Expulsados de Tinder o ¡®Fortnite¡¯ de por vida y sin explicaciones
Las redes y foros en internet acumulan miles de quejas de usuarios vetados por alguna plataforma sin causa justificada. Sus protestas chocan contra un muro de silencio por parte de las compa?¨ªas
Imagine que un d¨ªa vuelve de dar un paseo y no puede abrir el portal de su casa. Prueba y prueba, pero su llave no gira. Entonces llamas al telefonillo y responde un contestador dici¨¦ndote que ha incumplido las condiciones del contrato y que no puede entrar. ?Qu¨¦ condiciones? se preguntar¨¢, pero la m¨¢quina no est¨¢ para dar explicaciones. Le remite a una p¨¢gina para que lea la Ley de Arrendamientos Urbanos sin explicarle qu¨¦ ha hecho ni darle opci¨®n a r¨¦plica. No le deja subir a casa a recoger sus pertenencias ni despedirse de los vecinos. No puede volver a entrar en ese edificio jam¨¢s.
Puede que las repercusiones sean menos dram¨¢ticas. Pero, a juzgar por el volumen de mensajes de protestas en redes y foros ¨Dporque las plataformas no dan cifras¨D esto es lo que les ha ocurrido a miles de personas en el mundo virtual. Ser vetado en un videojuego o una red social podr¨ªa ser un tema menor hace unos a?os, pero la enorme importancia que han ganado en los ¨²ltimos tiempos en el plano social y econ¨®mico hace que una expulsi¨®n pueda suponer un serio problema. Casi todas las grandes redes sociales echan a sus usuarios sin dar explicaciones ni o¨ªr razones. En algunos casos lo m¨¢s pr¨¢ctico es hacerse una nueva cuenta. En otros, desistir. Lo mejor, si la decisi¨®n en injusta, ser¨ªa denunciar.
A Carolina la han echado de Tinder. Esta madrile?a de 38 a?os descubri¨® hace un a?o que la hab¨ªan expulsado de la aplicaci¨®n de citas m¨¢s popular del mundo. ¡°De repente un d¨ªa me voy a meter y me sale el mensaje de que mi cuenta ha sido cancelada por incumplir las normas y me quedo como¡ ?qu¨¦? Yo no he incumplido ninguna norma¡±. Carolina intent¨® escribir a Tinder, pero sus correos daban con un muro. ¡°Me contestaban con mensajes autom¨¢ticos. Estaba indignada y cabreada, me sent¨ª totalmente indefensa¡±, recuerda.
M¨¢s all¨¢ de una divertida an¨¦cdota que contar a los amigos, esta desventura puede suponer un trastorno real. La mitad de las parejas que se forman en la actualidad se conocen en entornos virtuales. Un reciente estudio de la Universidad de Standford cifraba el porcentaje en el 39% para parejas heterosexuales y el 60% de las homosexuales. Una de cada cinco parejas que se casaron en Espa?a en 2019 se hab¨ªa conocido por una de estas aplicaciones seg¨²n el portal Bodas.net. Ser expulsado de ellas limita, y mucho, las posibilidades de encontrar pareja o amigos.
¡°Es la principal forma de conocer a gente. Entre el ritmo de vida, el trabajo, las limitaciones a la vida social¡¡± Carlos tiene 32 a?os y lleva casi uno fuera de Tinder. ¡°Me echaron sin explicaci¨®n alguna. Lo habl¨¦ con una amiga abogada y me plante¨¦ denunciar, porque supone una indefensi¨®n jur¨ªdica brutal. Al final all¨ª dentro tienes conversaciones privadas, tienes el contacto de gente a la que est¨¢s conociendo... Es una faena. Pero no tiene sentido meterte en l¨ªos con una compa?¨ªa estadounidense que ni siquiera contesta a tus mails, no tengo tiempo, dinero ni ganas¡±.
