La hidra de internet ha dejado de ser inmortal
Las grandes plataformas como Facebook han secuestrado y concentrado el tr¨¢fico de la Red para financiar su crecimiento con nuestra seguridad
El apag¨®n de Facebook ocurre unas horas despu¨¦s de que la filtradora Frances Haugen revele su identidad en el programa 60 minutos de la CBS, y unas horas antes de que declare en el Congreso sobre los documentos internos que filtr¨®. A diferencia de Edward Snowden, Frances no ha tenido que huir a Hong Kong antes de dar la cara. Facebook no tiene autoridad para revocar su pasaporte y mandarla a la c¨¢rcel por traici¨®n y robo de secretos. Pero tampoco tiene obligaci¨®n legal de explicar c¨®mo y por qu¨¦ se ha ca¨ªdo el sistema que conecta sus infraestructuras a internet durante seis horas, afectando a miles de millones de personas en todo el mundo, incluyendo a los millones de usuarios de FreeBasics que dependen completamente de Facebook para usar servicios de internet.
Si dependi¨¦ramos de Facebook para gestionar vacunas, no tendr¨ªamos vacunas. Si dependi¨¦ramos de WhatsApp para encontrar supervivientes despu¨¦s de un hurac¨¢n, no habr¨ªa supervivientes. Si dependi¨¦ramos de Facebook para acceder a nuestros ahorros en un monedero virtual, no tendr¨ªamos ahorros. Todos los que usan su cuenta de Facebook para conectarse con otros servicios acaban de ver un futuro en el que una gran plataforma con sede en California gestiona las llaves de todas las puertas y las tiene guardadas en un s¨®tano que de pronto se puede inundar.
Centralizar la seguridad o la gesti¨®n de las infraestructuras cr¨ªticas es t¨¦cnicamente irresponsable. La hidra era inmortal porque ten¨ªa muchos cuellos ¨Dcuando le cortaban le sal¨ªan otros tres¨D y la resilencia de internet est¨¢ basada en la redundancia y la descentralizaci¨®n de su infraestructura, pero las grandes plataformas llevan dos d¨¦cadas secuestrando y concentrando el tr¨¢fico de la Red para poder procesarlo en sus servidores. Como explicaba la propia Frances Haugen en la entrevista con la CBS, no es que prioricen crecimiento sobre seguridad sino que financian su crecimiento con nuestra seguridad.
Para la mayor¨ªa de los europeos, Facebook es banal. Esto es una suerte. Si un apag¨®n de estas proporciones hubiese afectado a Google, todas las empresas, personas y administraciones que dependen de Gmail para comunicarse, de Google Drive para trabajar en remoto, de Google escuelas para escolarizar a ni?os o de Google Maps para entregar mercanc¨ªa o llegar a sus destinos habr¨ªan estado paradas. Habr¨ªan ca¨ªdo el 73% de los m¨®viles, el markershare de Android con todas sus aplicaciones. Si hubiese sido Amazon, se habr¨ªan ca¨ªdo cajeros, hospitales y trenes en todo el mundo. Y peri¨®dicos que dependen del sistema de gesti¨®n de contenidos de Jeff Bezos. Porque Amazon es la mitad de la nube donde est¨¢ alojada la Red. Estas son solo consideraciones t¨¦cnicas, pero hay otras quiz¨¢ m¨¢s importantes. Ceder la gesti¨®n de lo cr¨ªtico a empresas opacas que han amasado su poder y su fortuna gracias a la explotaci¨®n de personas, la evasi¨®n de impuestos y un desprecio patol¨®gico por la ley es como dejar la gesti¨®n de los presupuestos generales en manos de un para¨ªso fiscal.
A pesar de todo, numerosas administraciones, organizaciones y empresas delegan parte de sus funciones sobre las grandes tecnol¨®gicas porque dan por hecho que son m¨¢s seguras, que su gesti¨®n es m¨¢s eficiente, que sus infraestructuras son m¨¢s s¨®lidas, que sus ingenieros son los m¨¢s brillantes de cada promoci¨®n. Son relatos que no est¨¢n basados en hechos reales, sino que surgen de dos factores: su tama?o y su opacidad. El lunes comprobamos que un error de configuraci¨®n en un solo centro de datos puede romper la continuidad del servicio a escala planetaria durante casi seis horas. Por suerte no ha muerto nadie y todos hemos aprendido algo: que la Red depende de poner bien las direcciones para que las lea un cartero llamado BGP.
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