Los expertos alertan de los peligros y dificultades de la ¡®app¡¯ antiporno del Gobierno: ¡°Nunca se ha conseguido con ¨¦xito¡±
Restringir el acceso de menores a contenidos ¡®online¡¯ es un desaf¨ªo que ning¨²n pa¨ªs ha logrado resolver sin generar nuevos riesgos e inconvenientes
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El Gobierno aspira a que los menores de edad no puedan acceder a contenido adulto en internet. Este martes el Consejo de Ministros ha aprobado un plan para proteger a menores del porno en la Red. Una de las medidas derivadas del plan es una app o dispositivo digital que permita confirmar la edad de los usuarios que quieren entrar a una p¨¢gina determinada.
La Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos (AEPD) present¨® en diciembre una propuesta para demostrar que ya hay tecnolog¨ªa que lo permite. ¡°Es un proyecto piloto que esperamos pueda presentarse en el verano de 2024¡å, dijo el martes la ministra de Educaci¨®n y portavoz del Gobierno, Pilar Alegr¨ªa, tras la reuni¨®n del Consejo de Ministros en la que se acord¨® poner en marcha este plan.
El acceso a la pornograf¨ªa de los menores es un asunto que preocupa a los espa?oles y que encaja con una nueva corriente que quiere retrasar el primer m¨®vil de los adolescentes. Est¨¢ lejos de ser una preocupaci¨®n ¨²nicamente espa?ola: Francia aprob¨® controles obligatorios de edad para la pornograf¨ªa online en 2020, varios Estados de EE UU han tumbado las principales p¨¢ginas porno, el Reino Unido busca tambi¨¦n una soluci¨®n tecnol¨®gica para saber la edad de qui¨¦n accede a determinadas p¨¢ginas e Italia ha impuesto a las operadoras un control parental en los m¨®viles de menores. Y nadie ha conseguido un remedio que no genere problemas.
Los expertos observan todos estos movimientos con mucho escepticismo. Las soluciones tecnol¨®gicas parecen ideales sobre el papel hasta que alguien empieza a teclear c¨®digo para desarrollar la herramienta, algo que en este momento el Gobierno no aclara. Y cuando se ponen en marcha las soluciones, aparecen de pronto nuevos peligros y sustos inesperados.
As¨ª ha descrito la ministra Alegr¨ªa el posible funcionamiento de esta futura app: ¡°Yo soy una persona adulta, madre de un menor, tengo un tel¨¦fono m¨®vil, si en alg¨²n momento yo quisiera acceder a alg¨²n contenido de una p¨¢gina para adultos, esta aplicaci¨®n me reconocer¨ªa y, por tanto, tendr¨ªa la posibilidad de navegar en las distintas p¨¢ginas. Sin embargo, si de ese mismo m¨®vil hiciera uso mi hijo menor de edad con 10 a?os, la aplicaci¨®n le reconocer¨ªa y le imposibilitar¨ªa que accediese¡±.
Esta sencilla explicaci¨®n, que parecer¨ªa razonable a cualquier padre o madre, hace saltar todas las alarmas a los expertos en privacidad. ¡°Aunque en teor¨ªa podr¨ªa existir una soluci¨®n t¨¦cnica que simplemente diga s¨ª o no a si una persona es mayor de edad, bas¨¢ndose en documentos de identidad, esto es t¨¦cnicamente muy complicado y requiere confiar en que no se comparta informaci¨®n adicional¡±, alerta Ella Jakubowska, asesora s¨¦nior de pol¨ªticas de la plataforma European Digital Rights. ¡°No tengo conocimiento de que esto se haya hecho con ¨¦xito alguna vez¡±, a?ade. Espa?a ser¨ªa pionera en conseguir cerrar ese acceso sin generar riesgos adicionales.
1. D¨®nde est¨¢n los detalles
Una soluci¨®n tecnol¨®gica a un problema social complejo no existe hasta que est¨¢n los detalles en la mesa. En este caso no hay nada m¨¢s que unas pruebas de concepto publicadas en diciembre por la AEPD, que pone en manos de la F¨¢brica Nacional de la Moneda y Timbre (FNMT) el desarrollo de la herramienta. Ninguno de los dos organismos quiso aclarar a EL PA?S m¨¢s detalles sobre el programa o su desarrollo y se limitan a se?alar que ¡°los equipos de tecnolog¨ªa de la FNMT est¨¢n trabajando¡±.
¡°Todo depende de la implementaci¨®n¡±, dice Carmela Troncoso, profesora de la Universidad Polit¨¦cnica Federal de Lausana. ¡°Sin detalles es dif¨ªcil decir nada. ?Se les puede pedir el c¨®digo? ?Las especificaciones? ?Un white paper [informe t¨¦cnico]? ?Algo?¡±, a?ade.
