Cuando un algoritmo dicta (err¨®neamente) el bloqueo de tu cuenta bancaria
El creciente uso de algoritmos predictivos y sistemas de IA por los bancos para medir el riesgo juega un rol clave en el repunte de cierres arbitrarios de cuentas, se?alan los expertos. Las v¨ªctimas de estos bloqueos denuncian su indefensi¨®n
Hace ahora tres a?os Atilio Andrade se despert¨® una ma?ana con la cuenta de su banco bloqueada. Andrade, due?o de un peque?o negocio de env¨ªo de remesas en el barrio de La Torre, en Valencia, no pod¨ªa usar su cuenta con Caixabank. Hoy, sentado detr¨¢s del mostrador de su negocio, este hombre de hablar pausado sit¨²a en aquella ma?ana de mayo de 2021 el inicio de su particular pesadilla financiera.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, el banco le envi¨® una carta advirti¨¦ndole que ten¨ªa 60 d¨ªas para retirar los fondos de la ¨²nica cuenta con la que contaba, que ten¨ªa abierta desde hac¨ªa catorce a?os. El contrato entre ambas partes, dec¨ªa la misiva del banco, se daba por terminado.
A las pocas semanas Andrade abri¨® un nuevo dep¨®sito para su dinero. En este caso con BBVA, su actual entidad. Desde entonces ha sufrido sucesivos bloqueos temporales en la cuenta, el ¨²ltimo hace apenas unos meses. ¡°Yo siento que voy todos los d¨ªas al matadero: a ver si es que mi cuenta funciona o no¡±, explica.
Los motivos por los que un banco decide bloquear o cancelar una cuenta no son f¨¢ciles de adivinar. Todav¨ªa menos si, como en el caso de Andrade, la entidad opta por no dar una explicaci¨®n oficial al cliente. Pero en este proceso desempe?an un papel cada vez m¨¢s decisivo los algoritmos predictivos que la banca utiliza para evaluar a sus clientes y los programas basados en t¨¦cnicas de inteligencia artificial (IA) para monitorear su actividad.
Aunque la ley protege el derecho de cualquier banco a cortar o restringir la relaci¨®n con un cliente de forma unilateral, los supervisores bancarios dejan claro que estas medidas han de justificarse y comunicarse de forma transparente. Los diferentes casos recogidos por EL PA?S en una investigaci¨®n conjunta con la ONG AlgorithmWatch reflejan, sin embargo, c¨®mo diversas entidades espa?olas aplican estas pol¨ªticas de forma opaca y contraria a las recomendaciones de las autoridades bancarias. Igualmente, los datos p¨²blicos recopilados dibujan un aumento progresivo de los cierres arbitrarios a clientes en los ¨²ltimos a?os. Los bancos, por su parte, aseguran que los criterios de bloqueo obedecen a la normativa vigente. ?Pero cu¨¢l es el papel de los algoritmos y la IA en estos procesos?
Algoritmos y banderas rojas frente al riesgo
?scar, nombre ficticio, lleva quince a?os trabajando en el sector financiero, los ¨²ltimos doce en departamentos de prevenci¨®n de blanqueo de grandes bancos espa?oles e internacionales. Este profesional, que ha aceptado hablar para este reportaje a cambio de no revelar su identidad real, explica que las entidades toman este tipo de decisiones dr¨¢sticas, al menos sobre el papel, por el temor a que el cliente les suponga un riesgo en materia de fraude.
Al poco de sentarse para la entrevista, ?scar saca su m¨®vil y ense?a un pantallazo de su ordenador. ¡°Esto es una metodolog¨ªa de clasificaci¨®n de riesgo de un banco espa?ol¡±, asegura, sin desvelar el nombre de la entidad. Un esquema con varias columnas donde se indican, en ingl¨¦s, diferentes tipos de riesgo: ¡°riesgo canal¡±, ¡°riesgo cliente¡±, ¡°riesgo industria¡± y ¡°riesgo pa¨ªs¡±. Cada una va acompa?ada de un n¨²mero que mide el peso de ese riesgo en el c¨¢lculo final.
Esta ¡°coctelera¡± de variables, como la define ?scar, es un ejemplo de los algoritmos que hoy la banca comercial usa para asignarle un riesgo a cada cliente con el que establece una relaci¨®n comercial. Una especie de sem¨¢foro (el resultado final puede ser un riesgo bajo, medio o alto) que definir¨¢ el tipo de controles que la entidad aplicar¨¢ al cliente.
Otra pata fundamental del control normativo que ejercen hoy los bancos pasa por monitorizar los movimientos que hay en una cuenta. Un trabajo que, cada vez m¨¢s, apunta ?scar, se hace a trav¨¦s de softwares construidos con herramientas de IA.
