C¨®mo el movimiento pionero de familias vascas logr¨® retrasar la edad del primer tel¨¦fono para sus hijos adolescentes
Ahora es una preocupaci¨®n nacional, pero hace a?os Euskadi fue la cuna de una recelo que ha logrado ¨¦xitos en un centro de Zarautz y otros municipios de Gipuzkoa
¡°Cuando empezamos en 2019, el 99% de chavales que entraban en 1? de ESO con 12 a?os ten¨ªa m¨®vil, hoy el 90% que empieza 2? de ESO no tiene m¨®vil. Le hemos dado la vuelta¡±, dice Miren Ros, educadora y promotora de Nuestra opci¨®n, nosotros 16 de Zarautz (Gipuzkoa), grupo pionero en el esfuerzo en Espa?a por retrasar la edad del primer m¨®vil en la adolescencia. ¡°Son tres l¨ªneas con solo 60-65 ni?os, pero ya es un logro¡±, a?ade.
Esas cifras de ¨¦xito se refieren a uno de los cuatro centros de Zarautz donde dan secundaria. Hay m¨¢s historias de ¨¦xito en Euskadi: en una escuela de Bergara el 93% de estudiantes no tiene tel¨¦fono m¨®vil en 1? de ESO y en otra de Usurbil la cifra es del 90%. ¡°Tambi¨¦n en el municipio de Ondarroa el 80% de los adolescentes de 12 a?os no tiene m¨®vil¡±, dice Telmo Lazkano, profesor, formador y otro de los pioneros del movimiento en Gipuzkoa y Euskadi.
En Euskadi, alrededor de la pandemia, surgieron docenas de grupos de familias preocupadas por los m¨®viles. En el resto de Espa?a, la coordinaci¨®n lleg¨® algo m¨¢s tarde. Hace menos de un a?o, un grupo de WhatsApp en el barrio de Poblenou de Barcelona se organiz¨® para intentar retrasar la edad del primer m¨®vil para un adolescente. Aquella peque?a semilla cuaj¨® en pocas semanas en un grupo nacional llamado Adolescencia Libre de M¨®viles, que tiene grupos de familias por toda Espa?a. ¡°Los grupos que m¨¢s tiempo llevan trabajando este tema son los que m¨¢s consecuencias o frutos est¨¢n viendo y los que m¨¢s tardan en empezar, pues todav¨ªa no los han visto tanto¡±, avisa Lazkano.
Esta preocupaci¨®n no es solo espa?ola. En este inicio de curso cada vez hay m¨¢s pa¨ªses y regiones que limitan o proh¨ªben el uso de m¨®viles en colegios. Tambi¨¦n hay m¨¢s debate sobre las consecuencias de un uso descontrolado del m¨®vil y las redes en la adolescencia. Los objetivos del movimiento en Euskadi, que coinciden con los de otros lugares a grandes rasgos, son retrasar la edad del primer smartphone, hacer de los colegios espacios libres de m¨®viles, educar en tecnolog¨ªa a menores y adultos y racionalizar la digitalizaci¨®n del sistema educativo.
Los pueblos, de abajo arriba
A pesar de esta expansi¨®n, en Euskadi, y sobre todo en Gipuzkoa, siguen con su movimiento original. ¡°En parte debido a la orograf¨ªa, Bizkaia est¨¢ m¨¢s centralizada en Bilbao aunque hay muchas localidades ya con largo recorrido como Ondarroa y Durango¡±, dice Lazkano. ¡°En Gipuzkoa somos m¨¢s de kil¨®metro cero, creemos m¨¢s en trabajar desde lo local¡±, dice Ros.
El germen de Zarautz se multiplic¨® en otro municipio, Tolosa. ¡°La pandemia hizo explotar los n¨²meros y las consecuencias del uso de pantallas, con lo que m¨¢s gente era consciente y cogi¨® mucha fuerza en Tolosa¡±, dice Lazkano, que es tambi¨¦n coautor del libro Las voces del silencio, sobre salud mental en la adolescencia y m¨®viles y creador de un experimento llamado No phone challenge, donde anima a adolescentes a analizar sus reacciones durante una semana sin m¨®vil.
