Qu¨¦ son los ¡®Archivos de Twitter¡¯: la guerra por la verdad en la era Musk
El nuevo propietario de la red revela a su manera c¨®mo fue la presunta conspiraci¨®n para censurar la historia del port¨¢til de Hunter Biden
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El pasado viernes, el due?o de Twitter, Elon Musk, tuite¨®: ¡°Lo que pas¨® realmente con la historia de la supresi¨®n de Hunter Biden en Twitter ser¨¢ publicado aqu¨ª en Twitter a las 5pm¡±. Y en seguida: ¡°Ser¨¢ incre¨ªble¡±, junto al emoji de palomitas. Incluso ten¨ªa un nombre de caso internacional: los Archivos de Twitter [The Twitter Files]. Este viernes sali¨® la segunda entrega de los ¡°archivos¡±. Era sobre la presunta ¡°censura en la sombra¡± [shadowbanning] que Twitter ejerci¨® contra algunas cuentas. Solo hay de momento un problema: no ha sido ¡°incre¨ªble¡±.
This will be awesome ?
— Elon Musk (@elonmusk) December 2, 2022
Primero, un poco de contexto sobre Hunter Biden. Hunter es el hijo del presidente de EE UU, Joe Biden. En octubre de 2020 apareci¨® su presunto port¨¢til y el New York Post, un peri¨®dico af¨ªn a Donald Trump, public¨® una historia que insinuaba que Hunter hab¨ªa usado su apellido para obtener negocios en Ucrania cuando su padre era vicepresidente de Obama. La campa?a de Trump intent¨® elevar la pol¨¦mica a la llamada ¡°sorpresa de octubre¡±: un hecho calamitoso para un candidato semanas antes de las elecciones de noviembre. Pero nunca cuaj¨®.
Twitter y Facebook limitaron la difusi¨®n del art¨ªculo del Post. Facebook solo evit¨® que sus algoritmos lo promocionaran, pero Twitter impidi¨® la publicaci¨®n del enlace a la pieza, tanto en tuits como en mensajes directos. Incluso suspendieron temporalmente la cuenta del New York Post por no querer borrar el enlace.
17. On October 14, 2020, the New York Post published BIDEN SECRET EMAILS, an expose based on the contents of Hunter Biden¡¯s abandoned laptop: https://t.co/q4zaMw6aVV
— Matt Taibbi (@mtaibbi) December 3, 2022
Este es el contexto de lo que ocurri¨® a tres semanas de las elecciones de 2020. Desde entonces, el port¨¢til de Hunter Biden ha sido la gran ejemplo del exceso de poder de las tecnol¨®gicas, su evidente progresismo y su connivencia con el Partido Dem¨®crata en EE UU. Musk ha llegado para salvar Twitter de las garras del progresismo. Ahora que es el due?o de Twitter, escarbar en los emails de los ejecutivos de Twitter y revelar esta presunta connivencia parec¨ªa una victoria f¨¢cil.
Musk dio parte de esta documentaci¨®n a dos periodistas independientes, Matt Taibbi y Bari Weiss. El pasado viernes Taibbi public¨® un hilo en Twitter con 36 mensajes. Esta era la gran promesa del segundo tuit de Taibbi: ¡°Los ¡®Archivos de Twitter¡¯ cuentan una historia incre¨ªble desde el interior de una de las redes sociales m¨¢s grandes e influyentes del mundo. Es una historia frankenstiniana de un mecanismo construido por humanos que crece fuera del control de su dise?ador¡±.
1. Thread: THE TWITTER FILES
— Matt Taibbi (@mtaibbi) December 2, 2022
Esto es lo que cabe destacar de esta historia curiosa, que dice m¨¢s de sus protagonistas que del hecho.
1/ No hay por ahora ninguna revelaci¨®n sorprendente. Aunque con retraso, estos ¡°Archivos de Twitter¡± tiene ahora dos cap¨ªtulos. En ninguno hay nada sangrante, aunque es interesante ver c¨®mo se discuten y toman decisiones dentro de una empresa y c¨®mo se han contado hacia fuera. Hay cierto debate tambi¨¦n en qu¨¦ tipo de acceso han tenido los periodistas a las herramientas internas de Twitter: han publicado capturas de mensajes de Slack de ex cargos ejecutivos de Twitter. Aun as¨ª, no hay frases ni expresiones fuera de tono.
