Jeff Jarvis: ¡°El derecho al olvido tiene mucho que pulir¡±
El autor de ¡°Y Google, ?c¨®mo lo har¨ªa?¡± y ¡°Partes p¨²blicas¡± cree que actualmente cada periodista es una marca
Jeff Jarvis (Estados Unidos, 1954) es bloguero, profesor en la Universidad de Nueva York, pol¨¦mico columnista en The Guardian y autor del ¨¦xito de ventas Y Google, ?c¨®mo lo har¨ªa?. El foro econ¨®mico de Davos le ha nombrado uno de los cien mayores expertos en medios de comunicaci¨®n, aunque para muchos ser¨¢ el gur¨² que devolvi¨® el primer iPad, al considerar que costaba demasiado para lo que ofrec¨ªa. Presenta su libro Partes P¨²blicas (Gesti¨®n 2000) sobre el impacto de las redes sociales en la sociedad, medios, educaci¨®n y econom¨ªa.
Pregunta: ?Tenemos derecho a borrar nuestro pasado?
Respuesta: Depende. Hay contenido que s¨ª y contenido que no, pero s¨ª considero que hay una norma b¨¢sica. Si algo se comparte, ya sea una foto, un enlace o una recomendaci¨®n, con que una sola persona interact¨²e con ello, se debe dejar. Antes de compartir algo se debe hacer una reflexi¨®n previa. La comisi¨®n europea habla del derecho al olvido, un concepto que no me parece mal, pero tiene mucho que pulir. Si se siguiera al pie de la letra tendr¨ªamos que cerrar Flickr y Twitter al momento y tendr¨ªa un efecto devastador en el periodismo online.
P. ?Los j¨®venes tienen esto claro?
R. Quiz¨¢ m¨¢s que nosotros. Lo que tenemos que hacer es educar a los estudiantes en el nuevo entorno, que sepan que todo lo que publican va m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s lejos. Tienen que ser cuidadosos con lo que publican para que no les perjudique profesionalmente.
P. Estos cambios tambi¨¦n han llegado a los periodistas. BBC ha pedido a sus redactores que den primero las noticias en su medio, antes de hacerlo en Twitter. ?Le parece correcto?
R. No creo en las restricciones. Me parece que la misi¨®n de un periodista es servir a su audiencia, tan r¨¢pido y lo mejor que se pueda. La ¨¦poca de guardar la informaci¨®n pas¨® a la historia. Las redacciones tienen que ser m¨¢s flexibles, aprender a usar Twitter con naturalidad y, fiarse m¨¢s de sus redactores, saber que ellos contrastan y verifican antes de tuitear. BBC cree que as¨ª conserva el prestigio de su marca, pero ahora cada periodista tambi¨¦n es una marca, que forma parte de la suya.
P. Pero, ?de qui¨¦n son los datos que se comparten en Internet?
R. Es dif¨ªcil de definir. La autor¨ªa es de quien lo env¨ªa, pero lo almacenan servicios a los que hemos dado cierto margen de confianza.
P. ?D¨®nde est¨¢ la frontera entre datos p¨²blicos y privados?
La frontera entre datos p¨²blicos y privados est¨¢ en la contrase?a¡±
R. En el acceso. En si es necesario dar un permiso expl¨ªcito, como una contrase?a, o no para consultar algo. Tambi¨¦n es cierto que hay algunas zonas de fricci¨®n todav¨ªa por resolver, como el caso de Google Street View en Alemania, o los problemas que tuvo en este mismo pa¨ªs la opci¨®n de priorizar el correo de Gmail. Los ciudadanos consideraban que si el correo sab¨ªa qu¨¦ contenido era m¨¢s interesante es porque lo hab¨ªan le¨ªdo previamente. Un caso parecido sucede con las recomendaciones de Amazon. Est¨¢n en un limbo porque, aunque es evidente que cada vez me recomienda con m¨¢s acierto y sabe qu¨¦ deseo, tambi¨¦n invita a preguntarse cu¨¢nto sabe de m¨ª. Con respecto a los gobiernos, considero que deben ser abiertos por definici¨®n y cerrados solo por necesidad.
P. Como autor de ¡°Y Google, ?c¨®mo lo har¨ªa?¡±, ?considera que alg¨²n d¨ªa el buscador tendr¨¢ ¨¦xito en el mundo social?
R. Creo que Google+ es un gran invento, b¨¢sicamente para compartir conocimiento. Facebook cuenta con un excelente gr¨¢fico social que es un mapa de relaciones envidiable. Twitter es perfecto para difundir noticias. En Google+ tengo menos contactos, pero con un mejor nivel de contenido que en Facebook o Twitter. Creo que la suma de todos estos elementos terminar¨¢n por convertir Internet en una experiencia verdaderamente social. Todos los negocios van a ser sociales, desde la pizzeria de la esquina al cine, la m¨²sica o los videojuegos. Los peri¨®dicos tambi¨¦n, como The Guardian que es el mejor ejemplo. Google ya ha a?adido esta variable a sus b¨²squedas. Ya hay herramientas que son capaces de predecir el estado de ¨¢nimo de alguien seg¨²n su Twitter o de ayudarle a buscar trabajo.