En 2021, en Tolosa, encontraron el nombre que se har¨ªa c¨¦lebre. ¡°Necesit¨¢bamos un nombre con gancho¡±, explica Lierni Armendariz Lacunza, educadora y organizadora del grupo en Tolosa. ¡°Casualidades de la vida ese d¨ªa sal¨ª tarde de casa y llegaba tarde a la reuni¨®n, y cuando dejaba a mi hijo mayor y le dije ¡®levanta la cabeza del m¨®vil, hombre¡¯. Cuando lleg¨® a la reuni¨®n y cont¨® la an¨¦cdota, otra compa?era le dijo: ¡°?Ese es el nombre!¡±. Ser¨ªan Levanta la cabeza, en vasco Altxa burua. Poco despu¨¦s, con su hija y una tablet, Armendariz crear¨ªa tambi¨¦n el logo.
Armendariz ten¨ªa un hijo ya con m¨®vil y no quer¨ªa que con su hija pasara lo mismo: ¡°Ya empec¨¦ con el runr¨²n en 2017, pero no me iba a pasar de nuevo con mi hija, necesitaba comunidad, hacer grupo¡±. Eso es lo que hizo con familias de los tres centros de Tolosa: ¡°En Tolosa somos muy reivindicativos, muy pu?eteros, somos bastante ca?eros en estas cosillas¡±, dice.
Los medios locales han tenido un papel clave en la difusi¨®n de estos grupos. Armendariz vio la iniciativa de Zarautz en la tele y llam¨® a Miren Ros para que hiciera una formaci¨®n en Tolosa. Su iniciativa tambi¨¦n sali¨® en seguida en los medios, sobre todo al a?o siguiente, cuando crearon una pegatina para los comercios locales donde animaban a los adolescentes que no ten¨ªan m¨®vil a usar el de la tienda para hablar con sus padres.
¡°Esto es un marat¨®n¡±
Este martes Altxa burua ha celebrado una de sus reuniones anuales en Bergara (Gipuzkoa) con docenas de representantes de 2.000 familias. A pesar de los ¨¦xitos a la hora de concienciar y retrasar la edad, no todo es r¨¢pido ni simple: ¡°Hay que dar la matraca, esto es un marat¨®n¡±, dice Ros.
¡°Lo que he aprendido en este tiempo es que todo va muy despacio y hay que tener mucha paciencia¡±, dice Armendariz. ¡°No va tan r¨¢pido como nos gustar¨ªa, los tiempos son diferentes. Hemos aprendido a respetar los tiempos de los otros, porque al final lo ¨²nico que haces es ponerte de mala leche¡±, a?ade.
Un problema de este movimiento es que el primer m¨®vil preocupa mucho a algunos padres, pero solo durante un a?o o dos. Una vez han dado el m¨®vil viene una calma tensa. ¡°Una vez lo compran muchas veces desaparecen de los grupos porque los padres tiran la toalla: ¡®Este ya tiene su m¨®vil y ya no se puede hacer nada¡±, cuenta Ros.
¡°Retrasarlo est¨¢ bien y es necesario, pero acompa?ar luego es un ejercicio terrible para los padres: podemos informarles de que puedan acordar pactos con los hijos, que el m¨®vil es de los padres, que no les den de repente v¨ªa libre con todos los datos, que empiecen igual con una tarjeta de 3 GB o que hagan un contrato de 10. Hay ah¨ª un mundo luego, hay que saber gestionarlo y tiene su aquel¡±, explica Armendariz.
Tampoco se trata en ning¨²n caso, dicen, de etiquetar a algunos padres o de menospreciar la tecnolog¨ªa: ¡°No es una guerra de familias buenas o malas, cada cual tiene un contexto y lo que intentamos es concienciar¡±, dice Lazkano.
Pero en parte es inevitable que a veces se asocien estos grupos con personas que rechazan la tecnolog¨ªa por principio: ¡°Hay como dos grupos¡±, reconoce Armendariz. ¡°Aquellos que estamos muy concienciados y decimos que hay que ver qu¨¦ uso se hace del m¨®vil y, por otra parte, hay otro grupo que dice que esto son chorradas. No podr¨ªa decir exactamente cu¨¢ntos, pero todav¨ªa somos menos nosotros, los que vamos retrasando¡±.
Todo este ¨¦xito familiar vasco no se ha trasladado de momento al gobierno auton¨®mico. Euskadi es la ¨²nica comunidad aut¨®noma que deja en manos del los centros las decisiones sobre m¨®viles en los centros educativos.
Puedes seguir a EL PA?S Tecnolog¨ªa en Facebook y X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.