Los inconvenientes de comprar una televisi¨®n grande
El cambio en los h¨¢bitos de consumo trae consigo una gesti¨®n de los residuos m¨¢s perfeccionada. Dos trabajadores de una empresa de limpieza cuentan las situaciones nuevas con las que lidian
Hay teles que no caben en el sal¨®n y cajas que no entran en el contenedor. A la hora de deshacerse del embalaje de estos aparatos electr¨®nicos gigantes, conviene doblar el cart¨®n o incluso rasgarlo hasta que quepa por la ranura del contenedor azul para facilitar la labor de recogida. Si se abandona en el suelo, el cami¨®n de carga lateral autom¨¢tica no lo puede recoger y tiene que pasar una furgoneta m¨¢s tarde a limpiar la zona. La cajas de los frigor¨ªficos o de los aparatos de aire acondicionado son otros de los residuos que retan a los trabajadores de la limpieza. La aparici¨®n de nuevos productos, el mayor consumo de algunos de ellos y una mayor conciencia sobre el reciclaje propicia una gesti¨®n m¨¢s coordinada y perfeccionada de los desechos.
Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez es el jefe de servicio de Lyma, la empresa p¨²blica de recogida de residuos de Getafe. Naranjo, segundo apellido y apelativo con el que le conoce el centenar de trabajadores que tiene a su cargo, comenta las nuevas situaciones con las que se encuentran los conductores: ¡°Las televisiones son cada vez m¨¢s grandes. Estas cajas dan guerra, a veces al cami¨®n le cuesta trag¨¢rselas¡±. A pesar de las complicaciones, que el equipo de Naranjo se encarga de resolver los 365 d¨ªas del a?o 24 horas al d¨ªa, las cajas de cart¨®n se deben depositar en el contenedor azul por muy grandes que sean.
Eugenio Pozo, con 17 a?os de experiencia a los mandos de un cami¨®n de recogida de residuos, aporta un consejo que resulta m¨¢s o menos obvio pero que se convierte inmediatamente en un acto de civismo. ¡°En ocasiones si se pisa la caja se consigue que entre por la ranura¡±. Si Pozo detecta que hay residuos abandonados en la acera o la v¨ªa avisa a otros compa?eros que est¨¦n por la zona: ¡°Aqu¨ª todo el mundo colabora. Existe una gran coordinaci¨®n¡±, dice acerca de la forma en la que trabaja Lyma en esta ciudad de 180.747 habitantes del sur de Madrid. ¡°A todos nos gusta el trabajo bien hecho. Nos corre por las venas el servicio al ciudadano¡±, asegura Pozo, que vive en Ciempozuelos, pero que hace vida en Getafe con algunos de sus compa?eros camioneros.
Naranjo, de 51 a?os, lleva la mitad de su vida en Lyma. Literal, 25 a?os. Su trabajo como jefe de servicio consiste en supervisar que la recogida se realiza en tiempo y forma. Por las ma?anas, cuando hay m¨¢s tr¨¢fico en el centro de la ciudad, retiran los residuos en el extrarradio. Las zonas m¨¢s concurridas durante el d¨ªa las cubren por la noche. ¡°La entrada o salida de los ni?os del colegio dificulta la recogida en determinadas zonas. Nos desplazamos a otras que est¨¦n libres y trabajamos all¨ª mientras¡±, explica Pozo, que realiza el horario de tarde-noche, de 17.30 a 01.30.
El comportamiento de los ciudadanos en el ¨²ltimo a?o lo determinan dos residuos, seg¨²n Naranjo. Las cajas de cart¨®n en las que llegan las compras online, que hay que depositar en el contenedor azul, y los envases, que van al amarillo. La teor¨ªa del jefe de servicio tiene que ver con la covid y es la siguiente: ¡°La gente compra muchos alimentos envasados porque da la sensaci¨®n de que est¨¢n m¨¢s protegidos. Antes el frutero cog¨ªa las manzanas con la mano¡±.
