"Doctor, se me ha roto una aplicaci¨®n"
La crisis de la sanidad p¨²blica y el envejecimiento fomentan la incorporaci¨®n de estas aplicaciones
¡±Doctor, doctor, se me ha roto una apli¡±. Dentro de poco, los m¨¦dicos recibir¨¢n de sus pacientes mensajes, que no llamadas, similares a ¨¦ste. El paciente no ha podido enviar la radiograf¨ªa con su smartphone, o el programa de control de la glucosa necesita una reconfiguraci¨®n de la aplicaci¨®n. Son cosas de la llamada ¡°salud digital¡±, que en la pasada feria del consumo electr¨®nico de Las Vegas alcanz¨® un gran protagonismo. La adopci¨®n de los avances de digitales a la medicina es un imperativo. El gasto en salud p¨²blica y el envejecimiento de la poblaci¨®n obligan a ello. Ya.?
Hoy por hoy los m¨¢s proclives a adoptar los avances digitales son dos n¨²cleos concretos de poblaci¨®n: los que se resisten a morir y los que se resisten a engordar. No es ning¨²n alarde tecnol¨®gico el aparatito que conecta permanentemente a nuestros mayores con el m¨¦dico o los familiares. Ya tiene algo m¨¢s de complicaci¨®n los Polar o Fitbit de este mundo, que se dedican a monitorizar la actividad f¨ªsica, la calidad del sue?o, o a cuantificar calor¨ªas de la poblaci¨®n m¨¢s activa y sana. Como la pulsera Jawbone UP, el brazalete de Bodymedia o el reloj Basis B1, hay un mont¨®n de oferta que sincroniza los datos con el m¨®vil con m¨¢s o menos gracia (Striiv compara la distancia recorrida con casos reales, por ejemplo etapas del Tour).
El mercado de las aplicaciones para el deporte alcanzar¨¢ los 316 millones de euros en cuatro a?os, aparte de los 790 millones anuales por descarga de aplicaciones relacionadas con la salud. Porque, a diferencia de otras, la gente est¨¢ dispuesta a pagar, y bastante, por las aplis sanitarias.
Y los seguros m¨¦dicos tambi¨¦n. United Healtg Group (con 75 millones de mutualistas) va a implantar aplis que gestionar¨¢n el historial m¨¦dico del paciente con el m¨®vil, gracias a CareSpeak que facilita el env¨ªo diario de las constantes vitales y confirma la ingesti¨®n de la pastillita... con un sistema de recompensas por haber cumplido el plan del d¨ªa. La mutua tambi¨¦n repartir¨¢ entre sus clientes el Fitbit, un clip para la ropa que cuantifica los pasos dados o los pelda?os subidos.
El Ion Proton Sequencer, un aparato del tama?o de una impresora que permite a las personas tener su propia secuenciaci¨®n de su genoma, en dos horas y por 1.000 d¨®lares.
El doctor Eric Topol, autor del libro La creativa destrucci¨®n de la medicina. C¨®mo la revoluci¨®n digital crear¨¢ una mejor sanidad es un ac¨¦rrimo defensor del advenimiento de la tecnomedicina. El influyente doctor norteamericano asegura que permitir¨¢ una recuperaci¨®n de la medicina aut¨¦ntica, ¡°m¨¢s individualizada y con la que el paciente va a tener m¨¢s informaci¨®n para decidir¡±.
Los avances ya est¨¢n aqu¨ª. Greg Lucier consejero delegado de Life Technologies anunci¨® el Ion Proton Sequencer, un aparato del tama?o de una impresora que permite a las personas tener su propia secuenciaci¨®n de su genoma, en dos horas y por 1.000 d¨®lares. Hoy incluso se puede hacer online, enviando la saliva y 999 d¨®lares a 23andMe. Diez mil personas lo hicieron el a?o pasado, entre ellas la actriz Glenn Glose o el propio doctor Topor que, en su libro, ironiza con los resultados. "?Que tendr¨¦ artritis? Qu¨¦ persona mayor no va a tener artritis", escribe, pese a lo cual no minisvalora la importancia de que la gente se secuencie su ADN. Otro problema ser¨¢ la avalancha de datos que se le viene encima a la sanidad p¨²blica y privada, que podr¨ªa colapsar las labores administrativas. Seg¨²n le gusta se?alar a Eric Schmidt, presidente de Google, desde el primer d¨ªa de la humanidad hasta 2003 el mundo hab¨ªa acumulado? mil millones de gygabites. Hoy, cada a?o, se generan trillones. Para eso estar¨¢ la nube, el almacenamiento en Internet, o soluciones como Practice Fusion.
Uno de los primeros en ver la importancia de la nube en la medicina ha sido Qualcomm, que ha creado una empresa, Life, exclusivamente para investigar las ciencias de la vida. Acaba de estrenar 2net, un aparatito que se coloca en las casas y que recoge v¨ªa wifi los datos de todos los aparatos sanitarios que llevan sus residentes (desde la balanza a la cinta de footing o el GPS). Este objeto tiene la funci¨®n de rebotarlos a Internet, donde se archivar¨ªan no por pacientes sino por enfermedades, con el fin de que la clase m¨¦dica pueda tener un banco de datos de una misma dolencia, lo que les servir¨ªa para mejorar diagn¨®sticos y tratamientos.
