As¨ª se cre¨® el movimiento viral contra las pantallas: ¡°Ahora me conocen como ¡®la de los m¨®viles¡¯¡±
La iniciativa de miles de familias para retrasar el primer m¨®vil de los adolescentes cumple un a?o. Esta es la historia de su impulsora y sus inicios
¡°Mis amigas me dicen ¡®monta otro grupo y lo petamos¡¯¡±, bromea Elisabet Garcia Permanyer, la madre catalana de 43 a?os que hace un a?o cre¨® en el barrio de Poblenou (Barcelona) el primer chat de Adolescencia Libre de M¨®viles. Su objetivo era crear conciencia para que m¨¢s familias retrasaran hasta los 16 a?os el primer m¨®vil de sus hijos, que hoy se da sobre todo a los 12 a?os cuando llegan al instituto: ¡°Mi objetivo era personal¡±, dice ahora Garcia Permanyer. ¡°Yo quer¨ªa que cuantos menos adolescentes tuvieran m¨®vil mejor, porque as¨ª mi hijo no ser¨ªa tan pesado¡±, dice.
Aquel inter¨¦s privado se convirti¨® en un ¨¦xito inconcebible con cientos de grupos en toda Espa?a y m¨¢s de 30.000 familias implicadas, la creaci¨®n de una asociaci¨®n y un debate que no ha salido de los medios ni de las instituciones en un a?o. Garcia Permanyer ha grabado tambi¨¦n un documental de la cadena francesa Arte y una pel¨ªcula de la periodista francesa Elisa Jadot sobre la lucha de cinco mujeres contra tecnolog¨ªas impuestas, ambos sin emisi¨®n a¨²n. ¡°Desde Francia nos ven como pioneros, dicen que una madre de tres hijos normal y corriente haga esto y que se monte este pollo es muy fuerte, les encanta¡±, dice.
Todo este ¨¦xito ha llevado a las bromas de las amigas: ¡°Si hablamos de alg¨²n problema en el cole me dicen ¡®t¨ªa, monta un grupo¡¯ y ¡®si lo monta Elisabet seguro que lo petamos¡¯¡±, dice Garcia Permanyer, que admite que a veces la conocen como ¡°la de los m¨®viles¡±.
La broma esconde un proceso que no es casual ni sencillo. Como en otros procesos digitales, la viralidad tiene un pu?ado de factores que determinan su ¨¦xito. Nadie es capaz de predecir el ¨¦xito de algo as¨ª, pero la coincidencia de varias causas es una buena se?al. Estos son los que se dieron en el Poblenou.
1. Una inquietud previa
La preocupaci¨®n de los padres por el primer m¨®vil de sus hijos no surgi¨® de repente hace un a?o. Hace tiempo que hay preocupaci¨®n por el aumento de problemas con la salud mental de las adolescentes, con el consumo de pornograf¨ªa, con los videojuegos, con la falta de actividad.
Garcia Permanyer recuerda una conversaci¨®n en el verano de 2023 con su prima: ¡°Nos sentamos las dos en la playa en la Costa Brava mirando el mar y me dijo que estaba muy preocupada porque sus hijas le estaban pidiendo el m¨®vil, que iban a pasar al instituto¡±, recuerda, ¡°y empezamos a hablar indignadas¡±. Pensaron que crear un grupo de WhatsApp para ¡°compartir informaci¨®n¡± pod¨ªa ser buena idea. Pero ah¨ª qued¨®.
En septiembre, la televisi¨®n catalana emiti¨® el documental Generaci¨®n porno, coproducido con ETB. Poco despu¨¦s surgi¨® la noticia de que un enorme grupo de WhatsApp llamado ¡°Ni?os toda Espa?a¡± hab¨ªa compartido im¨¢genes violentas y porno.
2. La mecha: una charla en el parque
La tarde del 28 de septiembre de 2023, Garcia Permanyer charlaba con otros padres en un parque al lado de la Escola Vila Ol¨ªmpica. Surgi¨® el tema del primer m¨®vil. Alguien dijo la frase temible: ¡°Cuando empiece primero de ESO les damos un m¨®vil porque todos tienen¡±. Garcia Permanyer no iba a dejarlo pasar: ¡°?C¨®mo que todo el mundo tiene?¡±, respondi¨®.
Ah¨ª empez¨® un debate aparentemente anodino entre cinco o seis padres. Pero Garcia Permanyer no dej¨® pasar la oportunidad: ¡°Soy muy intensa. Me dicen que cuando digo algo voy a muerte, me indigna, lucho¡±, dice. Aquella fue la chispa del grupo.
¡°Cre¨¦ el grupo de WhatsApp en ese momento, les agregu¨¦ y mand¨¦ toda la informaci¨®n que recib¨ªa¡±, dice. ¡°Era solo para informarnos, para un grupito de padres¡±, a?ade. Pero aquel grupito de padres se multiplic¨® r¨¢pido.
3. El salto hacia la viralidad: la danza y el barrio
La prima de Garcia Permanyer cre¨® un grupo similar en Sarri¨¤, otro barrio de Barcelona. Pero nunca triunf¨®. Hab¨ªa dos diferencias.
