La partida m¨¢s dif¨ªcil
La adicci¨®n a los videojuegos se consolida como un problema mental que afecta a nueve de cada 100 usuarios
Ricardo Quintero, venezolano de 29 a?os, le peg¨® un pu?etazo a su hermana cuando ten¨ªa 14 por decirle c¨®mo deb¨ªa jugar a un videojuego. ¡°?C¨®mo fui capaz de hacer eso?¡±, se pregunta. Los videojuegos le hab¨ªan hecho perder el control. Ten¨ªa una adicci¨®n que le hizo faltar a compromisos, dejar amistades y bajar el rendimiento acad¨¦mico.
Estudios internacionales se?alan que hasta un 9% de las personas que juegan alrededor del mundo sufren adicci¨®n a los videojuegos. En algunos pa¨ªses asi¨¢ticos ya consideran este hecho como un problema de salud p¨²blica. En China, el gigante de Internet Tencent ha limitado el tiempo diario de uso de su videojuego King of Glory para evitar que los m¨¢s j¨®venes se conviertan en adictos. Este a?o, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha incluido el trastorno por videojuegos como enfermedad mental en el borrador de su pr¨®xima edici¨®n de la Clasificaci¨®n Internacional de Enfermedades (ICD-11, por sus siglas en ingl¨¦s). La ESA, la asociaci¨®n estadounidense que representa a los productos y distribuidores de la industria del videojuego, ha instado a la OMS a reconsiderar su decisi¨®n. Por su parte, la Asociaci¨®n Espa?ola de Videojuegos ha rechazado hacer valoraciones ya que se trata de ¡°un borrador".
Este trastorno se caracteriza por un patr¨®n de juego ¡°continuo o recurrente¡±. La OMS vincula esta enfermedad al aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias. Adem¨¢s, los jugadores pierden el control sobre la frecuencia y duraci¨®n.
Quintero trabajaba como publicista, en ocasiones no acababa sus encargos por jugar y ment¨ªa a sus clientes. ¡°Dec¨ªa cinco minutos y se convert¨ªan en cuatro horas¡±, afirma. La adicci¨®n tambi¨¦n le afect¨® en el ¨¢mbito personal. Quintero recuerda que casi perdi¨® a su novia, con la que ahora va a tener un hijo: ¡°Cuando ten¨ªa 22 a?os, prefer¨ªa jugar a estar con ella¡±.
La mayor¨ªa de personas adictas a los videojuegos tienen una edad media de 20 a?os, pocas competencias sociales y dificultad para persistir en sus objetivos. As¨ª lo explica Susana Jim¨¦nez, psic¨®loga cl¨ªnica y coordinadora de la unidad de juego patol¨®gico y otras adicciones comportamentales del hospital de Bellvitge, en Barcelona. En esta unidad las consultas por videojuegos han crecido desde 2004 un 2%. De los 3.500 casos que tratan de pacientes con adicciones comportamentales, el 5% corresponden a personas con adicci¨®n a videojuegos. Especialmente a los online, de rol, masivos y multijugador. Concretamente al World of Warcraft y al League of Legends (LOL).
Los videojuegos, como terapia
Cada vez m¨¢s profesionales de la salud exploran las posibilidades terap¨¦uticas de los videojuegos. En el Hospital de Bellvitge los utilizan como estrategias complementarias en el tratamiento de la ludopat¨ªa: entrenan al paciente para controlar mejor los estados emocionales negativos y el estr¨¦s, la irritabilidad o la ansiedad. Tambi¨¦n existen videojuegos para que ni?os con c¨¢ncer tengan actitudes m¨¢s positivas ante la quimioterapia o para hacer curas en ni?os que han padecido quemaduras. "Cuando desconectan, se reduce el umbral del dolor", explica Susana Jim¨¦nez. Adem¨¢s, los videojuegos pueden ser extremadamente positivos si se usan adecuadamente, ya que ayudan a desarrollar habilidades como la concentraci¨®n, la atenci¨®n o la memoria.