?Una manchita en la piel? Por 4,99 d¨®lares, la apli para el m¨®vil Skinscan te dice si es un melanoma o se quita con una buena ducha.
Porque todos los m¨¦dicos tecn¨®filos insisten en que el responsable de la salud es el paciente, no el m¨¦dico. ?Te ha salido una manchita rara en la piel? Por 4,99 d¨®lares te bajas la apli Skinscan, te haces la foto de la manchita y dice si puede ser un melanoma o se quita con una buena ducha. Alivecor, iRthim, Epi, hacen electros del coraz¨®n en tiempo real, envi¨¢ndolos a la nube para que lo vea el cardi¨®logo.
Y, seguramente, pronto las redes sociales sustituir¨¢n las tertulias f¨ªsicas de, por ejemplo, Alcoh¨®licos An¨®nimos. Ya ocurre con los diab¨¦ticos, como es el caso de la red social Diabetesmine.com o de la gente que sufre un cambio total de sus vidas por una enfermedad suya o de un familiar pr¨®xima. Todos ellos se pueden encontrar virtualmente en Carinbridge.org.
Solo avanzaremos si hay una revoluci¨®n sanitaria del paciente, en definitiva, del consumidor, dice Topor.
Don Jones, responsable de la investigaci¨®n de Salud digital de Qualcomm, recuerda que en el mundo hoy hay m¨¢s gente con m¨®vil que con agua o electricidad, por lo que es un veh¨ªculo potent¨ªsimo para, sobre todo, prevenir o seguir enfermedades. ¡°Tenemos 400 millones de obesos, 860 millones de enfermos cr¨®nicos y 600 millones de ancianos. La factura global es de 300.000 millones de d¨®lares. Nos enfrentamos a un problema global cr¨ªtico¡±.
Eric Topor, sin embargo, cree que la implantaci¨®n de todos estos avances, aplicaciones o inventos que ya existen no depende de la comunidad m¨¦dica, sino de los pacientes. ¡°Solo avanzaremos si hay una revoluci¨®n sanitaria del paciente, en definitiva, del consumidor¡±. Porque, en las jornadas tecnom¨¦dicas, flotaba una premisa: ¡°El responsable de tu salud eres t¨², no el m¨¦dico¡±. Y ahora hay m¨®viles, aplis y aparatos para que se haga realidad.
Un coche que previene alergias
Microsoft tambi¨¦n se dedica a la salud. Desde hace a?os desarrolla Sync, un sistema de sincronizaci¨®n de datos para los conductores de los coches Ford. "Ya no somos una compa?¨ªa de autom¨®viles", anunci¨® Gary Strumolo, responsable del programa en la empresa automovil¨ªstica. "Somos una empresa de comunicaciones". Hay cuatro millones de Ford por las carreteras norteamericanas que llevan ese sistema de integraci¨®n de m¨®viles e internet. Ahora somos "the car that cares", el coche que cura. "La informaci¨®n m¨¦dica es la tercera actividad de la gente en Internet". Strumolo record¨® que en 2010 hab¨ªa 17.000 aplicaciones dedicadas a salud y que en tres a?os habr¨¢ 500 millones de personas utiliz¨¢ndolas. Ford ya aplica en sus asientos el Heart-rate, la monitorizaci¨®n continua del coraz¨®n del conductor, gracias a seis sensores colocados en el respaldo del asiento y otro en la base que "env¨ªan constantemente los datos a un ordenador y que informar¨¢ al conductor -y ¨¦ste a quien desee compartir la informaci¨®n". "El conductor no necesita quitar las manos del volante ni los ojos de la carretera".
Una de las enfermedades que m¨¢s preocupan en estos momentos a las autoridades sanitarias norteamericanas es la diabetes. Est¨¢ creciendo a porcentajes que doblan al resto del mundo. La enfermedad le cuesta al estado de Florida 9.000 millones de d¨®lares anuales. ¡°Podemos prevenir, podemos monitorizar los niveles de glucosa de los pasajeros de nuestros coches¡±, a?ade Strumolo.
¡°No s¨®lo es un mecanismo preventivo, tambi¨¦n reducir¨ªa los accidentes, pues la bajada de glucosa crea mareos y debilidad. Incluso podemos monitorizar al ni?o diab¨¦tico que se duerme y, por tanto, no detecta si sus niveles de glucosa se alteran. El coche dar¨ªa la alarma de cualquier alteraci¨®n¡±. A falta de datos de la experiencia de Ford, s¨ª que la tiene WellDoc, con la monitorizaci¨®n permanente de sus pacientes diab¨¦ticos: las visitas a los hospitales se han reducido a la mitad.
¡±Algo similar se puede hacer con las alergias¡±, contin¨²a Stumolo. ¡°El conductor informa al coche de sus niveles de alergia, y el coche ofrece rutas alternativas cuando detecta que pasa por lugares m¨¢s contaminados¡±. El Sync de Ford no es el ¨²nico, BMW trabaja con Zephyr en lo mismo, y Toyota con Intel.
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