Lo que cuentan los puntos de recogida de residuos
Observador, Naranjo es capaz de determinar por los residuos si unos grandes almacenes tienen las lavadoras o los colchones de oferta o de si es Nochebuena por la mayor cantidad de desechos en el centro de la ciudad. ¡°Los j¨®venes, que viven en el extrarradio, van a cenar a casa de sus padres, que residen en el casco antiguo¡±, describe. ¡°Si llevo a un soci¨®logo conmigo, le doy tajo¡±, afirma entre risas. Durante un tiempo se dio cuenta de que hab¨ªa una cantidad desproporcionada de residuos en un barrio en concreto. ¡°Venga a salir muebles, venga a salir escombros¡±, recuerda. ¡°Hab¨ªa tocado el cup¨®n de la ONCE en la zona¡±, revela.
Del mismo modo que los ciudadanos y los tenderos toman precauciones para manipular los alimentos, los trabajadores en la recogida de basuras realizan las tareas de forma segura y c¨®moda. ¡°Hab¨ªa que entrar en el siglo XXI¡±, resume Naranjo. Los camiones, que cargan 10.000 kilos de desperdicios, ya no recorren marcha atr¨¢s ninguna calle y toda la recogida la realizan de forma lateral desde la cabina con un joystick. No requiere el esfuerzo f¨ªsico de a?os atr¨¢s. ¡°Los peones se met¨ªan antes 22.000 kilos entre pecho y espalda¡±, recuerda el jefe de servicio, que aunque siempre est¨¢ disponible al tel¨¦fono para cualquier incidencia que surja les da libertad a sus trabajadores. ¡°Les ense?as, se motivan, cogen confianza y lo que hacen es intentar no llamarte y solucionar ellos los problemas¡±, afirma.
El trabajo de recogida de residuos, con cada vez m¨¢s ciudadanos concienciados en el reciclaje, no ha parado de crecer en los ¨²ltimos a?os. ¡°Vaciamos los contenedores dos veces al d¨ªa¡±, asegura a trav¨¦s del manos libres de su coche en una habitual ronda de supervisi¨®n. La empresa municipal Lyma tambi¨¦n se encarga de recoger enseres que no se pueden depositar en los contenedores convencionales. Los ciudadanos acuerdan una hora y los trabajadores a cargo de Naranjo lo retiran y lo llevan al lugar apropiado para su reciclaje o para desecharlo como corresponda.
El cambio de h¨¢bitos
Tras a?os observando el comportamiento de los ciudadanos, Naranjo se ha percatado de que la basura ya no se tira solo por la noche. ¡°Cuando se instalan cubos nuevos se tiene en cuenta el camino que realiza el ciudadano hacia la parada de autob¨²s o la estaci¨®n de tren por la ma?ana¡±, afirma este titulado en Automoci¨®n. ¡°No va al contenedor que est¨¢ m¨¢s cerca de su casa, sino al que le pilla de paso¡±, recalca este residente en Parla, que recuerda reuniones con la polic¨ªa local y los vecinos para que unos cubos nuevos se ubicaran en una calle m¨¢s ancha por la que pasase el cami¨®n sin problemas. Al final se trata de que la ciudad est¨¦ limpia y atendida, de pon¨¦rselo f¨¢cil al ciudadano para que separe los residuos y los deposite en el contenedor apropiado.
C¨®mo reciclar el embalaje de una televisi¨®n
Caja de cart¨®n: Conviene doblarla, aplastarla e incluso romperla en partes para que entre por la ranura del contenedor azul.
Cinta de embalaje: El celo marr¨®n y grande que sirve para cerrar la caja se debe retirar y depositarlo en el contenedor gris. Aunque est¨¦ fabricado en pl¨¢stico no va al amarillo porque no es un envase.
Protector de la pantalla: El material blanco y de tacto suave que impide que la tele se raye se debe depositar en el contenedor gris.
Refuerzo de poliestireno: El material espumoso de color blanco que protege el aparato de golpes y ca¨ªdas se deposita en el contenedor gris.
Pl¨¢stico de las instrucciones: La bolsa donde se guarda el folleto que adjunta la marca con la garant¨ªa se debe tirar en el contenedor gris.
Coj¨ªn de aire de polietileno: Sirve para rellenar la caja y se debe extraer el aire para que no ocupe espacio y tirarlo en el contenedor gris.
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