Primero, el centro de danza de Garcia Permanyer. Llamado Cos [cuerpo, en catal¨¢n], empez¨® all¨ª ense?ando inteligencia corporal a adultos y luego sum¨® ballet y danza para ni?as. Por all¨ª pasan muchas familias: ¡°Son madres como yo. Les dec¨ªa que hab¨ªa creado un grupo de WhatsApp porque estaba muy preocupada por haber normalizado la entrega del primer m¨®vil, que me parec¨ªa una barbaridad y hab¨ªa creado un grupo para hacer pi?a, generar conciencia cr¨ªtica¡±, dice.
Las madres en general aceptaban encantadas entrar en el grupo. Garcia Permanyer vio que hab¨ªa mucha gente bien dispuesta pero que con charlas individuales no iba a crecer. Decidi¨® variar la estrategia y fue el movimiento clave.
¡°Cre¨¦ un enlace al grupo, escrib¨ª un email para decir que hab¨ªa creado el grupo y lo envi¨¦ a toda la base de datos del centro, unas 200 familias, y les dec¨ªa que por favor lo compartieran en las escuelas¡±, recuerda.
El efecto fue inmediato: ¡°Comenz¨® a crecer: 200, 300, 400, 500, no me lo pod¨ªa creer¡±, dice. Al principio nadie dec¨ªa nada, solo ve¨ªan los enlaces que colgaba. Ten¨ªa que decir algo. Y propuso una reuni¨®n, que se celebr¨® el 1 de noviembre, un mes despu¨¦s de creado el grupo. La idea era llevar las preocupaciones del grupo a las escuelas del barrio.
Mientras todo esto ocurr¨ªa en Poblenou, la prima hab¨ªa creado otro grupo en Sarri¨¤, que no despegaba. Esta es la segunda diferencia: Poblenou tiene un tejido distinto a otros barrios de Barcelona. ¡°Este barrio es muy familiar, hay muchos ni?os. Nos conocemos todos, te suenan todas las caras, es como un pueblo, como Sitges por ejemplo¡±, dice Garcia Permanyer.
4. Las redes y los medios
En el grupo inicial hab¨ªa periodistas y gente con contactos en la administraci¨®n p¨²blica. TV3 sac¨® un art¨ªculo a finales de octubre, pero a¨²n no daba la medida del impacto.
Xavier Casanovas, profesor y hoy uno de los padres m¨¢s implicados en la asociaci¨®n, puso un mensaje en X: ¡°Acabo de meterme en un grupo de WhatsApp de m¨¢s de 500 personas que se llama ¡®Poblenou - Adolescentes libres de m¨®vil¡¯. Se est¨¢ dando una aut¨¦ntica revoluci¨®n entre las familias que podr¨ªa significar un cambio de paradigma respecto a la relaci¨®n de los menores con las pantallas. Veremos qu¨¦ sale¡±, escribi¨®.
Acabo de ficar-me en un WhatsApp de m¨¦s de 500 persones que es diu "Poblenou - Adolescents lliures de m¨°bil". S'est¨¤ donant una aut¨¨ntica revoluci¨® entre les fam¨ªlies que pot significar un canvi de paradigma respecte a la relaci¨® dels menors i les pantalles. Veurem qu¨¨ en surt.
— Xavier Casanovas Combalia (@xcasanovasc) October 25, 2023
De aquel mensaje y de una charla y una foto de Garcia Permanyer sali¨® un art¨ªculo en EL PA?S. A partir del 3, 4 y 5 de noviembre estall¨®: docenas de medios, un programa de Salvados, reuniones con el alcalde Jaume Collboni y la Generalitat. Y muchos otros grupos iguales en docenas de lugares, excepto en el Pa¨ªs Vasco, donde ya hab¨ªan empezado esta batalla de una manera m¨¢s local.
El tema sigue siendo importante. El grupo est¨¢ tratando de saber el impacto real, m¨¢s all¨¢ de crear cierta conciencia entre las familias. Los institutos est¨¢n mucho m¨¢s sensibilizados a la hora de permitir el uso de m¨®viles en sus centros. Pero no hay cifras de cu¨¢ntos ni?os lo tienen o no este a?o primero de ESO.
5. El cansancio l¨®gico
La viralidad tiene el problema final de que es dif¨ªcil reaccionar y responder a tanto inter¨¦s. Garcia Permanyer se cans¨® y quiso apartarse un poco.
En su caso, ten¨ªa un motivo a?adido. Ya pas¨® por un momento as¨ª hace casi 20 a?os, cuando asesinaron a su madre. El crimen fue medi¨¢tico y Garcia Permanyer acab¨® agotada por la exposici¨®n y la presencia en los medios: ¡°Ahora al menos cuando me buscan en Google ya no sale aquello¡±, dice.
Tras el ¨¦xito de los grupos, todos en el grupo ha tenido que lidiar tambi¨¦n con la leve contradicci¨®n, promovida por los habituales quejicas de las redes, de que usan el m¨®vil para combatir las pantallas. La respuesta es sencilla, dice Garcia Permanyer: ¡°Somos adultos¡±, dice, e insiste en que no es un movimiento en contra de la tecnolog¨ªa como tal. ¡°Los adolescentes deben jugar a futbol, pelearse con su compa?ero o mirar a una ni?a que juega por ah¨ª. Y los adultos ya tenemos bastantes problemas. Nos han hecho una jugada, deber¨ªamos rebajar un poco todos¡±, a?ade.
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