El Supremo de EE UU se inclina por mantener el blindaje de las redes sociales por su contenido
Los jueces se resisten a responsabilizar a las plataformas por los mensajes y v¨ªdeos publicados en ellas por grupos terroristas
La jueza Elena Kagan se sincer¨® el martes: ¡°Somos un tribunal. Realmente no sabemos de estas cosas. Ya sabe, estos no son los nueve mayores expertos en Internet¡±. El Tribunal Supremo de Estados Unidos estaba analizando el alcance de ¡°las 26 palabras que han creado el internet de hoy¡±, como las defini¨® el abogado de Google (copiando una expresi¨®n usada muchas veces). Se trata del art¨ªculo que permite a las plataformas y redes sociales vetar contenido que consideren inapropiado y que al tiempo las blinda de responsabilidad frente a los contenidos que suban terceros. Tanto en esa vista del martes como en la celebrada este mi¨¦rcoles, los jueces parecieron inclinarse por mantener ese blindaje.
Se debat¨ªan dos casos diferentes. En el del martes estaba en el punto de mira si las recomendaciones del algoritmo de YouTube (y por extensi¨®n de cualquier red social) est¨¢n protegidas igual que los propios contenidos de terceros. Los familiares de Nohemi Gonzalez, una de las v¨ªctimas de los atentados del Estado Isl¨¢mico que conmocionaron Par¨ªs el 13 de noviembre de 2015, en la sala de conciertos Bataclan y otros lugares de la capital francesa, demandaron a Google, due?o de YouTube, por la difusi¨®n de v¨ªdeos del Estado Isl¨¢mico.
En el caso cuya vista se celebr¨® este mi¨¦rcoles, se analizaba si las redes sociales en general, y Twitter como primer demandado en particular, hab¨ªan favorecido el desarrollo de ciertas organizaciones terroristas. En este caso la demanda la presentaban los familiares de una v¨ªctima del atentado terrorista contra la discoteca Reina de Estambul en el que murieron 39 personas en la fiesta de Nochevieja de 2016, a?o nuevo de 2017.
La norma a debate, y de cuya interpretaci¨®n depende el futuro de internet, es el famoso art¨ªculo 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996, que establece: ¡°Ning¨²n proveedor o usuario de un servicio inform¨¢tico interactivo ser¨¢ tratado como editor o difusor de informaci¨®n facilitada por otro proveedor de contenidos informativos¡±.
Los jueces del Supremo no ser¨¢n los mayores expertos en internet, como reconoc¨ªa Kagan, pero dejaron entrever su postura. El hecho de que hubiesen admitido los dos casos a la vez y las dudas expresadas en el pasado sobre esa descarga de responsabilidad llevaban a pensar en que abordaban los casos dispuestos a cambiar la interpretaci¨®n de la norma. Sin embargo, de lo escuchado en estos dos ¨²ltimos d¨ªas se deduce que se inclinan por mantener ese blindaje.
En el primer caso, Gonzalez contra Google, el abogado de los el de los familiares de Nohemi Gonzalez ha ido cambiando de argumentos. Al final, su queja se centraba en la forma en que el algoritmo de YouTube invita a quienes ven v¨ªdeos del Estado Isl¨¢mico a ver otros similares. ¡°En algunas circunstancias, la forma en que se organizan o presentan los contenidos de terceros podr¨ªa transmitir otra informaci¨®n del propio demandado¡±, dijo, reduciendo su argumentaci¨®n a las miniaturas que sugiere la plataforma mientras se ve otro v¨ªdeo.
Los jueces mostraron enseguida su escepticismo. Clarence Thomas y otros jueces dijeron que les parec¨ªa normal que YouTube mostrase v¨ªdeos de gatos a quienes ven v¨ªdeos de gatos, o de cocina a los que ven v¨ªdeos de cocina o de carreras o del ISIS... ¡°Creo que tiene que darnos un ejemplo m¨¢s claro de lo que quiere decir exactamente¡±, le ret¨®. John Roberts, presidente del tribunal, tambi¨¦n manifest¨® que le costaba hacer responsable a Google si lo que hay es un algoritmo gen¨¦rico, no uno destinado a promocionar el contenido terrorista.
Elena Kagan se manifest¨® en esa misma l¨ªnea: ¡°Esta es una disposici¨®n prealgoritmo y todo el mundo est¨¢ haciendo todo lo posible para averiguar c¨®mo se aplica en un mundo post-algoritmo¡±, dijo, para luego concluir: ¡°Los algoritmos son end¨¦micos de Internet, que cada vez que alguien mira algo en Internet, hay un algoritmo involucrado¡±.