El funcionamiento interno de estos programas es dif¨ªcil de escudri?ar. Se trata de sofwtare privado que las entidades desarrollan a partir de modelos construidos por proveedores externos, explican m¨²ltiples fuentes del sector consultadas por EL PA?S. Cada banco calibra luego estas herramientas en funci¨®n de sus intereses comerciales, pero tambi¨¦n en funci¨®n de unas leyes contra el blanqueo de capitales cada vez m¨¢s estrictas. Fuentes bancarias aluden precisamente a c¨®mo el endurecimiento de la normativa deja, a d¨ªa de hoy, poco margen de maniobra a las entidades. Cualquier m¨ªnimo indicio de posible fraude ha de ser detectado y atajado por el proveedor del servicio, se?alan.
Pero las banderas rojas de estos algoritmos tienen consecuencias concretas para los clientes de un banco. ¡°No todas las transacciones se?aladas son sospechosas. Ah¨ª es donde necesitas un analista¡±, explica ?scar, que en los ¨²ltimos a?os ha liderado varios equipos dedicados a esta tarea.
El ¡®de-risking¡¯, en el punto de mira
Delitos como el lavado de dinero o la financiaci¨®n del terrorismo a Andrade le quedan muy lejos. Al abrir su nueva cuenta con BBVA, inicialmente no tuvo ning¨²n problema, hasta que un d¨ªa amaneci¨® con la cuenta semi-bloqueada: pod¨ªa pagar recibos domiciliados, pero no hacer transferencias e ingresos. La explicaci¨®n que recibi¨® del banco fue un breve mensaje, advirti¨¦ndole de que ten¨ªa que actualizar parte de su documentaci¨®n. Lo hizo pero, a las pocas semanas, de nuevo su cuenta apareci¨® semi-bloqueda.
Aunque es imposible saber qu¨¦ riesgo le asign¨® BBVA a Andrade, es muy probable que ¨¦ste fuese elevado. Esto explicar¨ªa el origen de los sucesivos semi-bloqueos que este trabajador aut¨®nomo ha sufrido en los ¨²ltimos tres a?os. A este tipo de pr¨¢cticas bancarias se les conoce en el sector financiero como de-risking, un t¨¦rmino que se podr¨ªa traducir como eliminaci¨®n del riesgo. Es decir, la imposici¨®n de restricciones en los servicios a un cliente para evitar, en vez de manejar, un riesgo, seg¨²n la definici¨®n del comit¨¦ de expertos del Consejo Europeo para la lucha contra el lavado de dinero.
Las pr¨¢cticas de de-risking llevan a?os en el punto de mira de los supervisores bancarios por su estrecha relaci¨®n con la exclusi¨®n financiera de capas cada vez m¨¢s grandes de la poblaci¨®n. ¡°El de-risking se produce en todos los Estados miembros y sectores y afecta a una gran variedad de clientes de servicios financieros en la UE¡±, se?ala en un documento oficial la Autoridad Bancaria Europea (ABE), que incide adem¨¢s en c¨®mo estas pr¨¢cticas ¡°dificultan la prevenci¨®n de la delincuencia financiera¡±.
?scar se muestra contundente al explicar c¨®mo los bancos en Espa?a usan el de-risking. ¡°No es m¨¢s que la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil para deshacerse de un cliente. Si este no cumple con los est¨¢ndares, y como no quiero gastar recursos en analizar a ese cliente m¨¢s a fondo, lo que hacen es cerrarle la cuenta e invitarle a salir¡±, analiza.
A preguntas de EL PA?S, fuentes de BBVA niegan que el banco no avise a sus clientes antes de imponer restricciones a una cuenta y defienden que la entidad ¡°est¨¢ muy sensibilizada con evitar pr¨¢cticas de de-risking¡±, alineando sus pol¨ªticas con las recomendaciones de las autoridades en esta materia. ¡°Las decisiones que BBVA deba adoptar, como parte de sus obligaciones legales, siguen unos estrictos protocolos de informaci¨®n y comunicaci¨®n a sus clientes¡±, afirman estas mismas fuentes.
En t¨¦rminos parecidos se expresan desde Caixabank. Fuentes de esta entidad apuntan que sus ¡°criterios de bloqueo obedecen ¨²nicamente a los supuestos en los que la normativa lo exige¡±. Y aclaran que estos cierres pueden deberse a la prevenci¨®n del blanqueo o la financiaci¨®n del terrorismo, pero tambi¨¦n a la falta de documentos identificativos del cliente. ¡°En estos casos se avisa al cliente de forma previa y se informa de la causa para que pueda gestionarlo con tiempo suficiente y resolverlo¡±, explican.
Una foto incompleta
Saber exactamente el n¨²mero de cuentas bancarias bloqueadas o cerradas en Espa?a cada a?o, dejando a muchos afectados sin servicios financieros b¨¢sicos, es una tarea casi imposible. Pero algunas cifras dibujan una tendencia clara: este tipo de pr¨¢cticas llevan a?os creciendo.
Entre 2018 y 2022, ¨²ltimo a?o con cifras disponibles, las reclamaciones recibidas por el Banco de Espa?a por cancelaciones de cuentas se duplicaron, mientras que las quejas por bloqueos temporales se multiplicaron por cuatro en dicho periodo. Desde el Banco de Espa?a no se ha querido ofrecer m¨¢s detalles sobre la tipolog¨ªa de estas reclamaciones ni a qu¨¦ entidades en espec¨ªfico corresponden.