Isaac Flores empez¨® a jugar al LOL cuando ten¨ªa 17 a?os. Cada semana pasaba al menos dos d¨ªas sin dormir para ¡°mejorar¡±. Jim¨¦nez explica que el hecho de que estos videojuegos requieran una dedicaci¨®n de tiempo tan importante y no tengan fin es lo que los convierte en adictivos. Pese a que Flores comenz¨® jugando con sus amigos, al final acab¨® perdi¨¦ndolos. ¡°Si te enfocas en mejorar, acabas dejando de lado a la gente que no est¨¢ a tu nivel¡±, explica.
A diferencia de Quintero, lo que para ¨¦l empez¨® siendo una adicci¨®n termin¨® convirti¨¦ndose en un trabajo. Dos a?os m¨¢s tarde, varios equipos le quer¨ªan fichar. As¨ª Pepiinero, como es conocido en el mundo de los esports, se convirti¨® en uno de los mejores jugadores del LOL de Espa?a y lleg¨® a cobrar hasta 3.500 euros al mes. Pero le dedicaba m¨¢s de diez horas al d¨ªa: ¡°Acabas dejando de vivir para ti y acabas viviendo para el videojuego¡±. Ahora, con 23 a?os, ha perdido la pasi¨®n por el LOL y ha cambiado los videojuegos por libros. El ¨²ltimo que ha escogido es ¡°Una columna de fuego¡± de Ken Follet. ¡°A m¨ª me ha salido fruct¨ªfero porque he ganado algo a cambio, pero hay gente que invierte el mismo o m¨¢s tiempo y no llega a nada. Muchas veces lo hacen para ver que valen¡±, sostiene.
Gabriel Rubio, jefe del servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital 12 de Octubre (Madrid), afirma que los videojuegos te dan la posibilidad de mejorar tu autoestima. En su Unidad, se trata principalmente a pacientes adictos a juegos con dinero. El doctor destaca que uno de cada tres ha estado anteriormente enganchado a videojuegos y los ha cambiado por las apuestas. Para Jim¨¦nez, en muchas ocasiones es m¨¢s f¨¢cil tratar la ludopat¨ªa, ya que la persona es consciente del problema: ¡°El gran reto con la adicci¨®n a videojuegos es la poca conciencia de enfermedad que tienen estos chicos¡±. El tratamiento tiene dos fases: una que es intensiva y consiste en una sesi¨®n semanal los cuatro primeros meses y luego dos a?os de seguimiento.
La familia desempe?a un papel fundamental, especialmente en la prevenci¨®n. ¡°Jugar a los videojuegos no tiene absolutamente nada de malo, pero hay que limitar los tiempos y proporcionar a los ni?os diversidad de entretenimiento¡±, afirma Andr¨¦s Quinteros, director del centro de psicolog¨ªa Cepsim. Se recomienda jugar como m¨¢ximo dos horas diarias con la luz encendida, no ponerse muy cerca del monitor y evitar poner la pantalla al m¨¢ximo brillo. Durante el tratamiento, el objetivo no es convencer a los pacientes de que los videojuegos son malos, sino hacerles ver lo que se est¨¢n perdiendo como consecuencia de jugar m¨¢s de ocho horas al d¨ªa.
Quintero no se ha sometido a ning¨²n tratamiento para acabar con su adicci¨®n a los videojuegos. Pero los ha sustituido por otras ocupaciones: se ha centrado en el trabajo, toca la bater¨ªa y pasa tiempo con su pareja. En la actualidad sigue jugando cuatro horas por semana al FIFA y al Destiny 2 en la Play Station 4, pero lo que para ¨¦l antes era ¡°todo¡±, ahora supone una v¨ªa de escape. El joven venezolano es consciente de que la adicci¨®n a los videojuegos ha hecho que muchas personas pierdan todo: la familia, el trabajo o los amigos. Pero lanza un mensaje de esperanza: ¡°Lo bueno de tocar fondo es que la ¨²nica opci¨®n que tienes es subir¡±.
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