Ese es el motivo principal por el que la mayor¨ªa de usuarios no presenta una denuncia, seg¨²n David Maeztu, abogado especializado en temas tecnol¨®gicos. Pero m¨¢s all¨¢ de lo complicado del proceso, Maeztu se?ala que estamos ante una colisi¨®n de derechos evidente: ¡°Por un lado tenemos una especie de derecho de admisi¨®n trasladado al entorno online. Pero este debe ponerse en relaci¨®n con c¨®mo afecta a otros derechos del usuario. No es lo mismo un sitio web o un juego muy peque?o, donde podr¨ªas encontrar otra alternativa, que proyectos en los que, por su dimensi¨®n, la limitaci¨®n al usuario pueda afectar a sus relaciones con terceras personas¡±. Las empresas no tienen en cuenta este segundo aspecto, explica el jurista, se quedan s¨®lo con la parte del derecho de admisi¨®n y es ah¨ª donde puede ser relevante cuestionar los t¨¦rminos y condiciones de los servicios. Y ah¨ª hay margen para denunciar.
Carolina cree que alg¨²n contacto despechado ha podido reportar una supuesta conducta inadecuada suya en Tinder y por eso la han echado. Se ha comprado una tarjeta prepago para volver a inscribirse en la aplicaci¨®n con otro n¨²mero. Algo parecido sospecha Carlos, que de momento no ha vuelto a la plataforma. M¨®nica, de 25 a?os, cree que la expulsaron porque escribi¨® en su descripci¨®n que buscaba un sugar daddy (hombres mayores que se involucran con chicas j¨®venes, normalmente con un componente econ¨®mico impl¨ªcito). ¡°Lo hice en plan co?a. Pero al robot que lee las descripciones no le pareci¨® gracioso¡±, comenta. Ra¨²l, de 39, cree que ese algoritmo debi¨® leer alguna palabra o expresi¨®n fuera de contexto, porque asegura no haber tenido ninguna mala experiencia en la app. Son suposiciones porque ninguno de los cuatro consigui¨® una explicaci¨®n escribiendo al mail de reclamaciones. Tinder no quiso responder a este diario.
En 2020 los delitos sexuales crecieron un 12% en el entorno online seg¨²n datos del Informe sobre los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual en Espa?a. El 60% de las mujeres sufre contactos insistentes en las aplicaciones de citas, el 57% recibe mensajes sexuales no solicitados y al 44% la han insultado alguna vez seg¨²n un estudio del Pew Research. Por eso, Tinder tiene un c¨®digo de conducta (cuyas visualizaciones aumentaron en los ¨²ltimos meses en un 57%) y un bot¨®n que pueden pulsar los usuarios cuando est¨¦n hablando con alguien y se sientan inc¨®modos. A finales del 2021, Tinder anunci¨® la implementaci¨®n de dos nuevas funcionalidades basadas en Inteligencia Artificial. Cuando detecte alguna palabra o expresi¨®n marcada como negativa preguntar¨¢ al emisor: ¡°?Est¨¢s seguro?¡± antes de enviarla. Si lo hace, preguntar¨¢ al receptor ¡°?Te incomoda el mensaje?¡±. Son medidas preventivas, pero la ¨²ltima y m¨¢s efectiva sigue siendo la misma: expulsar a los usuarios que no cumplan sus normas.
¡°Est¨¢ claro que tienen que hacerlo. El problema no es que echen a gente, sino c¨®mo lo hacen¡±, explica Samuel Parra, abogado especializado en Derecho en el entorno online. ¡°?Por qu¨¦ no establecer un di¨¢logo entre las partes? ?Por qu¨¦ no dan derecho a r¨¦plica ni explican los motivos?¡±. Parra responde a sus propias preguntas esgrimiendo el tama?o descomunal de plataformas como Tinder. ¡°Necesitar¨ªan una legi¨®n de moderadores, es m¨¢s barato mandar un mensaje autom¨¢tico¡±.
¡®Fortnite¡¯, Instagram y el baneo en otras plataformas
El caso de Tinder es m¨¢s gravoso, al estar asociada la cuenta a un n¨²mero de tel¨¦fono. Hacerse una nueva implica comprar un nuevo n¨²mero. Sucede lo mismo en videojuegos online, asociados con las cuentas de Playstation, Xbox o Steam, donde se acumulan los juegos comprados y descargados. Renunciar a esta cuenta supone perder cientos de euros. Por eso un baneo en juegos como Fortnite puede suponer una condena, especialmente teniendo en cuenta su relevancia a nivel social.
