que la interrupci¨®n voluntaria del embarazo pueda ir m¨¢s all¨¢ de las 10 semanas
El derecho al aborto ha sido una batalla larga y espinosa en Portugal. Despu¨¦s de 50 a?os de democracia, sigue siendo uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con una de las leyes m¨¢s restrictivas para las mujeres, ya que solo contempla la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en las primeras 10 semanas de gestaci¨®n. Este hecho est¨¢ empujando a muchas embarazadas a recurrir a cl¨ªnicas en Espa?a, donde el plazo permitido es de 14 semanas, que se pueden ampliar hasta las 22 si est¨¢ en riesgo la salud f¨ªsica o ps¨ªquica de la embarazada o el feto padece graves anomal¨ªas.
Seg¨²n una informaci¨®n del semanario Expresso, m¨¢s de medio millar de portuguesas fueron a abortar a dos centros espa?oles durante 2023 porque hab¨ªan superado las diez semanas que establece como l¨ªmite la legislaci¨®n lusa. Con todo no fue el a?o con m¨¢s demanda. Solo una cl¨ªnica de Badajoz practic¨® m¨¢s de 500 en 2019 (439 en 2023), mientras que otro centro privado de Vigo realiz¨® 125 en 2022, durante la pandemia.
Para combatir esta norma restrictiva, el Partido Socialista ha presentado en septiembre en la Asamblea de la Rep¨²blica un proyecto de ley para ampliar el plazo hasta las 12 semanas, aunque ser¨¢ dif¨ªcil que prospere teniendo en cuenta la aplastante mayor¨ªa de diputados de fuerzas de derechas en la c¨¢mara (138 frente a 92 de formaciones de izquierdas). Desde la primavera, el Gobierno portugu¨¦s est¨¢ en manos de la coalici¨®n conservadora Alianza Democr¨¢tica. Los socialistas no aprovecharon los ocho a?os de mandato del primer ministro Ant¨®nio Costa (2015-2023) para sacar adelante la reforma.
¡°Nuestra iniciativa surge ahora por los fallos que se han identificado que muestran las dificultades en el acceso a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en el Sistema Nacional de Salud, que se han evidenciado en informes y que obligan a centenas de mujeres a desplazarse a Espa?a, acentuando as¨ª una discriminaci¨®n socioecon¨®mica¡±, explica la presidenta del grupo parlamentario socialista, Alexandra Leit?o, a EL PA?S.
Los principales problemas detectados, a?ade Leit?o, son el elevado n¨²mero de m¨¦dicos objetores y la desigualdad territorial para realizar una interrupci¨®n del embarazo. La propuesta socialista plantea eliminar la actual imposici¨®n de tres d¨ªas obligatorios de reflexi¨®n a las mujeres y la exigencia de que el aborto sea autorizado por dos m¨¦dicos.
Tambi¨¦n el Bloco de Esquerda, que solo cuenta con cinco diputados, ha presentado otra propuesta para que la ley de plazos se extienda hasta las 14 semanas, a semejanza de lo que ocurre en Espa?a. Ninguno de los dos pa¨ªses ib¨¦ricos, que han tenido ra¨ªces cat¨®licas fuertes y dictaduras longevas que se adentraron hasta los setenta, agiliz¨® la aprobaci¨®n de leyes que consagrasen el derecho a decidir de las mujeres. En ambos casos se aprobaron normas donde se permit¨ªa el aborto en tres supuestos (violaci¨®n, malformaci¨®n fetal o riesgo para la salud de la mujer), pero no fue hasta el siglo XXI que se dotaron de una ley de plazos similar a la que rige en Francia, Suecia y Pa¨ªses Bajos.
Espa?a lo hizo en 2010, tres a?os m¨¢s tarde que Portugal, que lo someti¨® a un referendo en 2007, donde el 59% vot¨® a favor de la ley. Era la segunda tentativa de instaurar el derecho al aborto libre despu¨¦s de la realizada en 1998. En aquella ocasi¨®n, a pesar de que la norma fue aprobada en la Asamblea de la Rep¨²blica, el primer ministro socialista Ant¨®nio Guterres, actual secretario general de la ONU, traicion¨® la votaci¨®n de su propio partido y se ali¨® con el l¨ªder de la oposici¨®n del centro derecha y actual presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, para convocar un referendo. Guterres y Rebelo, muy amigos y muy cat¨®licos, defendieron el no. Y ganaron por cerca de 50.000 votos. La despenalizaci¨®n definitiva llegar¨ªa durante otro gabinete socialista, el del primer ministro Jos¨¦ S¨®crates. Desde que est¨¢ al frente de la ONU, Guterres ha admitido que su posici¨®n ha cambiado y se ha mostrado partidario de la despenalizaci¨®n.
Pero no es un tema zanjado en Portugal. Si por el lado de la izquierda se pretende reabrir el debate para aumentar el plazo para la decisi¨®n libre de las mujeres, por el lado de la derecha hay voces que defienden un nuevo referendo para tratar de revertir la ley en vigor. Paulo Nuncio, presidente del grupo parlamentario del conservador Centro Democr¨¢tico Social (CDS), el partido minoritario que pertenece a la coalici¨®n que gobierna, es partidario de un nuevo referendo y tambi¨¦n de restringir el acceso al aborto con la aplicaci¨®n de tasas, como ya ocurri¨® durante otras legislaturas con mayor¨ªa a la derecha. No obstante, el primer ministro y presidente del Partido Social Dem¨®crata (PSD, centro derecha), Lu¨ªs Montenegro, ha se?alado que se trata de un ¡°asunto resuelto¡±.
El aborto ha sido un tema divisivo que los gobernantes prefieren no remover como Lu¨ªs Montenegro, pero tampoco antes Ant¨®nio Costa. Lo cierto es que, pese a tener una ley de plazos, no resulta f¨¢cil para las portuguesas abortar en su pa¨ªs. O al menos no es igual seg¨²n el lugar de residencia. Un 33% de los hospitales no realiza interrupciones voluntarias del embarazo, seg¨²n el estudio publicado en 2023 por la Entidad Reguladora de la Sanidad.
En 2022 se practicaron en el pa¨ªs 15.616 abortos voluntarios, un 15% m¨¢s que el a?o anterior. La mayor¨ªa se realiz¨® en la sanidad p¨²blica. El estudio tambi¨¦n permiti¨® detectar los casos de 1.366 mujeres que hicieron la consulta en 2022 y no pudieron interrumpir su embarazo por haber superado las diez semanas de gestaci¨®n. Una parte de ellas buscaron la soluci¨®n en cl¨ªnicas espa?olas.
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