V¨ªctor Sampedro: ¡°Cada comunidad consume su propia mentira¡±
Profesor universitario y analista, en su ¨²ltimo libro alerta sobre la manipulaci¨®n de la Red
![V¨ªctor Sampedro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KZ5OZRU3SOYK7JAIEO4NODZASU.jpg?auth=4fda73b09d258728fb1d7f725c2493484b7407bbe89788d582850f6e40cdc312&width=414)
V¨ªctor Sampedro (Viveiro, Lugo, 1966) trata de poner l¨ªmites a su uso de las redes sociales, de utilizarlas siempre por un buen motivo y en conexi¨®n con el mundo de carne y hueso. Un ejemplo: ¡°Uso sobre todo un grupo de WhatsApp llamado Familia, donde trato de mantener los cuidados de mis seres m¨¢s queridos, ser atento m¨¢s que llamar la atenci¨®n¡±, cuenta. Catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica y Opini¨®n P¨²blica en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), especialista en teor¨ªa de la democracia y medios de comunicaci¨®n, as¨ª como en tecnolog¨ªa y movimientos sociales, analiz¨® y estudi¨® los procesos del 15-M y, m¨¢s recientemente, fue propuesto para el consejo de administraci¨®n de RTVE por Podemos. Su ¨²ltimo libro, Diet¨¦tica digital. Para adelgazar al gran hermano (Icaria), alerta de la facilidad con la que regalamos nuestros datos a las megacorporaciones.
?D¨®nde est¨¢ el feminismo que liga identidad femenina individual con identidad colectiva y de clase?
- P. ?Por qu¨¦ son tan importantes mis datos, si yo no soy tan importante?
- R. Cuando usamos una red social no utilizamos una red de comunicaci¨®n, sino de monitoreo de nuestra actividad, nuestras predisposiciones, gustos¡ Cada interacci¨®n genera un dato que es monetarizado por las plataformas. Luego los mensajes publicitarios llegan a un segmento identificado del mercado pol¨ªtico o comercial. Si quienes controlan las bases de datos est¨¢n fuera del escrutinio p¨²blico, pueden acabar estigmatizando a determinados sectores sociales, ya sea por poder adquisitivo, ideolog¨ªa o cualquier otra cosa. Al dar tus datos pierdes tu autonom¨ªa, tu libertad.
- P. ?Siempre ha sido as¨ª?
- R. No. El Internet del comienzo era de pioneros, hab¨ªa una garant¨ªa de derecho al anonimato, a la libertad para expresarte sin coerci¨®n, y tambi¨¦n a la neutralidad: tus bytes pesaban igual que los m¨ªos, o que los de un jefe de Gobierno o consejero delegado. Esto ya no es as¨ª: la Red ha ido siendo colonizada poco a poco, como toda esfera p¨²blica o ¨¢mbito de debate, por monopolios corporativos de facto y por un sistema de vigilancia estatal, que trabaja al alim¨®n con esas corporaciones.
- P. Adem¨¢s de desarrollar el marketing personalizado, ?hay alguna otra cosa que la Red pueda hacer en nuestro perjuicio?
- R. Adem¨¢s del secuestro de nuestra atenci¨®n y el proceso de autoporno (la exhibici¨®n constante de nuestra vida), estamos siendo objeto de estudios de mercado. Olvidamos que la tecnolog¨ªa digital deja rastro.
- P. ?Nos manipulan las Redes?
- R. Los algoritmos son muchas veces difusores de fake news: contenidos publicitarios, dise?ados al detalle seg¨²n tu perfil, sin conexi¨®n con la realidad, para producir determinado impacto. Siempre te cuentan aquello que est¨¢ m¨¢s cerca de tus sesgos. La referencia con la realidad desaparece, as¨ª como la verdad y los criterios ¨¦ticos compartidos. As¨ª, cada comunidad consume su propia mentira.
