El envejecido Windows necesita revisar su dise?o
Microsoft Windows ha engordado mucho con el paso de los a?os. Empez¨® como una fina capa de barniz aplicada sobre un c¨®digo de software m¨¢s antiguo, pero se ha convertido en un monolito obeso cimentado en una estructura caduca.
A?adir caracter¨ªsticas, tapar agujeros en la seguridad, reparar errores, remendar los remiendos que nunca funcionaron como es debido, todo ello a la vez que se mantiene la compatibilidad con los programas y los equipos; ?es que hay algo que Windows no trate de hacer?
Da la impresi¨®n de que Windows apenas cambia mientras que Mac OS X o Linux avanzan a toda velocidad. La mejor soluci¨®n para los muchos males de Windows es empezar de nuevo. Por completo. Ahora.
Windows Vista equivale, como m¨ªnimo, a un Windows versi¨®n 12, precedido por el 1.0, 2.0, 3.0, 3.1, NT, 95, NT 4.0, 98, 2000, ME y XP. Tras desarrollarlo durante seis a?os (el intervalo m¨¢s largo entre dos versiones en los 22 a?os de historia de Windows, intervalo lo suficientemente largo como para permitir a Apple sacar tres versiones nuevas de Mac OS X), Vista se present¨® a los consumidores en enero de 2007.
Cuando los profesionales de la tecnolog¨ªa y los consumidores echaron un vistazo a Vista, todos plantearon la misma pregunta a Microsoft: ?Eso es todo?
Inmediatamente despu¨¦s del nacimiento de Vista, Kevin Kutz, un directivo de Microsoft, emiti¨® un comunicado en febrero de 2007, En respuesta a las especulaciones sobre la pr¨®xima versi¨®n de Windows, en el que anunciaba que la empresa no pod¨ªa afirmar nada en relaci¨®n al Windows posterior al Vista. El nombre en clave interno para la pr¨®xima versi¨®n es Windows 7. Se supone que esta versi¨®n llegar¨¢ a comienzos de 2010.
?Volver¨¢n a escribirlo de arriba abajo? Bill Veghte, vicepresidente primero de Microsoft, enviaba hace poco una carta a los consumidores asegur¨¢ndoles que s¨®lo habr¨ªa cambios m¨ªnimos en el c¨®digo b¨¢sico de Windows. "Nuestro planteamiento para Windows 7", escrib¨ªa, "es aprovechar la misma arquitectura esencial de Windows Vista, de forma que lo que ustedes y nuestros colaboradores han invertido en Windows Vista siga valiendo para Windows 7".
Pero quedarse con la misma arquitectura esencial es el problema, no la soluci¨®n. En abril, Michael A. Silver y Neil MacDonald, analistas de Gartner, una empresa de investigaci¨®n, presentaban una conferencia titulada Windows se est¨¢ desmoronando. Su argumento no es que Windows vaya a dejar de funcionar, sino que la complejidad que ha acumulado (ya que Microsoft trata de mantener un legado de 20 a?os) impide que se produzcan los avances necesarios. "La situaci¨®n es insostenible", afirman en su presentaci¨®n conjunta. "Windows debe cambiar radicalmente".
Parece que algunos ingenieros de programas de Microsoft est¨¢n totalmente de acuerdo y hablan p¨²blicamente de un trabajo que comenz¨® en 2003, encaminado a dise?ar un nuevo sistema operativo. En abril, Microsoft hac¨ªa p¨²blico el proyecto, llamado Singularidad y fruto de una investigaci¨®n de cinco a?os. Pero no es m¨¢s que un ingenioso ejercicio acad¨¦mico. "Singularidad no es el pr¨®ximo Windows", explicaba Rich Rashid, el vicepresidente primero que supervisa la investigaci¨®n. "M¨¢s bien piensen en ¨¦l como en el prototipo de un coche".
Si Microsoft piensa que ya es demasiado tarde para cambiar, su empresa deber¨ªa animarse con el ejemplo de la buena disposici¨®n con que Apple hizo frente a la c¨®lera de sus usuarios cuando, en 2001, present¨® Mac OS X. Se basaba en el dise?o de un moderno micron¨²cleo que hace que el sistema sea menos vulnerable a los fallos.
Los cambios obligaban a los usuarios de Mac a comprar versiones nuevas de todas las aplicaciones. Pero ha valido la pena por incontables razones; por ejemplo, el iPhone utiliza el mismo c¨®digo base.
Microsoft no deber¨ªa esperar al gran cambio para ponerse a trabajar; se tardar¨¢ muchos, muchos a?os en prepararlo. A Apple le vino bien verse aguijoneada por la desesperaci¨®n.
Avadis Tevanian, que particip¨® en la investigaci¨®n sobre el micron¨²cleo como estudiante de doctorado de la Universidad Carnegie-Mellon de Pittsburgh y trabaj¨® durante nueve a?os en Apple, donde supervis¨® la transici¨®n al Mac OS X, recuerda que la decisi¨®n se tom¨® en un momento en que Apple perd¨ªa dinero.
Cuando se le pregunta si cree que Microsoft podr¨ªa conseguir un cambio similar, responde: "Tal vez, pero no s¨¦ si tiene el valor para hacerlo". "En Apple, tuvimos que hacerlo. Era una cuesti¨®n de supervivencia".
Randall Strosses es un escritor que vive en Silicon Valley y ense?a empresariales en la San Jose State University.
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