¡°No entiendo ni mi letra¡± ?Mat¨® la tecnolog¨ªa a la caligraf¨ªa?

En febrero de 2011, durante una entrevista en televisi¨®n, una persona del p¨²blico le pregunt¨® a Mariano Rajoy por su propuesta de medidas para crear empleo. El entonces candidato a la presidencia del Gobierno mir¨® los papeles que ten¨ªa en la mesa y se excus¨®. ¡°Me ha pasado una cosa verdaderamente notable¡±, dijo, ¡°y es que lo he escrito aqu¨ª y no entiendo mi letra¡±.

El incidente caus¨® mucha mofa en el momento, pero, a juzgar por un estudio realizado en Reino Unido por la compa?¨ªa Docmail en junio de 2012, Mariano Rajoy no estaba solo en su lucha por descifrar su propia caligraf¨ªa: un tercio de los 2.000 encuestados que a¨²n escrib¨ªan a mano confesaban tener problemas a veces para entender lo que hab¨ªan escrito.

El acto de anotar algo con un bol¨ªgrafo o un l¨¢piz en un papel parece estar convirti¨¦ndose en algo obsoleto. M¨¢s all¨¢ de la lista de la compra, que un 80% de los espa?oles a¨²n hace a mano seg¨²n un estudio de Ipsos, la escritura anal¨®gica es cada vez menos frecuente. Ese mismo estudio, realizado en 2016, dec¨ªa que el 75% de los espa?oles no escribe a mano con regularidad. Y no es que no se escriba: s¨ª se hace, pero en un teclado o en la pantalla del smartphone.

Los emails primero y las redes sociales y las apps de mensajer¨ªa instant¨¢nea despu¨¦s fueron sustituyendo las cartas y las postales (seg¨²n datos de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia, el 74,3% de los espa?oles no envi¨® ni recibi¨® ninguna carta o postal de otro particular durante la segunda mitad de 2018). Dejar notas parece tambi¨¦n innecesario cuando puedes enviar un WhatsApp y tomar apuntes es m¨¢s r¨¢pido en el teclado de un port¨¢til para una generaci¨®n que lleg¨® a la universidad con sus habilidades mecan¨®grafas ya desarrolladas. ?Los recordatorios en forma de post-it, las anotaciones en la agenda, nuestro propio diario? Como dec¨ªa Steve Jobs ¡ªen una cita que por evidente suena a antigua¡ª, ¡°there¡¯s an app for that¡±. Hay una aplicaci¨®n para eso.

?Menos pr¨¢ctica, peor letra?

Mucha gente tiene la sensaci¨®n de que, ahora que escribe menos, tiene peor letra. Ser¨ªa f¨¢cil concluir que a esos dos hechos, escribir poco y una mala caligraf¨ªa, los une una relaci¨®n causal, pero no todo el mundo est¨¢ de acuerdo. Anna Coll, directora del Estudio Deletras de caligraf¨ªa y creatividad, se?ala que la letra no empeora "por escribir poco", sino "por haber aprendido o practicado mal".

Aprender mal a escribir es, seg¨²n la experta, algo habitual. "El sistema espa?ol utiliza un patr¨®n muy redondo para las letras, y no permite levantar el l¨¢piz", asegura. Esto provoca que no haya "ritmo" en la escritura y no se aprendan ligaduras. Al coger velocidad, algo habitual al tomar apuntes, la letra "se suele vencer a la derecha y deformarse". Es decir, uno puede tener buena letra ¡ªentendida como bonita y legible¡ª en primaria, cuando escribe m¨¢s despacio, pero es m¨¢s dif¨ªcil que esta sobreviva tras etapas educativas superiores.

La falta de pr¨¢ctica no influye tanto en el resultado final, la caligraf¨ªa, como en lo que sentimos cuando nos ponemos a escribir a mano: cansancio, cierta sensaci¨®n de rareza, e incluso dolor. La fisioterapeuta Raquel Cantero, doctora por la Universidad de M¨¢laga y especialista en la mano, apunta que en esa fatiga que notamos al escribir influyen sobre todo "factores posturales", pero que "el cambio generacional que estamos viendo en los ¨²ltimos a?os respecto al uso de la tecnolog¨ªa", donde cada vez "escribimos menos", podr¨ªa ser "un factor a?adido".

Esa poca pr¨¢ctica tambi¨¦n puede influir, seg¨²n Cantero, en que escribamos m¨¢s despacio. Y cuanto m¨¢s despacio se escribe ¡°m¨¢s probabilidad de que aparezca dolor¡±. Adem¨¢s, al escribir a mano es necesario mantener un ¡°¨¢ngulo de extensi¨®n de mu?eca¡± adecuado. El no mantenerlo podr¨ªa ser, se?ala la experta, una de las causas por las cuales nos parece que nuestra letra cambia.