- P. Trump tiene que ver con todo esto.
- R. Trump es el C¨¦sar digital, el loco del manicomio que se cree Napole¨®n, salta la tapia y se lleva a los locos con ¨¦l. Utiliza Twitter para entronizarse como el trol por antonomasia.
- P. Los reality shows son una de sus bestias negras.
- R. No todos, puede haber algunos con sentido p¨²blico. En ellos est¨¢n todos los mimbres que encontramos en las Redes: ah¨ª empieza la falsa interactividad digital. Falsa porque sirve m¨¢s a los productores y a las empresas que a los espectadores. Los millennials votaban a Rosa o a Bisbal pagando sms: eran estudios de mercado en tiempo real. Ahora dicen ¡°me gusta¡± o ¡°me enoja¡±. Y pagan con su intimidad.
- P. ?La Red fomenta la autoexplotaci¨®n?
- R. La fuerza de trabajo hoy no tiene valor, o tiene uno muy peque?o frente a las rentas del capital. Como trabajadores no valemos nada. Tenemos que capitalizarnos: si tienes cuerpo te vas a Instagram, si tienes discurso te vas a Twitter, si tienes una bici te vas a Deliveroo, si tienes un coche¡ Capitalizas tu vida, tu biograf¨ªa. Por eso nos vemos obligados a crearnos una marca digital y unirnos a comunidades.
- P. Hay un debate en la izquierda entre la apuesta por los asuntos identitarios o por los temas de clase. ?Tiene algo que ver con las Redes?
- R. Por supuesto. Un ejemplo es el #MeToo, que denuncia abusos sexuales. Se canaliza como la agregaci¨®n de identidades individuales que construyen un hashtag que contiene el ¡°me¡±, el yo. ?D¨®nde est¨¢ el ¡°us¡±, el nosotros? Las ¨²nicas identidades colectivas que se van a formar son aquellas que puedan ser objeto de explotaci¨®n comercial.
- P. ?C¨®mo sucede eso?
- R. Es obvio que el #MeToo llega a profesionales, clase media, media-alta e incluso celebrities. Es un discurso adem¨¢s individualista, a pesar de fen¨®menos como la feminizaci¨®n de la pobreza. ?D¨®nde est¨¢ el feminismo que liga la identidad femenina individual con una identidad colectiva y, m¨¢s all¨¢, de clase?
- P. ?C¨®mo hacer pol¨ªtica ahora?
- R. Gente como Snowden o WikiLeaks ya empezaron a rebelarse. Google ha sido criticado por sus intentos de establecer un buscador en China sometido a la censura. Facebook, por la campa?a electoral que permiti¨® gobernar a Duterte, un nuevo dictador presuntamente elegido. El control de las tecnolog¨ªas tiene que pasar por la sindicaci¨®n de sus trabajadores, que cuiden del bien colectivo dentro de la empresa y la sociedad.
- P. Usted estuvo propuesto por Podemos para el consejo de RTVE.
- R. Si hubiera resultado elegido, mi principal tarea habr¨ªa sido un uso de las redes sociales desde un ente que trabaja por una esfera p¨²blica com¨²n. Fue un proceso fallido de un Gobierno de coalici¨®n que mostr¨® muchas de sus flaquezas. A mi modo de ver ha habido una involuci¨®n: la vuelta del control de los partidos mayoritarios.
- P. Hay quien habla de purga en el ente p¨²blico.
- R. Son calificados de purgas lo que son cambios de grupos que estaban cuestionados en la propia casa y por parte de las audiencias. Lo ¨²nico que les importa a los partidos en liza es controlar al jefe de informativos para la siguiente campa?a electoral.
- P. Usted dice que no quiere sonar dist¨®pico, sino optimista. Pero su relato parece una fantas¨ªa ciberpunk.
- P. Bueno, el ciberpunk ensalzaba la figura del hacker¡ Eso es que la distop¨ªa es evitable.
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