Aplicaciones, relojes y etiquetas QR ayudan a evitar la desaparici¨®n de personas con demencia
Los dispositivos prometen que los pacientes puedan conservar cierta independencia, pero despiertan el debate sobre el derecho de la privacidad
La primera vez, los agentes de seguridad del metro lo encontraron en las afueras de la estaci¨®n de Atocha, en Madrid. Cuando lleg¨® su esposa, despu¨¦s de m¨¢s de dos horas busc¨¢ndole, no la reconoci¨®. En otra ocasi¨®n, se perdi¨® por los pasillos de un hospital. M¨¢s recientemente, al ir a un banco. Ahora, tiene miedo de salir. ¡°Si no es conmigo, ya no quiere ir a la calle¡±, cuenta su esposa Asunci¨®n (nombre ficticio) durante la sesi¨®n del grupo de apoyo de familiares con alzh¨¦imer. Cada jueves, una docena de pacientes y sus familiares se re¨²nen en un sal¨®n de la Asociaci¨®n de Familiares de Afectados de Alzheimer (AFA) de Alcobendas y San Sebasti¨¢n de los Reyes para compartir su experiencia, dudas y problemas y recibir el soporte para lidiar con los efectos de esta enfermedad degenerativa, que afecta a 800.000 espa?oles. Entre las principales preocupaciones de los familiares est¨¢ que el enfermo salgan de casa y no sepa volver.
Seg¨²n datos de la Asociaci¨®n del Alzh¨¦imer, seis de cada diez personas con demencia va a deambular sin control al menos una vez, y muchos lo har¨¢n con frecuencia. Y en esos momentos se multiplica el riesgo de desapariciones y accidentes. Para evitarque estas personas se pierdan y reducir el tiempo de b¨²squeda en caso de que ocurran, la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil ha puesto en marcha la aplicaci¨®n Alertcops, que cuenta con una funci¨®n llamada ¡°Guardi¨¢n¡± y permite compartir la ubicaci¨®n con personas de confianza. As¨ª, en caso de una emergencia, es m¨¢s f¨¢cil que sean localizadas. En caso de desaparici¨®n, la Polic¨ªa tambi¨¦n puede seguir su itinerario. Hasta octubre, seg¨²n datos que facilita el Ministerio del Interior, m¨¢s de 70.000 ciudadanos han activado el ¡°Guardi¨¢n¡±, de los cuales el 80% est¨¢n controlando su posici¨®n a trav¨¦s de esta funci¨®n.
Para que resulte eficaz, la persona debe llevar siempre el m¨®vil. Tal y como explica Luis Miguel Ballestero Blanco, presidente de la Federaci¨®n Alzheimer de la Comunidad de Madrid (FAFAL), una app como Alertcops es bastante ¨²til en el comienzo de la enfermedad. Sin embargo, cuando el deterioro evoluciona, muchos enfermos olvidan c¨®mo manejar el m¨®vil y es m¨¢s probable que se les olvide en casa, por ejemplo. ¡°Cuando ya no son capaces de valerse por s¨ª mismos, la soluci¨®n debe de ser algo que va en la ropa¡±, sugiere Ballestero Blanco.
Desde hace un poco m¨¢s de un a?o, el Ayuntamiento de Alcobendas, la Polic¨ªa local y la asociaci¨®n AFA Alcobendas trabajan juntos en un proyecto que adapta esta tecnolog¨ªa a diferentes problem¨¢ticas. Para eso, disponen gratuitamente de dos dispositivos, un reloj geolocalizador que env¨ªa la ubicaci¨®n a los familiares en tiempo real, y unas etiquetas para la ropa que tienen un c¨®digo QR con informaci¨®n b¨¢sica, como el nombre, la enfermedad, si tiene alergias y un n¨²mero de tel¨¦fono de emergencia. De esta manera, en caso de que la persona se pierda, alguien en la calle o la polic¨ªa puede leer el c¨®digo QR con la c¨¢mara del m¨®vil y as¨ª llamar al familiar. El objetivo final de esos dispositivos es proteger a las personas con deterioro cognitivo mientras las ayudan a conservar cierta independencia.
Por parte de AFA Alcobendas, tambi¨¦n recomiendan otros aparatos que est¨¢n disponibles en el mercado, como llaveros, medallas y collares que cuentan con GPS. La coordinadora de esta asociaci¨®n, Carmen Barroso, explica que cuando el grado de deterioro es alto, se recomienda las etiquetas porque no se las pueden quitar y no se les olvidan.
Barroso resalta la importancia de esos dispositivos, aunque muchas familias creen que no hacen falta, principalmente cuando est¨¢n en una fase leve de la enfermedad ¡ªdependiendo del caso, puede variar entre algunos meses hasta a?os¡ª. Seg¨²n explica, es en situaciones cotidianas, porque no se espera que pueda pasar, cuando se llevan el mal trago. ¡°Vas con la persona a un centro comercial y la tienes al lado. Te das la vuelta para pagar, algo le ha llamado la atenci¨®n y ha desaparecido¡±, cuenta como un ejemplo. O, en casos m¨¢s graves, cuando la persona deambula por las calles y no encuentra el camino de regreso.