El sentido de la buena letra en un mundo de pantallas

Desde 2016, la asignatura de caligraf¨ªa es opcional y no obligatoria para los escolares finlandeses. Cuando se anunci¨® la medida a finales de 2014 se arm¨® mucho revuelo, ya que muchos medios entendieron y difundieron que los ni?os ya no iban a aprender a escribir a mano. En realidad, lo que se releg¨® a asignatura optativa fue la llamada caligraf¨ªa simplificada, la cl¨¢sica letra enlazada con la que los ni?os aprenden a escribir. Los ni?os y ni?as finlandeses aprenden ahora ¨²nicamente de forma obligatoria a escribir con letra de imprenta.

El cambio, aunque menos radical de lo que cubrieron algunos medios al principio, plasma sin embargo hacia d¨®nde van las cosas. En un mundo en el que cada vez se escribe menos a mano, ?importa realmente tener buena o mala letra? Coll explica que s¨ª hay adultos interesados en mejorar su caligraf¨ªa, pero que son sobre todo ¡°opositores y alumnos de bachiller¡±, que se juegan que no se les corrija un examen ¡°si presentan ejercicios ilegibles¡±. M¨¢s all¨¢ de eso, se trata sobre todo de una cuesti¨®n nost¨¢lgica: personas que a?oran ¡°la sensaci¨®n de conexi¨®n de la mente con la mano¡± o aficionados a las estilogr¨¢ficas que quieren ¡°lucir una bonita escritura¡±.

Esa nostalgia o quiz¨¢ una reacci¨®n a un mundo cada vez m¨¢s digitalizado explica que en los ¨²ltimos a?os se haya puesto de moda la llamada caligraf¨ªa creativa. La editorial Rubio, empresa que edita los cl¨¢sicos cuadernos de escritura y c¨¢lculo, tiene tambi¨¦n desde hace un par de a?os cuadernos destinados a este p¨²blico, aunque seg¨²n Enrique Rubio, director gerente de la empresa, sigue habiendo demanda de los cl¨¢sicos para ni?os.

"La buena letra no es solo una cuesti¨®n de est¨¦tica, sino que es clave en el aprendizaje de los ni?os porque activa redes neuronales que conectan diferentes zonas del cerebro: el ¨¢rea motora, el ¨¢rea visual y la cognitiva", asegura Rubio. Adem¨¢s, a?ade que este aprendizaje "desarrolla la motricidad fina y la coordinaci¨®n ¨®culo-manual".

Es en la etapa escolar cuando se presta m¨¢s atenci¨®n a aprender a escribir bien y con una letra legible, pero el proceso de aprendizaje empieza mucho antes. Y aqu¨ª hay tambi¨¦n algunas voces que alertan de una posible influencia de la tecnolog¨ªa: hace dos a?os, los medios brit¨¢nicos recog¨ªan la alarma de algunos pediatras, que alertaban de que cada vez a m¨¢s ni?os les costaba sujetar bien el l¨¢piz. Culpaban a un uso excesivo de tecnolog¨ªa como tablets y smartphones, que robaba a los ni?os oportunidades de ejercitar sus m¨²sculos haciendo otras cosas.

Cantero explica que en esas etapas iniciales, en preescolar, ¡°la mano del ni?o no est¨¢ preparada para la escritura¡±. Seg¨²n la experta, a esa edad es m¨¢s importante ¡°jugar en el parque y trepar, jugar con la arena, manipular piedras y objetos de diferentes texturas¡±. Todo esto contribuye a ir desarrollando musculatura, sensibilidad y habilidades que luego ser¨¢n clave a la hora de escribir mejor o peor.

Es m¨¢s adelante, a partir de los 8 o 9 a?os, cuando ese entrenamiento se plasma en la caligraf¨ªa. "Siempre que no exista un problema neurol¨®gico de base o un problema f¨ªsico", se?ala Cantero, "la ¡°letra fea¡± podr¨ªa ser consecuencia de una falta de manipulaci¨®n y experimentaci¨®n manual", algo que se est¨¢ "acentuando con el abuso de las nuevas tecnolog¨ªas".

De fondo, contin¨²a la cuesti¨®n clave de todo esto: ?tiene futuro la escritura a mano? Aunque la opini¨®n generalizada es que s¨ª y desde la psicolog¨ªa se defienden los beneficios de expresarse moviendo un bol¨ªgrafo sobre un papel, hay tambi¨¦n voces contrarias. Una de las m¨¢s pol¨¦micas es la de la editora y escritora estadounidense Anne Trubek, autora del libro The History and Uncertain Future of Handwriting (La historia y el futuro incierto de la escritura a mano) y de una serie de art¨ªculos en los que muestra su escepticismo con respecto al futuro de la escritura a mano.

Seg¨²n la autora, los defensores de seguir escribiendo a mano tienden a olvidar que escribir no es algo natural, sino aprendido. Adem¨¢s, sostiene que sustituir la escritura a mano por teclados en los colegios tendr¨ªa un poder democratizador al igualar al alumnado y eliminar los prejuicios que despierta entre los profesores un ejercicio o un examen realizado con una ¡°letra fea¡±.