El lado bueno de los robots: podremos jubilarnos antes
El aumento de la productividad gracias a la rob¨®tica puede traducirse en beneficios y mejores condiciones para los trabajadores
La rob¨®tica y la inteligencia artificial avanzan y, con ellas, el miedo a un futuro en el que las m¨¢quinas dominen todos los sectores de la vida humana, empezando por el mercado de trabajo. Las estimaciones m¨¢s positivas, como la realizada por el McKinsey Global Institute, mencionan 1,1 millones de empleos en todo el mundo amenazados por la tecnolog¨ªa. Otras, como la del Foro Econ¨®mico Mundial, cifran en m¨¢s de cinco millones los puestos en riesgo de robotizaci¨®n en los 15 pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo. Hay, sin embargo, un lado bueno en la llamada cuarta revoluci¨®n industrial: la recompensa generada por el aumento de productividad gracias a la tecnolog¨ªa puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida y ofrecer beneficios a los trabajadores. Esa es la conclusi¨®n del ¨²ltimo informe presentado por el Trades Union Congress (TUC), la central sindical brit¨¢nica, que indica que las ganancias financieras deben traducirse, por ejemplo, en mayores sueldos y m¨¢s tiempo de jubilaci¨®n.
La inteligencia artificial generar¨¢ un crecimiento del 10% del PIB brit¨¢nico hasta 2030, seg¨²n la consultora PwC. ¡°Con esos beneficios, deber¨ªa ser una prioridad permitir que m¨¢s personas disfruten de una jubilaci¨®n decente¡±, comenta en una conversaci¨®n telef¨®nica Kate Bell, directora de Econom¨ªa del TUC. Actualmente, el Gobierno brit¨¢nico considera la posibilidad de ahorrar el 0,3% del PIB al elevar a 68 a?os la edad de jubilaci¨®n, lo que afectar¨ªa a los trabajadores que ahora tienen 40 a?os. ¡°En una sociedad envejecida, en la que la gente tiene que trabajar por m¨¢s tiempo, la rob¨®tica puede revertir ese escenario. Ser¨ªa una forma de garantizar que las nuevas tecnolog¨ªas permitan una parte m¨¢s justa de las recompensas del trabajo y ayudar a aquellos cuya vida laboral se ha visto afectada por los robots¡±, afirma la economista.
El informe menciona que el riesgo de no promover la distribuci¨®n igualitaria de las ganancias de la automatizaci¨®n es volver al escenario de la revoluci¨®n industrial de 1950, cuando uno de cada tres trabajadores estaba en la industria manufacturera y solo uno de cada 12 trabajaba en servicios profesionales y t¨¦cnicos. En 2016, las cifras se hab¨ªan invertido, pero los empleos perdidos en la manufactura no fueron reemplazados por otros similares y, seg¨²n la publicaci¨®n, los sueldos en las antiguas zonas industriales est¨¢n todav¨ªa un 10% por debajo del promedio laboral.
Bell considera que los beneficios compartidos tambi¨¦n permiten aumentar la inversi¨®n en formaci¨®n en el lugar de trabajo y dar a los trabajadores la oportunidad de negociar directamente con los due?os de las empresas para obtener una parte de las ganancias econ¨®micas de la tecnolog¨ªa a trav¨¦s de aumentos salariales. ¡°Eso dar¨ªa a los trabajadores el derecho de replantearse aspectos de su carrera cuando est¨¢n en la mediana edad¡±, analiza la economista.
Entrenamiento y adaptaci¨®n
El informe se?ala que, aunque las anteriores olas de cambio tecnol¨®gico no han llevado a una p¨¦rdida general de puestos de trabajo, s¨ª han cambiado el mercado laboral. El historiador econ¨®mico James Bradford, de la Universidad de Berkeley, recuerda que, hasta 1970, el r¨¢pido progreso tecnol¨®gico destruy¨® trabajos que exig¨ªan fuerza muscular, pero cre¨® una demanda de trabajadores que supieran operar los nuevos aparatos. ¡°Y la mayor productividad gener¨® aumentos salariales y la gente empez¨® a invertir m¨¢s en ocio, lo que consecuentemente cre¨® m¨¢s oportunidades en ese sector¡±, a?ade.
"En una sociedad envejecida, en la que la gente tiene que trabajar por m¨¢s tiempo, la rob¨®tica puede revertir ese escenario"
Frances O¡¯Grady, secretaria general del TUC, comparte esa visi¨®n: ¡°Algunos de los trabajos actuales no sobrevivir¨¢n, pero se crear¨¢n nuevos puestos y la gente debe estar capacitada para ocuparlos si su labor se vuelve obsoleta¡±, defiende Frances O¡¯Grady, secretaria general del TUC. La central sindical defiende la importancia de invertir en el entrenamiento no solo de j¨®venes, sino tambi¨¦n de los trabajadores en las f¨¢bricas para que se adapten a los cambios introducidos por la rob¨®tica y la inteligencia artificial. El informe indica que esa adaptaci¨®n es m¨¢s f¨¢cil cuando los trabajadores tienen voz a la hora de definir el uso de nuevas t¨¦cnicas de producci¨®n.
Un ejemplo es el centro de producci¨®n de Airbus en Hamburgo, donde trabajan 12.500 personas y que empez¨® a implementar en 2015 su plan de industria 4.0, es decir, la fabricaci¨®n informatizada con todos los procesos interconectados por Internet de las Cosas (IoT). Para ello, miembros de la direcci¨®n de la empresa se reunieron con el sindicato de trabajadores, expertos y autoridades alemanas para elaborar juntos la hoja de ruta de la implementaci¨®n y las partes llegaron a un acuerdo: todos los trabajadores recibir¨¢n entrenamiento en rob¨®tica e inteligencia artificial y no habr¨¢ reducci¨®n de puestos hasta 2020. El resultado fue, en palabras de Jan Hinz, vicepresidente del Consejo General de Empresa de Airbus Alemania, ¡°la fusi¨®n de tecnolog¨ªa, empleo y productividad¡±.
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