Tras 2016, las redes se protegieron con unas normas sobre la difusi¨®n de material hackeado. En el caso de Twitter, establecieron que se iba a impedir la difusi¨®n de esa informaci¨®n. Despu¨¦s de las injerencias extranjeras de 2016, la precauci¨®n era incluso excesiva porque pod¨ªan acabar bloqueando cuentas y tuits de medios y pol¨ªticos. As¨ª ocurri¨®. El extra?o port¨¢til de Hunter Biden, que hab¨ªa pasado por varias manos y que luego expertos comprobaron que otra gente hab¨ªa metido archivos, era un hipot¨¦tico caso.
Saltaron todas las alarmas y los tuits de Taibbi revelan solo a un grupo de ejecutivos discutiendo si ante la falta de informaci¨®n deb¨ªan aplicar su propia regla o no. Incluso hay correos de un congresista dem¨®crata dici¨¦ndoles que se est¨¢n pasando y mejor dejen de hacerlo. El entonces jefe ejecutivo, Jack Dorsey, explic¨® en su d¨ªa en el Congreso la decisi¨®n y c¨®mo la revocaron d¨ªas despu¨¦s. Esto es algo que ya se sab¨ªa y la revelaci¨®n no a?ad¨ªa nada nuevo.
¡°Ni una sola vez nadie en [los correos] que revel¨® Taibbi sugiere algo ni remotamente motivado pol¨ªticamente¡±, escribe el analista Mike Masnick. ¡°Hubo una preocupaci¨®n leg¨ªtima internamente sobre si era correcto o no bloquear la historia del New York Post, lo cual tiene sentido, porque estaban (correctamente) preocupados por tomar una decisi¨®n que fuera demasiado lejos¡±.
La violaci¨®n de la c¨¦lebre primera enmienda [que el Gobierno no puede limitar la libertad de expresi¨®n] requiere que haya una intromisi¨®n del Gobierno para bloquear esa historia. Pero entonces en la Casa Blanca estaba Trump. Quiz¨¢ la ¨²nica revelaci¨®n medio notable es que ambos partidos hab¨ªan pedido a Twitter que eliminara mensajes, como puede hacer cualquier usuario de Twitter. De los republicanos no pone ejemplos; de los dem¨®cratas los ejemplos son b¨¢sicamente de fotos de fiestas de Hunter Biden donde sale desnudo, que violan otra pol¨ªtica de Twitter.
3. Take, for example, Stanford¡¯s Dr. Jay Bhattacharya (@DrJBhattacharya) who argued that Covid lockdowns would harm children. Twitter secretly placed him on a ¡°Trends Blacklist,¡± which prevented his tweets from trending. pic.twitter.com/qTW22Zh691
— Bari Weiss (@bariweiss) December 9, 2022
Sobre la ¡°censura en la sombra¡± revelada por Bari Weiss, la guerra es por el significado de las palabras. Dorsey y otros ejecutivos explicaron en 2018 que limitaban la exposici¨®n de algunos tuits y que eso no era ¡°censurar en la sombra¡±. El debate es tan fino que en el fondo es la misma pr¨¢ctica que ahora quiere hacer Musk para tuits que infrinjan sus reglas: ¡°libertad de expresi¨®n, pero no libertad de alcance¡±, dijo, que significa que puedes decir todo lo que quieras, pero eso no implica que Twitter ¡°facilite¡± la aparici¨®n de tu mensaje de odio en b¨²squedas, respuestas o en la cronolog¨ªa de otros usuarios. En el hilo de 30 mensajes de Weiss, hay ejemplos de c¨®mo se aplicaba esto con el jugoso nombre por ejemplo de ¡°lista negra de tendencias¡±. Esa es la gran prueba.
