Vivir sin cuenta bancaria: la exclusi¨®n financiera golpea a los inmigrantes
M¨²ltiples asociaciones denuncian que los bancos ¡°incumplen¡± la ley al impedir que personas migrantes abran una cuenta b¨¢sica
Para Juan (nombre ficticio a petici¨®n del entrevistado) abrir una cuenta de pago b¨¢sica ha sido una odisea. Este colombiano de 31 a?os lo intent¨® en seis bancos diferentes y, a pesar de contar con toda la documentaci¨®n necesaria, lo consigui¨® la semana pasada, despu¨¦s de tres meses de lucha. Salif Conte (22 a?os) comparti¨® la misma desesperaci¨®n. Tard¨® un a?o en abrir un dep¨®sito, aunque ten¨ªa todos los papeles requeridos. ¡°Sin una cuenta no pod¨ªa pagar el alquiler o la luz, y tampoco pod¨ªa conseguir trabajo¡±, afirma con enfado. 13 asociaciones y ONGs han denunciado 240 ¡°irregularidades¡± de la banca ante el Defensor del Pueblo por poner ¡°innumerables trabas en el acceso y mantenimiento de una cuenta¡±.
La ley establece que los bancos ¡°est¨¢n obligados a ofrecer cuentas de pago b¨¢sicas ¡ªsin apenas comisiones, pensadas para personas en una situaci¨®n econ¨®mica vulnerable¡ª a aquellos potenciales clientes que sean solicitantes de asilo o no tengan un permiso de residencia, siendo su expulsi¨®n imposible por razones jur¨ªdicas o de hecho¡±. A pesar de ello, algunos bancos niegan el acceso a estas cuentas a algunas personas migrantes, agarr¨¢ndose a la ley de prevenci¨®n de blanqueo de capitales, que establece que para abrirlas tienen que probar la procedencia de sus ingresos. La Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB) y las entidades consultadas por EL PA?S, Santander, BBVA y CaixaBank, aseguran que la nacionalidad no influye en el trato a los clientes y que se rigen por la disposici¨®n del Banco de Espa?a para impedir el lavado de dinero. Seg¨²n la AEB, esta normativa obliga a los bancos a ¡°extremar la vigilancia¡±.
Sin embargo, para Natalia Slepoy, responsable del ¨¢rea de incidencia de Red Acoge, una de las organizaciones denunciantes, algunas entidades han utilizado esa normativa como excusa para impedir la creaci¨®n de nuevas cuentas b¨¢sicas: ¡°Se escudan en que determinadas nacionalidades no son aceptables para crear una cuenta porque presuponen que por venir de Siria o de Venezuela van a blanquear capitales¡±. No obstante, muchas de ellas, manifiesta, son personas solicitantes de protecci¨®n internacional con informes de vulnerabilidad social.
Tras sufrir el acoso de varias bandas criminales durante trece a?os, Juan lleg¨® a Espa?a el pasado octubre con la esperanza de comenzar una nueva vida. Se instal¨® en Lardero, un peque?o municipio que limita con Logro?o, y all¨ª solicit¨® protecci¨®n internacional y la renta de ciudadan¨ªa de La Rioja, un subsidio mensual que roza los 500 euros. Para recibir esa prestaci¨®n es necesario tener una cuenta de pago b¨¢sica.
Una directiva europea de 2014 se?al¨® que los Estados miembro ten¨ªan que disponer de cuentas de pago b¨¢sicas para ¡°animar a los consumidores vulnerables que no disponen de cuenta bancaria a participar en el mercado bancario minorista¡±. En 2019, Espa?a las convirti¨® en gratuitas para personas con vulnerabilidad econ¨®mica.
Juan ense?¨® la Hoja Blanca a los bancos donde acudi¨®, una documentaci¨®n provisional que certifica la aceptaci¨®n de la solicitud de asilo y que incluye el N¨²mero de Identidad de Extranjero (NIE). Aun as¨ª, no se la abrieron. ¡°Me ped¨ªan el Documento Nacional de Identidad (DNI) f¨ªsico, que a¨²n no ten¨ªa porque estaba en tr¨¢mite, y una declaraci¨®n de renta de Colombia, que tampoco pod¨ªa facilitar porque ni siquiera he cobrado tres salarios m¨ªnimos all¨ª¡±, cuenta.
Tuvo que recurrir a la ONG Rioja Acoge, una asociaci¨®n que promueve la integraci¨®n de las personas migrantes. Con su asesor¨ªa, Juan consigui¨® una carta firmada por el Ayuntamiento de Logro?o que justificaba el motivo por el que necesitaba una cuenta bancaria. Una vez m¨¢s se la negaron, sin darle m¨¢s explicaciones. ¡°Iba y ven¨ªa de los bancos continuamente. La pega era m¨¢s que todo por ser colombiano. Eso es pr¨¢cticamente lo que me dijeron¡±, comenta.
Algo parecido le sucedi¨® a Conte. Tras obtener el asilo pol¨ªtico y la Hoja Blanca, distintos bancos le exigieron, adem¨¢s, el pasaporte, porque no cre¨ªan que el NIE que facilit¨® fuera suyo. El joven lleg¨® a Valencia hace casi tres a?os a bordo de una embarcaci¨®n, despu¨¦s de una larga traves¨ªa que comenz¨® en Guinea-Conakry, su pa¨ªs natal. Siempre tuvo claro su objetivo en Espa?a: conseguir un trabajo. Aunque varias empresas quisieron contratarle, no pudieron hacerlo porque no ten¨ªa cuenta bancaria. ¡°Si la ley dice que puedes tener este derecho, es tu derecho. Nadie puede quit¨¢rtelo¡±, denuncia.
Durante varios meses, Conte tuvo que ingresar su dinero en la cuenta de algunos amigos que le ayudaron. Finalmente, una trabajadora social de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) le acompa?¨® a la entidad para que le creyeran. ¡°No es normal que esto pase en Europa¡±, concluye Conte.
Slepoy se?ala que han conseguido ayudar a abrir una cuenta a muchos inmigrantes: ¡°Es la demostraci¨®n de que quien est¨¢ cometiendo una irregularidad es la entidad bancaria (...). Evidentemente, esas personas que lo solicitan tienen derecho, con la legislaci¨®n vigente, a que esa cuenta se les abra. Si no, no aceptar¨ªan activarlas¡±. Anabel Marauri, t¨¦cnica de igualdad de trato, a?ade que los bancos no informan de los requisitos necesarios para abrirse una cuenta de pago b¨¢sica y tampoco proporcionan a los solicitantes una negativa por escrito que es obligatoria.
Tras muchas desventuras, la semana pasada Juan consigui¨® abrir una cuenta con el Banco Santander vinculada a su pasaporte, aunque asegura que se recordar¨¢ para siempre de la pelea administrativa a la que se ha enfrentado. ¡°Eleg¨ª este pa¨ªs porque sab¨ªa que aqu¨ª pod¨ªa tener una vida mejor, pero no me esperaba este racismo por parte de los bancos¡±, se lamenta.
Conte tambi¨¦n ha ganado la batalla. Hace ocho meses encontr¨® trabajo en una empresa de comida a domicilio y hace seis que consigui¨® crear una cuenta en la Caixa, que anteriormente le hab¨ªa rechazado. Sin embargo, su preocupaci¨®n no ha cesado: ¡°Hay muchos compa?eros que est¨¢n en la situaci¨®n en la que estuve yo¡±. Las asociaciones hacen especial ¨¦nfasis en que las 240 incidencias que han recogido desde 2020 son la punta del iceberg y que la mayor¨ªa quedan sin registrar.
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