La jueza Sonia Sotomayor reproch¨® al letrado que en su demanda, un p¨¢rrafo tras otro, aseguraba que TouTube era responsable por no haber retirado el v¨ªdeo de su plataforma y, sin embargo, en la vista admit¨ªa ahora que no ten¨ªa por qu¨¦ hacerlo y que el problema estaba en que su algoritmo lo recomendase verlo. ¡°?Los proveedores de Internet pueden ser responsables de qu¨¦? ?De mostrarme el siguiente v¨ªdeo similar al que estoy viendo?¡±, pregunt¨® esc¨¦ptica.
Aunque el abogado de la familia Gonz¨¢lez insisti¨® en que cuando la plataforma empieza a sugerir cosas que no has pedido expresamente ya no deber¨ªa estar blindada, no parec¨ªa convencer a los jueces. ¡°No entiendo c¨®mo una sugerencia neutral sobre algo en lo que has expresado inter¨¦s es complicidad [con el terrorismo]. Estoy intentando que nos explique c¨®mo algo que es est¨¢ndar en YouTube para pr¨¢cticamente cualquier cosa en la que tengas inter¨¦s de repente equivale a complicidad porque est¨¢s en la categor¨ªa Estado Isl¨¢mico¡±, le dijo Thomas.
El juez Samuel Alito tambi¨¦n pareci¨® rechazar esa argumentaci¨®n: ¡°Me temo que estoy completamente confundido con el argumento que est¨¢ esgrimiendo. (...) ?Est¨¢ actuando [Youtube] como un editor solo por mostrar estas miniaturas de v¨ªdeos de ISIS despu¨¦s de una b¨²squeda de v¨ªdeos de ISIS?¡±, dijo, reduciendo al absurdo el argumento: ¡°?As¨ª que si quieren que ese art¨ªculo les proteja, no deber¨ªan usar miniaturas?¡±
Sonia Sotomayor y Elena Kagan dijeron que quiz¨¢ haya un punto intermedio entre esa argumentaci¨®n tan floja de las miniaturas y no poner l¨ªmite alguno. Ante la necesidad de trazar esa l¨ªnea divisoria, Kagan se pregunt¨®: ¡°?No es eso algo que debe hacer el Congreso, no el Tribunal?¡±
La norma se dict¨® en 1996, cuando no exist¨ªa ni Google, ni Youtube, ni Facebook ni Twitter. Dem¨®cratas y republicanos han pedido modificarla, con diferentes argumentos. Y en esto, como se?al¨® el juez Neil Gorsuch, el siguiente paso es la inteligencia artificial: ¡°En un mundo post-algoritmo, la inteligencia artificial puede generar algunas formas de contenido. Genera poes¨ªa. Genera pol¨¦micas (...) Eso ser¨ªa contenido que va m¨¢s all¨¢ de escoger, elegir, analizar o digerir contenido. Y eso no est¨¢ protegido¡± por el famoso art¨ªculo 230, en su opini¨®n.
Y el juez Brett Kavanaugh expres¨® su preocupaci¨®n por todas las opiniones aportadas a la causa que se?alan que retirar ese blindaje pone en riesgo internet tal y como hoy lo conocemos, sobre si ¡°hacer eso, retirarse ahora de la interpretaci¨®n que ha estado en vigor, crear¨ªa una gran conmoci¨®n econ¨®mica, realmente romper¨ªa la econom¨ªa digital con todo tipo de efectos sobre los trabajadores y los consumidores, los planes de jubilaci¨®n...¡±, se?al¨®, para concluir: ¡°No estamos en condiciones de dar cuenta de ello (...) ?Somos realmente el ¨®rgano adecuado para apartarnos de lo que hab¨ªa sido el texto y la interpretaci¨®n coherente en los tribunales de apelaci¨®n?¡±, apuntando tambi¨¦n al Congreso.
Roberts, adem¨¢s, se?al¨® que teme un auge desmesurado de las demandas si se retiraba la descarga de responsabilidad a las tecnol¨®gicas por contenidos de terceros.