P. Mark Zuckerberg quiere que se comparta todo, pero ¨¦l se va vacaciones en secreto. ?Por qu¨¦ no lo pone en Facebook?
R. Porque se ha hecho tan famoso que no se lo puede permitir. ?l lo sabe mejor que nadie. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil estar solo en el mundo. Comprendo su necesidad de estar fuera de los focos cuando viaja.
P. Ahora que se acerca la salida de Facebook a bolsa, ?cree que est¨¢ sobrevalorado?
R. No, no lo creo. Las cuentas salen a algo as¨ª como 5 d¨®lares (3,8 euros) por usuario, es muy poco para el margen de crecimiento que tiene, sobre todo si se piensa en la fidelidad de los usuarios. Est¨¢n reinventando la publicidad, algo que genera muchos recelos y envidias. Han entendido las necesidades de la pr¨®xima generaci¨®n. Yahoo!, AOL y MySpace son el viejo mundo en Internet, medios carentes de interacci¨®n. Facebook y Google son los nuevos gestores de contenido. Microsoft algo m¨¢s tarde, pero s¨¦ que su cultura y reputaci¨®n no les va a permitir perder el tren.
P. ?Cu¨¢l es la diferencia en cuanto a privacidad entre Estados Unidos y Europa?
R. Es curioso. En Europa se desconf¨ªa m¨¢s de las corporaciones y en Estados Unidos de los gobiernos. Salvo en el caso de Alemania.
P. El FBI ha pedido a las empresas que les hagan propuestas para monitorizar las redes sociales. ?Tenemos motivos para tener miedo?
Todos los negocios van a ser sociales, desde la pizzer¨ªa de la esquina al cine¡±
R. No solo el FBI lo hace, tambi¨¦n los gobiernos. Puede ser bueno para estar al tanto de alertas ciudadanas, terrorismo y situaciones de riesgo, pero eso no les exime de informar a la ciudadan¨ªa. Hace falta una normativa com¨²n en este aspecto.
P. Aunque Twitter es un ¨¦xito de audiencia, ?cree que conseguir¨¢ ser rentable alg¨²n d¨ªa?
R. Eso no lo s¨¦, pero s¨ª que es un servicio maravilloso que compite por hacerse con los mejores desarrolladores. El problema est¨¢ en la gesti¨®n de la plataforma, si se cierran demasiado, no lo conseguir¨¢n pero tampoco pueden invadirnos con anuncios masivos de repente. Ahora todos quieren ser una gran plataforma, como Google o como Amazon. Hasta Skype quiere que se hagan aplicaciones y servicios a partir de ellos.
P. Tambi¨¦n se da el caso de los que hacen un uso impulsivo de redes sociales, ?cu¨¢ndo se considera que algo ¡®sobrecomparte¡¯?
R. Uf, hubo una persona que me acus¨® de hacerlo una vez, que me callara ya. Es posible que as¨ª sea, pero quiz¨¢ esa persona tuviera un problema de ¡®sobreescucha¡¯. En este entorno nada es obligatorio. Lo que podr¨ªa haber hecho es dejar de seguirme. Tambi¨¦n es cierto que hay quien comparte algo demasiado ¨ªntimo y despu¨¦s se arrepiente; ha ¡®sobrecompartido¡¯. Hay que pens¨¢rselo bien antes de publicar algo muy personal.
P. Hace poco se descubri¨® que algunas aplicaciones para iPhone se quedaba con los datos de los contactos del tel¨¦fono, ?tenemos motivos para desconfiar?
R. Depende de c¨®mo se mire, si no los guardaban, ?para qu¨¦ ped¨ªan permiso para acceder al instalar la aplicaci¨®n? No entiendo la sorpresa, pero s¨ª creo que es una cuesti¨®n de transparencia. Tendr¨ªan que especificar mejor qu¨¦ datos toman, para qu¨¦ y durante cu¨¢nto tiempo. Cuanto m¨¢s sepan de nuestros amigos, m¨¢s conocimiento y control tendr¨¢n sobre nosotros. Facebook ha entendido c¨®mo funcionan los permisos y permiten ajustarlo mejor. Apple, a trav¨¦s de las aplicaciones, tiene ante s¨ª el reto de sentar las bases y hacer normas comunes. De todos modos, Internet es algo muy nuevo, todav¨ªa en creaci¨®n, no sabemos el impacto real de nuestras acciones.
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