2/ La atenci¨®n permanente es ganar. Hasta aqu¨ª, la historia. Musk logra con estos ¡°Archivos de Twitter¡± al menos dos objetivos: uno, seguir en el foco de la atenci¨®n y dar mayor sensaci¨®n de lo importante que es Twitter, lo que le conviene como propietario. Dos, ¡°recentrar¡± Twitter tras sus acusaciones de ¡°izquierdista¡±.
Esta p¨¢gina es del librillo de Trump: lo importante es dar que hablar. Siempre habr¨¢ quien te defienda y se alegre de que haces rabiar a los rivales pol¨ªticos. Hoy hay docenas de v¨ªdeos y podcasts en internet que crean horas de contenido sobre Twitter a partir de 36 tuits con escasa informaci¨®n. La mayor¨ªa dice que es un esc¨¢ndalo asombroso y otros dicen que no hay apenas nada. Pero saber con certeza qu¨¦ ocurre es m¨¢s dif¨ªcil. No es que antes, en un mundo con menos voces, fuera m¨¢s f¨¢cil saber qu¨¦ pasa. Pero ahora es igual de complicado.
3/ Los periodistas no pertenecen a medios tradicionales. Taibbi y Weiss provienen de medios muy tradicionales y hoy tienen newsletters y podcasts de ¨¦xito. Taibbi trabaj¨® en la revista Rolling Stone, Weiss en el Wall Street Journal y el New York Times. Se ganan por supuesto la vida mucho mejor ahora. Incluso Weiss ha fundado un medio The Free Press [La Prensa Libre] con otros periodistas salidos de medios tradicionales. Ha aprovechado los ¡°Archivos de Twitter¡± para darle m¨¢s bombo. Sus secciones principales son pol¨ªtica, ciencia y sentido com¨²n.
I¡¯m so proud of the team we are building and the journalism we are doing @TheFP. We¡¯re just getting started. https://t.co/4xOEef306D
— Bari Weiss (@bariweiss) December 9, 2022
Los periodistas de medios tradicionales criticaron repetidamente a Taibbi por hacer de ¡°publicista del hombre m¨¢s rico del mundo¡±. Taibbi se defendi¨® diciendo que esos periodistas han escrito art¨ªculos con fuentes an¨®nimas del FBI o de otros departamentos del Gobierno. Taibbi tuvo que aceptar ¡°ciertas condiciones¡± de Musk que no ha revelado. Una bastante clara es probablemente publicar la ¡°investigaci¨®n¡± en forma de hilo y no en su newsletter.
4/ ?Los medios lo esconden! Los dos primeros d¨ªas tras el hilo el grito de quienes ve¨ªan un esc¨¢ndalo incre¨ªble era que ¡°los medios lo ocultan¡±. El New York Times y el Washington Post sacaron piezas breves sobre el hecho porque no hab¨ªan podido ver esos documentos, que tambi¨¦n hab¨ªan pedido.
If the goal is transparency to build trust, why not just release everything without filter and let people judge for themselves? Including all discussions around current and future actions? Make everything public now. #TwitterFiles
— jack (@jack) December 7, 2022
La presunta ocultaci¨®n de los medios es un elemento indispensable de la narrativa: ¡°En alg¨²n momento es posible que hayas notado que lo que le¨ªas no reflejaba lo que ve¨ªas con tus propios ojos¡±, dice el manifiesto fundacional de The Free Press. ¡°En otro momento, tal vez not¨® que las personas que cobran para contarle el mundo tal y como es, le contaban en su lugar el mundo como deseaban que fuera¡±. Ellos, a?aden, vieron ese proceso desde dentro. Ahora van a volver a las ra¨ªces del periodismo y la verdad. Puede ser.
El problema en estas batallas aparentes es que ambos bandos tienen supuestamente intereses particulares, no solo los medios o el Gobierno. Dorsey pidi¨® a Musk que si tan preocupado estaba por la transparencia que se dejara de sacarlo a plazos con dos periodistas de confianza y publicara todo. Musk prometi¨® que lo har¨¢. Mientras, seguiremos jugando a la verdad en la era de las redes.
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