¡°Para much¨ªsmos chavales Fortnite es mucho m¨¢s que un videojuego. Es el entorno social que tienen para relacionarse con sus compa?eros. Si los excluyes de ese entorno va a tener un impacto en su vida¡±, explica Parra. Esta plataforma expulsa a los usuarios de por vida si sospecha que han hecho trampas. Al escribir un mail pidiendo explicaciones (el periodista firmante de este reportaje lo hizo al ser expulsado) remitentes con nombres como Cronomeister, Alpha o Agente Leviat¨¢n responden con mensajes autom¨¢ticos, generalistas y ambiguos. No dan explicaciones ni escuchan argumentos. En algunos casos la expulsi¨®n puede acabar de paso con una fuente de ingresos. Fortnite no da opci¨®n a defenderse y solo contesta a los mails de forma autom¨¢tica. Su creador asegura que la plataforma tendr¨¢ un papel relevante en el futuro del metaverso, un lugar a¨²n por construir al que miles de personas ya tienen vetado el acceso.
El impacto de ser expulsado podr¨ªa ser menor en redes sociales como Facebook o Instagram, pues hacerse una nueva cuenta conlleva solo usar un nuevo email. Pero, en cualquier caso, al hacerlo se pierde toda la informaci¨®n privada y contactos. Y ah¨ª es donde entramos en un terreno farragoso. Haber volcado nuestra vida en lo digital no significa que le hayamos dado permiso a una empresa para gestionar esa vida. ¡°No nos puede impedir acceder a nuestros datos sin darnos explicaciones, tiene una trascendencia que va m¨¢s all¨¢ del propio uso de la app. No puedes ponerte en contacto con gente o siquiera borrar tus datos¡±, se?ala Parra.
La normativa de la Agencia de Protecci¨®n de Datos est¨¢ por encima de los t¨¦rminos y condiciones de cualquier plataforma. Un usuario de Instagram utiliz¨® esta v¨ªa para recuperar el acceso a su cuenta de Instagram. Y lo consigui¨®. ¡°Dijo, ¡®ustedes me han cancelado la cuenta sin previo aviso ni capacidad de defenderme, vale. Pero yo en esa cuenta tengo datos personales y no me pueden negar el acceso a ellos¡¯¡±, explica el abogado. Meta, empresa propietaria de Instagram, le devolvi¨® el acceso a su cuenta en cuanto recibi¨® el requerimiento. ¡°Seguramente no quer¨ªan que se corriera la voz, hay mucha gente en esa situaci¨®n y una sentencia tiene mucha repercusi¨®n. Por eso apenas hay sentencias judiciales al respecto, nunca se llega a juicio¡±.
Tambi¨¦n ayuda el que nadie denuncie. Parra cree que esta actitud deber¨ªa cambiar. ¡°Si consideramos que nuestros derechos han sido vulnerados, empecemos a pelear esto donde hay que pelearlo, que no es en Twitter, sino en los tribunales¡±. Asegura que la aceptaci¨®n de t¨¦rminos y condiciones de una aplicaci¨®n o juego est¨¢ supeditada a la norma nacional. ¡°Que lo firmes no les da derecho a hacer lo que les d¨¦ la gana¡±.
Maeztu llega a una conclusi¨®n similar. Entiende que se tienen que proteger los entornos digitales de malas pr¨¢cticas como el acoso o las trampas, pero cree que esto no puede derivar en la indefensi¨®n de los usuarios. ¡°Que no se disponga de un servicio de resoluci¨®n de disputas donde reclamar o contraargumentar es una indefensi¨®n clara¡±, sentencia. La decisi¨®n unilateral de una empresa no deber¨ªa convertirse en definitiva. ¡°Sobre todo cuando esa decisi¨®n excluye a los usuarios de una parte importante de su vida, aunque sea digital¡±.
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