La meca de la innovaci¨®n tecnol¨®gica le dice adi¨®s al alcohol en la oficina
La compa?¨ªa estadounidense Salesforce rompe con una de las costumbres arraigadas en Silicon Valley
Silicon Valley tiene una extra?a relaci¨®n con las drogas. Est¨¢ mal visto ser gordo o fumar. El az¨²car es el nuevo tabaco y la dieta de moda es, directamente, no comer. Fumar mata, pero si es marihuana, relaja. Los calmantes son malos, pues generan adicci¨®n, pero no lo son tanto cuando sirven para experimentar.
Las excusas para este doble rasero son de los m¨¢s peregrino. Desde biohacks, la tendencia que pretende hackear el cuerpo humano en busca de productividad ¡ªpor lo que permite tomar la sustancia con tal de buscar la eficiencia¡ª, hasta recurrir al ¨ªdolo espiritual de Silicon Valley, Steve Jobs.?El fundador de Apple tuvo una juventud llena de experimentaci¨®n, era la ¨¦poca hippie tard¨ªa, y ¨¦l un chaval criado en una California llena de agitaci¨®n. Dice la leyenda que era habitual que en los comienzos preguntase a los aspirantes a empleados sobre su relaci¨®n con las drogas en la ¨¦poca universitaria. No lo juzgaba como algo negativo, sino como un signo de curiosidad.
A esto se suma la colecci¨®n de perks en Silicon Valley. Todo vale con tal de agasajar al empleado. Incluso a los inquilinos. Los perks, algo as¨ª como una mezcla de chucher¨ªas, recompensas y privilegios para mantener contento al personal, con masajes, juegos en grupo, m¨¢quinas de videojuegos o cabinas para echarse la siesta, en muchos casos incluyen un minibar con autoservicio en la oficina. Algunas startups tienen hasta una sala secreta donde celebrar los hitos de la incipiente compa?¨ªa. We Work, el espacio de alquiler de oficinas preferido por los techies, incluye grifo para tirar cerveza. En Twitter todav¨ªa tienen algunos.
Salesforce, que esta semana ha tomado el centro de la ciudad con su conferencia, Dreamforce, un evento que copa todas las habitaciones de hotel, ha decidido eliminar el alcohol de sus neveras y eventos internos. Su CEO, Marc Benioff, uno de los grandes fil¨¢ntropos de la zona, considera que no se da buen ejemplo con ello y deteriora la salud.?
En los comienzos de Google hubo masajistas internos, cocineros de sushi y barra libre. En los inicios de Facebook se hicieron c¨¦lebres ¡ªy tambi¨¦n parte de la leyenda por la pel¨ªcula que supuestamente recrea la creaci¨®n de la red social¡ª sus hackathones (maratones de programaci¨®n) regados en alcohol. Ya no. Silicon Valley madura, se cuida y quiere mantener el liderazgo con empleados sanos. Pero no lo tomemos muy en serio, es posible que dentro de unos a?os la moda sea volver a esa cosa tan antigua que sal¨ªa de un alambique. Basta con darle un toque artesano a todo para que gane adeptos en esta orilla del Pac¨ªfico.
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