La AEPD ha publicado tres v¨ªdeos con sus pruebas, pero no aclaran nada: ¡°Es un v¨ªdeo con una persona que pone algo en un tel¨¦fono y una web hace otra cosa. No s¨¦ qu¨¦ env¨ªan, qu¨¦ no env¨ªan, qui¨¦n lo ve, qu¨¦ hacen, cero informaci¨®n¡±, a?ade Troncoso.
Hay especialistas que lo ven como un ¡°aviso a navegantes¡±. La AEPD ya ha emitido dos multas por falta de detalles sobre edad, porque ya hay legislaci¨®n aplicable: como recuerda el Gobierno, ¡°la Ley de Comunicaci¨®n Audiovisual exige a los proveedores de v¨ªdeos pornogr¨¢ficos el establecimiento de mecanismos de verificaci¨®n de edad¡±. Y con este nuevo plan, se pretender¨ªa que la industria entienda que ahora s¨ª que va en serio. ¡°Los t¨¦cnicos con los que yo trabajo han visto los pocos datos que hay de las pruebas de concepto y dicen que est¨¢ muy verde¡±, asegura Borja Adsuara, abogado especializado en derecho digital y director de Red.es en 2012-13. ¡°Hicieron la presentaci¨®n porque quer¨ªan mandar un aviso a navegantes. Como todo el mundo dice que no hay tecnolog¨ªa disponible, han hecho estas pruebas de concepto para demostrar que ya empieza a haber¡±, a?ade.
2. En manos de terceros
La petici¨®n de los detalles t¨¦cnicos no es un capricho de inform¨¢ticos puntillosos. El c¨¦lebre rastreo de contactos fue durante unos meses en 2020 una discutida salvaci¨®n para la pandemia: la aplicaci¨®n Radar Covid. Al final qued¨® en nada, a pesar de que detr¨¢s de aquel proyecto estaban dos de las mayores empresas tecnol¨®gicas del mundo, Apple y Google, y ten¨ªa incluso un agujero considerable de seguridad.
La prueba piloto de la AEPD prev¨¦ que una entidad externa, en su caso la F¨¢brica Nacional de la Moneda y Timbre, compruebe la edad de un usuario y comparta solo ese dato con la p¨¢gina de contenido adulto. As¨ª, se evitar¨ªa que la p¨¢gina sepa la identidad del usuario y, por supuesto, no tendr¨ªa acceso a su DNI (en EE UU, por ejemplo, los usuarios de algunos Estados deben subir su identificaci¨®n para entrar en la webs de porno). Pero quien s¨ª conocer¨ªa el historial de navegaci¨®n ser¨ªa la entidad verificadora. La UE prepara un reglamento llamado eIDAS2 que prev¨¦ la existencia de estos servicios para la identidad digital que ha generado un debate considerable entre los expertos sobre c¨®mo deben definirse esas entidades.
¡°La autoridad verificadora podr¨ªa inferir el historial de navegaci¨®n del usuario¡±, advierte Narseo Vallina-Rodr¨ªguez, investigador de Imdea Networks. ¡°No hay software completamente seguro, y por eso es importante realizar un an¨¢lisis de riesgos cauteloso y demandar que se permita la auditor¨ªa total de estos sistemas para evitar debacles como las que ocurrieron con el rastreo de contactos contra la covid¡å. En el Reino Unido, se establece que las plataformas puedan utilizar verificaci¨®n biom¨¦trica, a trav¨¦s de los rasgos faciales, de la edad del potencial usuario.
La intervenci¨®n de otras entidades que no son ni el usuario ni la plataforma a?ade complejidad y oportunidades para saltarse el control: ¡°Muchas soluciones usan servicios de terceros que necesitan conocer la identidad del usuario, y que podr¨ªan vincularla con los contenidos a los que accede, lo cual es inaceptable¡±, dice Juan Tapiador, catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III. ¡°Es adem¨¢s una supuesta soluci¨®n en la que intervienen muchos elementos: el dispositivo y su sistema operativo, la app o servicio de verificaci¨®n de edad, uno o varios terceros que proporcionan servicios de identificaci¨®n o de certificaci¨®n, el contenido en que se accede que alguien tiene que se?alar como inadecuado. Esa cadena tiene con toda certeza uno o varios eslabones d¨¦biles por donde se puede romper¡±, a?ade.
3. El control de edad es (tambi¨¦n) un negocio
Si el control de edad requiere de la intervenci¨®n de terceros, es dif¨ªcil pensar que dediquen sus recursos sin recibir nada a cambio, ya sean empresas u otro tipo de organizaciones: la compa?¨ªa Yoti o la Asociaci¨®n Global de Proveedores de Verificaci¨®n de Edad.