Patricia Su¨¢rez, portavoz de la asociaci¨®n de usuarios financieros ASUFIN, advierte que estas cifras son apenas ¡°la punta del iceberg¡±. El Defensor del Pueblo, en un reciente informe sobre los retos de la inclusi¨®n financiera, ha incidido tambi¨¦n en c¨®mo la banca privada pone cada vez m¨¢s barreras a diferentes colectivos en Espa?a a la hora de abrir y mantener una cuenta. Al mismo tiempo, critica c¨®mo las entidades aluden gen¨¦ricamente a la normativa sobre blanqueo y a su necesidad de conocer en detalle la actividad del cliente, sin m¨¢s justificaci¨®n, para levantar estas barreras al acceso a un derecho reconocido por la ley.
Opacidad y falta de comunicaci¨®n
Esta opacidad y falta de comunicaci¨®n choca de forma clara con los c¨®digos de buenas pr¨¢cticas del propio Banco de Espa?a. Fuentes del supervisor bancario van m¨¢s all¨¢ y aclaran a EL PA?S que las entidades, ante casos como los mencionados, tienen que ser ¡°extremadamente diligentes en la interacci¨®n con el cliente, bien para explicar las circunstancias de las limitaciones a la operativa introducidas, bien para levantarlas, en su caso, de manera r¨¢pida¡±.
Desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB) descartan con rotundidad que los bancos espa?oles act¨²en de forma poco diligente ante estos casos. Y reiteran, a preguntas de este diario, c¨®mo la estricta regulaci¨®n antiblanqueo obliga a las entidades a un minucioso proceso de identificaci¨®n, mediante la petici¨®n de documentaci¨®n, de los particulares y empresas que establecen relaciones con ellas.
¡°La industria actual es hip¨®crita y altamente destructiva para los ciudadanos y, en particular, para las peque?as y medianas empresas¡±, se?ala por videollamada la experta Mariola Marzouk, que durante una d¨¦cada trabaj¨® desarrollando programas inform¨¢ticos dirigidos a grandes bancos globales para el cumplimiento normativo.
Marzouk, hoy profesora e investigadora en la Universidad de Portsmouth, pone tambi¨¦n sobre los hombros de las autoridades bancarias parte de la responsabilidad sobre los da?os causados por estos sistemas a ciudadanos inocentes. Estas herramientas de medici¨®n del riesgo, recuerda Marzouk, est¨¢n construidas a partir de los requisitos del regulador. El problema, se?ala esta investigadora, es que ¡°por encima del 90% de esas alertas que se crean, ya sea en base a las caracter¨ªsticas del cliente o en base a su comportamiento, son falsos positivos¡±.
Marzouk y otros expertos consultados apuntan c¨®mo los cierres injustificados de cuentas cada vez m¨¢s est¨¢n relacionados con una escasa diligencia y control humano en la aplicaci¨®n de la normativa, una transformaci¨®n del sector en la que la automatizaci¨®n de decisiones est¨¢ jugando un papel decisivo. ¡°?Por qu¨¦ se toman esas medidas? Por la incapacidad de poder navegar ese riesgo. Como no se quieren gastar horas y personal, se toma la decisi¨®n de no aceptar clientes con determinadas caracter¨ªsticas¡±, analiza ?scar.
Apoyado en el mostrador de cristal en el que atiende a la clientela, Atilio Andrade, originario de Ecuador y residente en Espa?a desde hace dos d¨¦cadas, critica que los controles ejercidos hoy por los bancos ¡°no sean m¨¢s humanos¡±. ¡°Si lo fuesen se dar¨ªan cuenta de a d¨®nde va el dinero que pasa por mis manos, a entidades reconocidas por el Banco de Espa?a y a empresas conocidas globalmente. Pero todo est¨¢ automatizado¡±, lamenta.
Manifestaci¨®n china en Madrid
Helena Xia, abogada, fue una de las promotoras de la manifestación que en 2019 sorprendió a propios y extraños al movilizar a cientos de ciudadanos de origen chino en pleno centro de Madrid, después de que el BBVA cerrase las cuentas a miles de sus compatriotas. Hoy, sentada en su despacho en el barrio de Usera de la capital, Xia recuerda que aquello fue solo el principio. En 2021, clientes de esta entidad procedentes de China denunciaron de nuevo restricciones generalizadas en sus cuentas.
Esta abogada enumera los diferentes casos de compatriotas que sufrieron entonces toda la crudeza de esta decisión, al no contar con una red que les protegiese. “El señor Huan, jubilado, soltero, que recibía su pensión mensual en su cuenta. Se quedó sin dinero y el dueño de su piso lo echó. No tenía ni un sitio para vivir ni tampoco cómo alimentarse. Se tumbaba en un banco del parque”. O el de un joven estudiante que recibía en su cuenta el dinero que le enviaba su padre, “¿cómo pagar su matrícula, su alquiler, su transporte? Imposible”. “Tenemos un montón de ejemplos como estos”, asegura Xia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.