El desorbitado precio de la vivienda en Silicon Valley provoca una fuga de talentos
Fondos de inversi¨®n, visionarios y emprendedores abandonan la capital tecnol¨®gica y lugares como Nueva York, Los ?ngeles o Miami comienzan a despertar como nichos de 'startups'
Los negacionistas dicen que es c¨ªclico. Los pocos datos que hay constatan un hecho: la fuga de Silicon Valley es constante y se acent¨²a. Sigue siendo la capital tecnol¨®gica pero la presi¨®n inmobiliaria y la lentitud de salida a bolsa de las startups para poder convertir en dinero las acciones preferentes, tiene sus consecuencias.
Russell Hancock, responsable de Joint Venture Silicon Valley, cree que hay un freno: ¡°Ha sido un lugar de crecimiento, en gran parte porque viene much¨ªsima gente de todas partes del mundo. Esto est¨¢ cambiando¡±. Un estudio de su firma explica la situaci¨®n. El motivo esgrimido con m¨¢s frecuencia es el coste de la vivienda. En la televisi¨®n local lo definen como ¨¦xodo, sin miramientos.
Combinator, la incubadora m¨¢s laureada, ha puesto el foco en Am¨¦rica Latina. Desde que Platzi entr¨® no ha pasado una hornada de startups sin que haya un representante del continente
Los migrantes se mudan a Sacramento, Austin (en Texas) y Portland (en Oreg¨®n). Al mismo tiempo, centros como Nueva York, Los ?ngeles, Miami y Atlanta comienzan a despertar como nichos de startups.
El precio medio de compra de una casa en San Francisco roza el mill¨®n de d¨®lares seg¨²n los datos del portal Zillow. Mientras que en Sacramento, capital de California, se queda en poco m¨¢s de 300.000. En 2017, San Francisco tuvo una emigraci¨®n neta negativa de 2.332 habitantes seg¨²n cifras del ayuntamiento, pero eso son solo los censados. Muchos no se dan de alta o solo lo hace la persona del hogar cuyo nombre figura en las facturas. Algo razonable si se tiene en cuenta la gran cantidad de pisos compartidos.
La cantidad de mudanzas es tal que la empresa U-Haul ha tomado medidas para gestionar la demanda. Mientras que el alquiler de una de sus furgonetas tiene un coste inicial de 100 d¨®lares en Las Vegas; en San Francisco y San Jos¨¦, las dos capitales de la bah¨ªa, el coste por el primer d¨ªa es de 2.000 d¨®lares.
Los inversores siguen la tendencia. Robin Li de GGV Capital, ha decidido mover parte de sus operaciones a Detroit. Patrick McKenna de High Ridge Partners Ventures, ya ten¨ªa casa en Miami, donde ha comenzado a invertir m¨¢s activamente. 500 Startups acaba de anunciar la creaci¨®n de un fondo de 400 millones de d¨®lares para promover las iniciativas tecnol¨®gicas en la capital latina. No son los ¨²nicos en este espacio. Jim Clark, cofundador de Mozilla tambi¨¦n se ha mudado a Florida.
Y Combinator, la incubadora m¨¢s laureada, ha puesto su ojo en Am¨¦rica Latina. Desde que Platzi entr¨® no ha pasado una hornada de startups sin que haya un representante del continente. La ¨²ltima ha sido la colombiana Ropeo.
El ¨²ltimo en dar la voz de alarma ha sido Peter Thiel, uno de los perfiles m¨¢s pol¨¦micos de la zona, que ha apoyado mover parte de su fondo a Los ?ngeles lanzando un mensaje claro: no piensa volver a invertir en Silicon Valley mientras tenga la sensaci¨®n que la mitad de su dinero queda en manos de los magnates del ladrillo y los servicios.
Quiz¨¢ Silicon Valley solo sea un estado de ¨¢nimo, un m¨¦todo, un ecosistema sin ancla espacial, que se expande.
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