Google revisa la localizaci¨®n y actividad ¡®online¡¯ de los espa?oles 426 veces al d¨ªa
Una filtraci¨®n revela que el buscador cheque¨® 178 billones de veces en 2021 datos sensibles y en tiempo real de los usuarios de EE UU y Europa para poder vender publicidad personalizada
Los espa?oles son escrutados 426 veces al d¨ªa de media por Google para obtener informaci¨®n sobre su localizaci¨®n y su actividad en internet. As¨ª lo revela una investigaci¨®n llevada a cabo por la asociaci¨®n irlandesa Irish Council for Civil Liberties (ICCL) a partir de una filtraci¨®n, que muestra tambi¨¦n que el promedio de intrusiones diarias entre los ciudadanos europeos es de 376 (Espa?a est¨¢ por encima) y entre los estadounidenses, de 747, casi el doble. Preguntado por este peri¨®dico, Google defiende que no comparte informaci¨®n que pueda identificar personalmente a los usuarios, pero no niega que recoja diariamente grandes cantidades de datos relevantes sobre estos.
Los datos a los que alude el estudio de ICCL se emplean para las subastas en tiempo real (real-time biddings, RTB) de espacios publicitarios. Se trata del sistema que emplea Google para vender a los anunciantes los espacios de publicidad que vemos mientras navegamos: banners, v¨ªdeos, pop-ups¡ Su herramienta, que supuso una revoluci¨®n para el mercado publicitario, es la piedra de toque de la llamada publicidad dirigida o personalizada, aquella en la que a cada usuario se le muestran anuncios acordes con sus afinidades o historial de navegaci¨®n. Se estima que en 2021 este modo de publicidad gener¨® unos ingresos de unos 112.000 millones de euros solo en EE UU y Europa.
La investigaci¨®n de ICCL ofrece cifras que permiten hacerse una idea de la magnitud de la vigilancia asociada a este modelo. El sistema de subasta en tiempo real implica que se chequee la situaci¨®n y actividad de los usuarios europeos y estadounidenses 178 billones de veces al a?o. En el caso de los alemanes, a los que se les monitoriza 334 veces al d¨ªa (bastante menos que a los espa?oles), eso supone que se les toma una foto de su actividad por cada minuto que pasan conectados. Todos esos datos, que incluyen informaci¨®n sensible de los usuarios, se env¨ªan a 4.698 empresas de todo el mundo con las que Google tiene acuerdos de colaboraci¨®n. Se incluyen ah¨ª compa?¨ªas de China o Rusia, cuyos est¨¢ndares de respeto de la privacidad no coinciden precisamente con los de la UE.
Google no es la ¨²nica tecnol¨®gica que participa de este juego, seg¨²n recuerdan fuentes de la propia compa?¨ªa a este diario. El informe de ICCL no menciona a Facebook y Amazon, siendo la primera la gran dominadora del mercado junto al buscador, aunque s¨ª incluye a Microsoft.
Uno de los problemas que plantea la extracci¨®n de este tipo de datos es que, una vez registrados, no hay forma de controlar qui¨¦n accede a ellos. Se sabe que algunas de las compa?¨ªas que recopilan esta informaci¨®n, la organizan y la sirven a terceros, conocidas como data brokers, la usaron para perfilar a participantes en las protestas de Black Lives Matters. Tambi¨¦n que el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU y otras agencias de ese pa¨ªs los emplearon para rastrear tel¨¦fonos sin ¨®rdenes judiciales, seg¨²n destap¨® el Wall Street Journal. O que se vendieron datos de este tipo sacados de la aplicaci¨®n de citas para gays Grindr, esc¨¢ndalo destapado por ese mismo rotativo.
Las diferencias de exposici¨®n entre pa¨ªses son notables, aunque nadie se salva. En EE UU, el m¨¢ximo lo marca un vecino de Colorado, con 987 intervenciones diarias en su actividad online por parte del sistema de subastas en tiempo real de publicidad, y el m¨ªnimo, uno de Columbia, con 486. En Europa, un brit¨¢nico es observado una media de 462 veces al d¨ªa, mientras que un portugu¨¦s, 210, y un rumano, 149.
¡°No sabemos a qu¨¦ responden esas diferencias¡±, confiesa Johnny Ryan, responsable de Derechos de la Informaci¨®n en ICCL. Sin embargo, se?ala cuatro posibles factores explicativos: ¡°c¨®mo de desarrollada est¨¦ la industria RTB en cada pa¨ªs, cu¨¢nto tiempo pasen los ciudadanos conectados, cu¨¢nto del tr¨¢fico sucede en webs de bajo valor, donde es m¨¢s probable que se monitorice m¨¢s a los usuarios, y c¨®mo de activas son las autoridades de protecci¨®n de datos nacionales¡±.
La subasta de la atenci¨®n
Para que las subastas en tiempo real de publicidad sean posibles, el motor de Google utiliza la informaci¨®n que tiene sobre perfiles concretos de usuarios cada vez que entran en una p¨¢gina nueva. Por ejemplo, un var¨®n de entre 40 y 50 a?os interesado en los coches que viene de visitar una web de carreras de F¨®rmula 1 y pasa cerca de un concesionario de autom¨®viles. As¨ª puede ofrecer a los anunciantes espacios en los que sus anuncios ser¨¢n relevantes para determinados perfiles. Los anunciantes hacen una puja en ese mismo momento; el que pague m¨¢s ser¨¢ quien muestre su anuncio en la pantalla del usuario. El proceso est¨¢ automatizado, todo sucede en cent¨¦simas de segundo.
Y el secreto de su ¨¦xito reside en la cantidad y calidad de datos que se aporta sobre cada usuario, que tienen en cuenta factores hist¨®ricos, pero tambi¨¦n inmediatos (d¨®nde est¨¢, qu¨¦ acaba de ver, qu¨¦ ha hecho en otras situaciones parecidas ). Esa capa de inmediatez se logra recopilando informaci¨®n fresca cada vez que navegamos por una web o usamos una aplicaci¨®n. Tambi¨¦n registrando datos sobre d¨®nde va el usuario, tenga o no activada en su tel¨¦fono el sensor de GPS.
La organizaci¨®n ICCL denuncia que esa extracci¨®n de informaci¨®n no es legal bajo el paraguas del Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (RGPD). ?C¨®mo es posible entonces que se realice la extracci¨®n y comercializaci¨®n de todos estos datos? ¡°Estamos litigando para que esto pare¡±, explica Ryan. No es casualidad que ICCL se muestre tan activa en temas de privacidad relacionados con las grandes tecnol¨®gicas: en Irlanda es donde muchas de ellas tienen su sede fiscal europea. ¡°Uno de los motivos de que estemos en esta situaci¨®n es el fracaso de la Autoridad de Protecci¨®n de Datos de Irlanda (IDPC) de dar respuesta a esta crisis de seguridad m¨¢s de 1.300 d¨ªas despu¨¦s de haber sido notificada de ello¡±, sentencia este experto.
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