¡°Una preocupaci¨®n especial es cu¨¢nto est¨¢ impulsando la industria esta agenda, que vale miles de millones en todo el mundo. Dicen que todo es por la seguridad de los ni?os, pero nos estamos precipitando hacia un internet a prueba de ni?os sin detenernos a considerar si eso es lo que realmente queremos y si podemos confiar en aquellos que venden estas soluciones¡±, afirma Janukowska. ¡°Los legisladores necesitan tomarse un tiempo y considerar los riesgos que implica la verificaci¨®n de edad¡±.
4. Las decisiones tienen consecuencias insospechadas
Si alguien cree que estas medidas no provocar¨¢n m¨²ltiples y variadas estrategias de los usuarios, es que conoce poco sobre c¨®mo se desarrollan las cosas en internet: Tor, VPN o proxies son soluciones muy extendidas para acceder a p¨¢ginas restringidas por alg¨²n motivo. ¡°En nuestra investigaci¨®n hemos encontrado que todos los m¨¦todos de verificaci¨®n de edad son susceptibles de ser enga?ados o sorteados¡±, asegura Jakubowska.
Tambi¨¦n, dependiendo de cu¨¢l sea la soluci¨®n, es f¨¢cil imaginar la creaci¨®n de un mercado negro de certificados o de usuarios empleando dispositivos ajenos. ¡°Yo creo que lo primero que va a surgir va a ser un mercado negro de certificados¡±, dice Troncoso.
Hay una regla popular en internet llamada ¡°regla 34¡å que viene a expresar que hay porno sobre cualquier motivo imaginable. Hay p¨¢ginas que son expl¨ªcitamente pornogr¨¢ficas y cuya limitaci¨®n es f¨¢cil. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa con Reddit, Tumblr o X (Twitter), que tambi¨¦n contienen porno junto a otras cosas? ?O las miles de p¨¢ginas remotas que esconden porno degradante? ?Habr¨¢ una etiqueta que marque todo el contenido adulto del mundo? ?Qui¨¦n clasifica lo pornogr¨¢fico, lo violento?
¡°Algunas p¨¢ginas, especialmente las menos escrupulosas, ignorar¨ªan las regulaciones y pondr¨ªan su contenido disponible para cualquiera¡±, dice Steven Murdoch, profesor del University College de Londres. ¡°Los pa¨ªses podr¨ªan intentar bloquear estos sitios, pero la gente encontrar¨¢ una manera f¨¢cil de eludirlo¡±, a?ade.
Tambi¨¦n hay que valorar qu¨¦ har¨ªan los usuarios de otros pa¨ªses que llegan a Europa o Espa?a sin su identidad creada. ?Un turista deber¨¢ crearse una para acceder a porno en su hotel? ?Ser¨¢ un requisito nuevo, como aceptar unas cookies?
Por si fuera poco, un cambio al acceso a internet conllevar¨ªa a la fuerza otro tipo de red: ¡°La idea de movernos hacia una internet donde hay que acreditar ciertos atributos para acceder a contenidos genera desconfianza, porque esa misma tecnolog¨ªa podr¨ªa usarse para prop¨®sitos secundarios¡±, dice Tapiador.
Es evidente que los terceros verificadores podr¨ªan acceder a las identidades y compartirlas: ¡°Es un sistema de certificaci¨®n digital de cualquier atributo de la personalidad¡±, dice Adsuara. ¡°La edad es uno, el seud¨®nimo por ejemplo es otro. Si un juez estuviera investigando un delito podr¨ªa pedir al tercero de confianza qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de un seud¨®nimo¡±. El peligro de filtraciones o hackeos con datos expl¨ªcitos de navegaci¨®n es tambi¨¦n inevitable.
5. Una decisi¨®n pol¨ªtica sobre la censura
En el fondo, los expertos concluyen, esta soluci¨®n depender¨¢ de decisiones pol¨ªticas m¨¢s que t¨¦cnicas: ¡°Si debes demostrar cosas para navegar por internet abres la puerta a la censura y al control y cambia totalmente c¨®mo funcionamos¡±, defiende Troncoso. La definici¨®n y el alcance por ejemplo de qu¨¦ es el porno no ser¨¢ de los t¨¦cnicos. Una vez abierta esta veda, pueden ampliarse a otros aspectos presuntamente da?inos, como la violencia o los mensajes de odio. El debate se ampl¨ªa mucho.
¡°La pregunta de qui¨¦n decide a qu¨¦ edad los j¨®venes pueden acceder a cierto contenido es complicada y va mucho m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa¡±, apunta Jakubowska. ¡°Los j¨®venes no son todos iguales y hay riesgo de que, con los gobiernos presionando para tener m¨¢s control de la edad, veamos que muchos servicios empiezan a ofrecer servicios solo para adultos, porque es m¨¢s f¨¢cil que intentar cumplir con los requisitos que les ponen cuando ofrecen servicios a los j¨®venes¡±.
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