El BitCoin y la desintermediaci¨®n
La tercera revoluci¨®n industrial, la llamada revoluci¨®n digital, apenas ha comenzado
Dicen los expertos que las nuevas tecnolog¨ªas han propiciado la llegada de la era de la desintermediaci¨®n, en la que los ciudadanos pueden acceder a bienes y servicios de una manera m¨¢s directa. Un ejemplo t¨ªpico es la compra on-line de alimentos tales como aceite, verduras o frutas directamente a los agricultores, evitando la intermediaci¨®n de la tienda o el supermercado. Algo similar sucede con los acuerdos entre particulares, que permiten el alquiler directo de veh¨ªculos o lugares de vacaciones, desplazando a taxistas y hoteles. Se dice que este cambio ha llegado incluso a la pol¨ªtica, donde las redes sociales permiten a los votantes interpelar directamente a sus l¨ªderes pol¨ªticos, o apoyar iniciativas concretas mediante p¨¢ginas como change.org.
Pero, ?c¨®mo afecta esta nueva era a los grandes intermediarios de la econom¨ªa, esto es, a los bancos? En efecto, las entidades bancarias contin¨²an siendo los intermediarios necesarios para enviar una cantidad de dinero a otra persona por transferencia, o de la compra de bienes de precio elevado, como un piso. Incluso al realizar la declaraci¨®n de IRPF, el estado nos pide que le proporcionemos los datos de nuestro intermediario favorito, esto es nuestra cuenta bancaria.
Las monedas electr¨®nicas, como BitCoin, amenazan la posici¨®n de estos poderosos intermediarios, al posibilitar el intercambio on-line de dinero entre particulares sin necesidad de entidades bancarias. Es el propio sistema el que asegura que un particular nunca podr¨¢ transferir m¨¢s dinero del que realmente tiene, la principal preocupaci¨®n en este tipo de transacciones.
El problema al que se enfrenta BitCoin, y otras monedas similares, es el usual en este tipo de cambios de paradigma: la falta de confianza. La gente se siente razonablemente segura con el sistema actual, y los ahorros son algo demasiado serio para hacer apuestas. Una red financiera descentralizada de la que nadie (o todos) se hace responsable transmite la sensaci¨®n de que o bien no hay ning¨²n tipo de control o , a¨²n peor, de que alguien la controla entre bambalinas sin nuestro conocimiento. La propia palabra criptomoneda, utilizada para referirse a las nuevas monedas como BitCoin o Ethereum, genera desconfianza en el ciudadano de a pie. El t¨¦rmino apela a la utilizaci¨®n de la criptograf¨ªa para mantener la seguridad del sistema, una t¨¦cnica que tambi¨¦n utilizan los bancos y estados de forma rutinaria. Sin embargo, al lego en la materia la palabra le sugiere la idea de moneda con algo misterioso u oculto, cr¨ªptico. No es la mejor forma de ganar la confianza.
Bitcoin es utilizado hoy en d¨ªa m¨¢s como mercanc¨ªa en la que invertir que como moneda, con la consiguiente ¡°burbuja¡± especuladora asociada, lo que tampoco ayuda a mejorar su prestigio como sistema de pago
Por todo ello, Bitcoin es utilizado hoy en d¨ªa m¨¢s como mercanc¨ªa en la que invertir que como moneda, con la consiguiente ¡°burbuja¡± especuladora asociada, lo que tampoco ayuda a mejorar su prestigio como sistema de pago.
Sin embargo, suceda lo que suceda en el futuro con Bitcoin, la tecnolog¨ªa en la que se apoya, llamada encadenamiento de bloques o blockchain, ha sido ya aceptada como una excelente manera de almacenar informaci¨®n de forma segura y descentralizada. A partir de esta tecnolog¨ªa, que simula un ¡°libro contable¡± al que se pueden a?adir entradas de forma consensuada pero que no puede modificarse, se est¨¢n dise?ando nuevas monedas, sistemas de almacenamiento de historiales m¨¦dicos, notar¨ªas on-line¡y solo estamos comenzando.
Todos recordamos la inicial desconfianza hacia el comercio on-line o hacia la banca electr¨®nica, que se ha ido superando, a medida que se ha comprobado que los mecanismos de seguridad funcionan. Si los ciudadanos comienzan a utilizar sistemas basados en blockchain que funcionen de forma satisfactoria, poco a poco las criptomonedas y otros productos similares podr¨ªan irse aceptando como alternativas, primero complementarias y luego sustitutivas, de las entidades bancarias.
Parece que la desintermediaci¨®n ha venido para quedarse, con todas sus ventajas y problemas ejemplificados en las recientes protestas de los taxistas contra la competencia de veh¨ªculos particulares. Aunque, si lo analizamos bien, en casi todos los casos surge un nuevo intermediario que reemplaza a los anteriores: la red. En efecto, Internet hace posible esta transformaci¨®n, pero a la vez se ofrece como medio necesario para lograrla. Los efectos a corto plazo sobre la econom¨ªa y las estructuras sociales son dif¨ªciles de prever. Podemos decir que la tercera revoluci¨®n industrial, la llamada revoluci¨®n digital, apenas ha comenzado.
Rafael Caballero es director de la C¨¢tedra Big Data y An¨¢lisis HPE de la Universidad Complutense de Madrid
Cr¨®nicas del Intangible es un espacio de divulgaci¨®n sobre las ciencias de la computaci¨®n, coordinado por la sociedad acad¨¦mica SISTEDES (Sociedad de Ingenier¨ªa de Software y de Tecnolog¨ªas de Desarrollo de Software). El intangible es la parte no material de los sistemas inform¨¢ticos (es decir, elsoftware), y aqu¨ª se relatan su historia y su devenir. Los autores son profesores de las universidades espa?olas, coordinados por Ricardo Pe?a Mar¨ª (catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid) y Macario Polo Usaola (profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha).
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