¡°Pens¨¦ m¨¢s en que el programa funcion¨® que en la llegada a la Luna¡±
Margaret Hamilton codific¨® el 'software' que acompa?¨® la misi¨®n Apolo 11 en 1969
Es la mujer que dise?¨® el programa inform¨¢tico que utiliz¨® la misi¨®n Apollo 11, la que consigui¨® que el ser humano llegara la Luna por primera vez en 1969. Margaret Hamilton (Indiana, Estados Unidos, 1936) aterriz¨® esta semana por primera vez a Barcelona. Disfrut¨® de la arquitectura de Gaud¨ª y de un concierto en el Palau de la M¨²sica en una ciudad que le pareci¨® ¡°maravillosa¡±. Recogi¨® el t¨ªtulo de doctora honoris causa en la Universidad Polit¨¨cnica de Catalunya. El aplomo y precisi¨®n que se desprende de sus frases pertenecen a alguien que es testigo de la historia de la inform¨¢tica desde el primer d¨ªa. Ella fue la primera que uni¨® los t¨¦rminos ingenier¨ªa y software. ¡°Pens¨¦ m¨¢s en que: ?por Dios, el software funcion¨®!; que en que hab¨ªamos llegado a la Luna¡±, recuerda sobre un episodio que estos d¨ªas se revive en las salas de cine con First man (El primer hombre).
Un programa inform¨¢tico tiene que tener en cuenta todas las combinaciones posibles de los factores que intervienen en su cometido. Si una de ellas no est¨¢ incluida en el c¨®digo, es cuando este falla. En la misi¨®n que llev¨® a Neil A. Armstrong y Edwin E. Aldrin al sat¨¦lite terrestre, un error podr¨ªa conllevar un desenlace fatal. Hamilton, que fue directora de la Divisi¨®n de Ingenier¨ªa del Software del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), vio la importancia de dise?ar los programas anticip¨¢ndose a los errores. Si para construir un puente se tienen que tener antes p¨¢ginas y p¨¢ginas de documentaci¨®n, para desarrollar algunos programas inform¨¢ticos, tambi¨¦n. Hamilton lo llama? ¡°software preventivo¡±.
El ordenador que viajaba con la misi¨®n lunar ten¨ªa una capacidad que hoy en d¨ªa se ve m¨ªnima. ¡°En aquella ¨¦poca si un ordenador se sobrecargaba, se apagaba¡±, cuenta Hamilton. Su software sirvi¨® para realizar c¨¢lculos durante la misi¨®n y estaba equipado con un ¡°sistema de detecci¨®n de errores que pod¨ªa salvar vidas¡±. En caso de producirse un hecho inesperado, el programa era capaz de avisar a los astronautas en una serie de pantallas. El reto m¨¢s dif¨ªcil para Hamilton fue combinar el funcionamiento del programa, que ten¨ªa un cierto retraso, con la comunicaci¨®n por voz con los astronautas. Lo program¨® utilizando lenguaje ensamblador, mucho m¨¢s dif¨ªcil que los lenguajes m¨¢s populares de hoy en d¨ªa. Preguntada por si le pareci¨® dif¨ªcil, r¨ªe y dice: ¡°?Antes hab¨ªa programado en binario!¡±, haciendo referencia a secuencias de ceros y unos para dar instrucciones a la computadora.
La nueva doctora honoris causa de la UPC ¡ªque recibi¨® en 2016 una de las Medallas Presidenciales de la Libertad por parte de Barack Obama¡ª estudi¨® matem¨¢ticas con una menci¨®n en filosof¨ªa. Hamilton dice que ha aprendido mucho con los a?os de la relaci¨®n entre ambas disciplinas, ya que la tecnolog¨ªa ahora es transversal. Apasionada a¨²n hoy en d¨ªa por ¡°lo que los errores nos dicen¡±, la inform¨¢tica fund¨® su propia empresa en 1986, Hamilton Technologies, que cre¨® un lenguaje propio de conceptualizaci¨®n de los programas.
Margaret apunta que actualmente ¡°se utilizan los mismos ciclos de vida de los programas de hace 50 a?os y no tendr¨ªa que ser as¨ª¡±. ¡°La gente continua haciendo las cosas de la misma forma porque les dicen que lo hagan as¨ª y es dif¨ªcil inventar una nueva forma que vean totalmente ajena¡±, reflexiona Hamilton sobre la ingenier¨ªa del software. Seg¨²n ella, los profesionales de estos campos son, en general, reticentes al cambio y, es por eso, que cree en el poder emprendedor ¡°los ni?os peque?os y los ni?os viejos con mentes j¨®venes¡±.
Sobre los retos de futuro de la inform¨¢tica, como la inteligencia artificial, Hamilton relativiza: ¡°Cuando anunciaron la llegada de los ordenadores, tambi¨¦n se dec¨ªa que robar¨ªan el trabajo de mucha gente y que har¨ªan cosas peligrosas¡±. ¡°Result¨® que los ordenadores hasta crearon m¨¢s empleo¡±, a?ade. Y concluye el paralelismo: ¡°Si la inteligencia artificial hace cosas malas, se crear¨¢n m¨¢s trabajos para luchar contra ellas¡±. Hamilton no utiliza las redes sociales, porque viene ¡°de un mundo donde la privacidad era preciada¡± y ella no quiere perder la suya.
Mujeres inform¨¢ticas: ¡°Inclusividad y evoluci¨®n natural¡±
¡°Por supuesto que queremos inspirar a las mujeres a que hagan lo que quieran y sean capaces¡±, reflexiona Hamilton. No obstante, le generan ¡°sentimientos contradictorios¡± iniciativas como Barcelona Grad Cohort Workshop, unos talleres que se celebraron a semana pasada en la capital catalana con el objetivo de? tejer una red de mujeres inform¨¢ticas. Hamilton apuesta por la ¡°inclusividad¡± y por ¡°un trato igualitario fruto de una evoluci¨®n natural¡± m¨¢s que ¡°por crear un nuevo tipo de exclusividad¡±. Recuerda que en sus inicios en el MIT asisti¨® a algunas reuniones de un grupo de mujeres para reivindicar sus derechos. ¡°Me pidieron que diera una charla en la sala principal, pero era un acto solo para mujeres. Les dije que no pod¨ªa hacerlo porque crear¨ªa un nuevo tipo de discriminaci¨®n¡±, explica.
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