La abogada de Google, Lisa Blatt, defendi¨® el uso de algoritmos y de recomendaciones como algo consustancial con la actividad de los servicios de internet. ¡°Toda publicaci¨®n requiere organizaci¨®n y transmite inherentemente ese mismo mensaje impl¨ªcito¡±, dijo. Seg¨²n Blatt, el apartado c.1. del art¨ªculo 230 ¡°refleja la decisi¨®n del Congreso de proteger a los sitios web por publicar el discurso de otras personas, incluso si publican intencionadamente el discurso da?ino de otras personas¡±. ¡°El Congreso tom¨® esa decisi¨®n para impedir que las demandas judiciales asfixiaran a Internet en sus inicios. El resultado ha sido revolucionario. Los innovadores abrieron nuevas fronteras para que el mundo compartiera informaci¨®n infinita, y los sitios web necesariamente eligen, seleccionan y organizan qu¨¦ informaci¨®n de terceros ven primero los usuarios¡±, a?adi¨®, para advertir: ¡°Exponer a los sitios web a la responsabilidad por recomendar impl¨ªcitamente contenidos de terceros desaf¨ªa el texto y amenaza la internet de hoy¡±.
Captar terroristas
El caso de este mi¨¦rcoles, Twitter contra Taamneh, ten¨ªa elementos en com¨²n y otros diferentes. La demanda de los familiares de uno de los asesinados en el atentado de Estambul sostiene que Twitter, Facebook y Google tienen responsabilidad en el atentado porque el Estado Isl¨¢mico us¨® las redes sociales para ganar su notoriedad, transmitir sus mensajes y, en ¨²ltima instancia, captar terroristas. Un tribunal inferior admiti¨® a tr¨¢mite la demanda y los jueces del Supremo deben decidir si sigue adelante o no.
De nuevo, los jueces se mostraron m¨¢s de lado de las tecnol¨®gicas que de la otra parte, pese a una intervenci¨®n de la jueza Kagan, en que compar¨® a las tecnol¨®gicas con los bancos, a quienes se persigue en casos de blanqueo o financiaci¨®n del terrorismo. ¡°Estamos acostumbrados a pensar en los bancos como proveedores de servicios muy importantes a los terroristas. Tal vez no estemos tan acostumbrados, pero parece ser cierto que varios tipos de plataformas de redes sociales tambi¨¦n proporcionan servicios a los terroristas¡±, dijo.
La mayor¨ªa de los jueces parecieron inclinarse m¨¢s por la posici¨®n que expuso el magistrado Alito, quien se?al¨® que no tendr¨ªa sentido que las compa?¨ªas telef¨®nicas fueran consideradas responsables de la actividad delictiva de las personas que utilizan sus tel¨¦fonos. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si la compa?¨ªa ¡°sabe que una persona en particular tiene antecedentes penales y probablemente se dedica a actividades delictivas y utiliza el tel¨¦fono para comunicarse con otros miembros de la banda? ?Es eso complicidad con los delitos que cometen?¡±.
La ley antiterrorista castiga a quienes ayuden a sabiendas a una persona a cometer un acto terrorista. La jueza Amy Coney Barrett subray¨® que no hay suficientes hechos concretos que sustenten la demanda, m¨¢s all¨¢ de proclamas generales sobre que las redes, y en particular Twitter, se usasen para reclutamiento en general o radicalizaci¨®n de seguidores. Pero no hay en la demanda pruebas concretas como mensajes directos, hilos de comentarios u otros indicios de que la red estaba siendo utilizada para coordinar actividades para un ataque terrorista¡±.
En un momento dado, la jueza Sonia Sotomayor le dijo al abogado de Twitter, Facebook y Google, Seth Waxman, que le ayudara a esbozar c¨®mo ser¨ªa una opini¨®n si el tribunal fallara a favor de sus clientes. ¡°Escr¨ªbemelo¡±, le dijo. El juez Brett Kavanaugh resumi¨® el argumento de Waxman de esta manera: ¡°Cuando hay un negocio leg¨ªtimo que proporciona servicios sobre una base ampliamente disponible ... no va a ser responsable en virtud de este art¨ªculo, incluso si sabe que la gente mala utiliza sus servicios para cosas malas¡±. Y Waxman mostr¨® su acuerdo: ¡°Correcto, a menos que tenga conocimiento concreto, en este caso, ser¨ªan cuentas o mensajes, que est¨¢n, de hecho, siendo utilizados para planear o cometer un acto terrorista, incluyendo un ataque como el que hiri¨® al demandante. Es decir, tiene que haber un conocimiento concreto en ese contexto. Esa es nuestra norma¡±.
Las sentencias de los dos casos se espersan para el mes de junio, cuando acaba el curso judicial antes de las vacaciones. Es el mes en que suelen concentrarse las sentencias m¨¢s relevantes.
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