Facebook permit¨ªa que menores gastaran miles de d¨®lares en juegos online

Eran los a?os del apogeo en Facebook de juegos como Angry Birds, PetVille o Ninja Saga, donde pod¨ªan comprarse p¨®cimas o armas para ganar m¨¢s f¨¢cil. Los ni?os eran un p¨²blico fijo y gastaban dinero con la tarjeta de sus inconscientes padres. Desde Facebook no solo sab¨ªan de esta pr¨¢ctica, sino que evitaron cambiar de m¨¦todos para evitarla.

Los padres met¨ªan una vez su tarjeta de cr¨¦dito para comprar algo en el juego. Despu¨¦s, Facebook ya no advert¨ªa m¨¢s y botones inocuos que daban poderes virtuales en realidad segu¨ªan cobrando a los padres despistados. Una encuesta interna de Facebook descubri¨® que muchos padres no sab¨ªan que la compa?¨ªa conservaba los datos de la tarjeta ni que los ni?os pod¨ªan usarla de nuevo sin ninguna contrase?a o verificaci¨®n, seg¨²n publica Reveal, medio del Centro de Periodismo de Investigaci¨®n de EEUU.

Tambi¨¦n llamaban ¡°ballenas¡± a esos ni?os, un t¨¦rmino que se usa en casinos para clientes despilfarradores

La compa?¨ªa internamente llamaba ¡°fraude amigo¡± a estos ingresos, en referencia a que un menor usara dinero en el juego sin el consentimiento de sus padres. Tambi¨¦n llamaban ¡°ballenas¡± a esos ni?os, un t¨¦rmino que se usa en casinos para clientes despilfarradores.

Facebook conoc¨ªa con certeza la pr¨¢ctica: recib¨ªa peticiones de reembolso del dinero a trav¨¦s de las tarjetas un 9% de las veces. En el sector, recibir un 1% de reclamaciones ya es motivo de alarma. Facebook analiz¨® por qu¨¦ tanta gente les ped¨ªa el dinero de vuelta. Un 7% era por arrepentimiento del comprador. El otro 93% era un menor que usaba la tarjeta de sus padres o abuelos. Para el juego de Angry Birds, por ejemplo, la media de edad de los menores era de 5 a?os. En casi todos los casos, admite Facebook, los padres no cre¨ªan que un ni?o pudiera usar repetidamente la tarjeta sin freno.

Documentos internos

La revelaci¨®n procede de la publicaci¨®n de 135 p¨¢ginas ¨Ccon restricciones¨C del sumario de un juicio de 2016 en Estados Unidos de las familias de varios ni?os en contra de Facebook. El Centro de Periodismo de Investigaci¨®n pidi¨® la publicaci¨®n de esa documentaci¨®n por inter¨¦s p¨²blico. Son b¨¢sicamente documentos internos de Facebook de 2010 hasta 2014.

Seg¨²n un comunicado de Facebook, en 2016 abandon¨® esta pr¨¢ctica: ¡°Examinamos peri¨®dicamente nuestras pr¨¢cticas y en 2016 acordamos actualizar nuestros t¨¦rminos y proveer recursos espec¨ªficos para peticiones de reembolso relacionadas con compras hechas por menores en Facebook¡±.

La gravedad no es solo c¨®mo embauc¨® a menores ¨C¡°ni siquiera parece dinero para un menor¡±, escrib¨ªa una empleada¨C, sino la persistencia. Un grupo de empleados de Facebook encontr¨® una soluci¨®n sencilla para evitar las reclamaciones: siempre que hubiera sospecha de que un menor gastara excesivamente, Facebook pedir¨ªa seis cifras del n¨²mero de tarjeta al usuario. Era un modo simple de confirmar que el juego te iba a volver a hacer pagar.

El remedio se desech¨® porque iba a reducir los ingresos. ¡°Si cre¨¢ramos modelos de riesgo para reducir esto, se bloquear¨ªa una buena entrada de ingresos¡±, escribe un empleado de Facebook.

Facebook ten¨ªa tambi¨¦n pensados modos de evitar reembolsar el dinero. A los que se quejaban, siempre seg¨²n los documentos, les planteaban ofrecerles nuevas ventajas en el juego: espadas, vidas extra o ¡°bienes virtuales que no tienen coste¡±. Para los que reclamaban a la compa?¨ªa de las tarjetas, Facebook dise?¨® un programa que autom¨¢ticamente pon¨ªa en duda las peticiones de los afectados. En la documentaci¨®n no queda claro si se puso en marcha este sistema y sus hipot¨¦ticos resultados.

Para hacerse una idea del porcentaje que Facebook ingres¨® con estas pr¨¢cticas, entre 2008 y 2014 la ¡°estimaci¨®n razonable de Facebook¡± de compras para juegos en Facebook adquiridos por usuarios de menos de 18 a?os en Estados Unidos suma m¨¢s de 30 millones de d¨®lares. Los reembolsos o devoluciones que Facebook debi¨® hacer en esos a?os superan los 3 millones.

En 2013 el lema de Facebook era ¡°mu¨¦vete r¨¢pido y rompe cosas¡±. Se refer¨ªa, en principio, a posibles errores de software. Pero con estas nuevas revelaciones cada vez est¨¢ m¨¢s claro que el r¨¢pido crecimiento de la compa?¨ªa ten¨ªa poco inter¨¦s por detalles como el uso de dinero por parte de menores o la privacidad de sus usuarios. ¡°Cuando las empresas crecen ¨Cescrib¨ªa Zuckerberg en una carta a inversores en 2012¨C se ralentizan demasiado porque temen m¨¢s cometer errores que perder oportunidades por su lentitud¡±. Ahora ya sabemos que Facebook prefiri¨® correr para ganar al precio que fuera. Quiz¨¢ acertaron y han ganado. O la carrera a¨²n no ha terminado.