Concha G¨®mez-Tejedor, secretaria de AFA Alcobendas y representante del proyecto con el Ayuntamiento, ha vivido la angustia que suponen estas situaciones. ¡°Todas las personas que tienen alzh¨¦imer, en alg¨²n momento, tienen una obsesi¨®n de irse¡±, cuenta. Durante unas vacaciones hace algunos a?os, su esposo se perdi¨® durante dos horas y media: ¡°Est¨¢bamos en un sitio que no conoc¨ªamos, al que nunca hab¨ªamos ido. Estuvo dos horas dando vueltas y yo no sab¨ªa d¨®nde buscarle ni qu¨¦ hacer. Eso es horrible. En este momento no hab¨ªa esos dispositivos¡±. Desde entonces, G¨®mez-Tejedor y una hija de su marido comenzaron a buscar aparatos que pudieran evitar tanto sufrimiento, como llaveros y pulseras con GPS, y etiquetas con tecnolog¨ªa NFC, las que se usan para hacer pagos con el m¨®vil. ¡°Hay unos que son muy grandes, a otros la bater¨ªa les dura muy poco o la cobertura es muy mala. Hay que encontrar el que mejor se adapte, seg¨²n la persona y la etapa de la enfermedad¡±, sostiene G¨®mez-Tejedor al ense?ar los dispositivos que ya ha probado.
Los aparatos permiten que los pacientes de enfermedades cognitivas ganen autonom¨ªa de sus familiares para hacer tareas cotidianas. En algunos casos, es la ¨²ltima alternativa para no tener que trasladarles a una residencia de mayores. Por otro lado, evocan un debate sobre el derecho a la privacidad. ?Una persona completamente sana aceptar¨ªa ser rastreada por su familiar, aunque tenga las mejores intenciones? Probablemente, la mayor¨ªa contestar¨ªa que no, y los mayores o enfermos pueden sentirse cohibidos si saben que alguien los rastrea.
Un estudio sobre las implicaciones ¨¦ticas de utilizar GPS para rastrear a las personas con demencia realizado por Febe de Vos, de la Universidad de Utrecht (Pa¨ªses Bajos), cuestion¨® esos aspectos y concluy¨® que es importante priorizar el consentimiento de la persona que ser¨¢ rastreada. Al ser consultada, Vos afirma que es un debate complejo, que debe ser siempre analizado caso a caso, principalmente cuando se trata de la primera fase del alzh¨¦imer. ¡°No tenemos el acceso completo a la perspectiva del paciente, no sabemos hasta qu¨¦ punto esta persona es o deja de ser capaz de decidir. Es muy dif¨ªcil verificarlo¡±, dice la profesora. Seg¨²n los familiares, es com¨²n que los afectados rechacen los dispositivos, por no entender de qu¨¦ se trata o porque no lo quieren. Por su parte, las asociaciones se muestran partidarias de su uso, con o sin consentimiento. ¡°El problema inicial es grave en este sentido, de un d¨ªa para el otro se pueden perder¡±, asegura el presidente de FAFAL.
Sven Nyholm, doctor en filosof¨ªa y supervisor del estudio, coincide en la importancia del consenso y matiza que las familias deben priorizar el di¨¢logo con el paciente antes de adaptar cualquier dispositivo a su rutina. Por otro lado, el experto enfatiza que la privacidad es un valor muy importante, pero no es el ¨²nico, y en determinadas etapas de la vida, ni siquiera es el m¨¢s sustancial. Es necesario analizarla, de una manera complementaria a otros valores, como la salud y seguridad. ¡°Si rastreas por GPS al azar a un extra?o, la violaci¨®n de la privacidad es bastante diferente de si rastreas a un familiar anciano¡±, sostiene el especialista en las implicaciones ¨¦ticas de la tecnolog¨ªa.
Un problema relevante y poco debatido, seg¨²n Nyholm, es el relacionado con los terceros involucrados, como las compa?¨ªas que desarrollan y venden la tecnolog¨ªa. ¡°No se trata solo de que vigilemos a nuestros padres y de que eso sea malo para la privacidad de ellos. Tambi¨¦n se trata de qui¨¦n m¨¢s podr¨ªa estar observando, por as¨ª decirlo. ?Qui¨¦n m¨¢s podr¨ªa beneficiarse de la informaci¨®n o los datos que se recogen? Es otra cosa a tener en cuenta¡±, explica el profesor de la Universidad de Utrecht y a?ade que, generalmente, la regulaci¨®n va unos pasos por detr¨¢s de los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos, por lo que las familias deben ser cautelosas a la hora de elegir los dispositivos.
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