Comer mucho, cocinar poco. Los programas de gastronom¨ªa se centran en gente devorando en sitios
El g¨¦nero se va alejando de la preparaci¨®n de los platos en s¨ª y convierte su disfrute en una experiencia est¨¦tica y casi misteriosa
Hoy mismo, si alguien entra en Netflix y le apetece ver un programa de cocina, lo tiene complicado. No porque no haya d¨®nde elegir, sino porque es muy probable que no sepa por d¨®nde empezar. Y eso que ya existe algo llamado Canal Cocina, que con el nombre lo dice todo. La comida ha ido introduci¨¦ndose en nuestra televisi¨®n, hasta el punto en el que se puede incluso escoger entre no ya varios tipos de exhibiciones culinarias sino qu¨¦ tipos de personas con una fascinante capacidad para que les guste todo y les sorprenda todo estar¨¢n a cargo.
Una de las opciones m¨¢s populares del momento la ofrece Jon Favreau y su The Chef Show, cuya tercera temporada se estren¨® el pasado 19 de febrero tambi¨¦n en Netflix. Se trata de un programa en el que el actor y director ¡ªhizo una pel¨ªcula llamada Chef, que m¨¢s que una cinta, es una forma de enviar el curr¨ªculum a las productoras para que te den un programa¡ª se hace acompa?ar de Roy Choi, un cocinero c¨¦lebre por regentar Kogi, una gastroneta de cocina m¨¦xicocoreana en Los ?ngeles y que le asesor¨® para aquella pel¨ªcula. Cocinan junto a gente famosa en plat¨®, van a restaurantes a ver c¨®mo se hacen las cosas e intentan hacer esas cosas. ¡°Somos copresentadores¡± comentaba recientemente Favreau al respecto de la din¨¢mica creada junto a su compa?ero. ¡°No miramos a la c¨¢mara, es lo que es. Traemos gente a la cocina y hablamos¡±.
Unos les hacen la pelota. Otros, como el gran cocinero austriaco afincado en EE UU Wolfgang Puck, les ponen en su sitio como titiriteros. Han estado en el horno para pizzas que tiene Robert Rodriguez en su casa de Austin, han cocinado en el emporio Goop de Gwyneth Paltrow y se han hecho un s¨¢ndwich de queso fundido con el c¨®mico Bill Burr. Es un cruce entre el antiguo programa que te ense?aba a cocinar y el moderno, que es el que te ense?a a gente comiendo. En esta categor¨ªa fueron brillantes los actores Steve Coogan y Rob Brydon, cuyas series The Trip (la m¨¢s reciente data de 2017 y sucede en Espa?a) no escond¨ªan nada: hemos enga?ado a la productora para que nos pague por ir a comer y hablar de nuestras cosas. Y lo dirige nuestro mejor amigo, Michael Winterbottom (Camino a Guant¨¢namo). Puede verse en Filmin.
El otro gran ¨¦xito de gastrotelevisi¨®n de esta era es Salt Fat Acid Heat. Basado en el libro del mismo t¨ªtulo escrito por Samin Nosrat, chef y cr¨ªtica gastron¨®mica de The New York Times Magazine, la serie comprende cuatro episodios, uno para cada elemento que el libro define como clave para cocinar: la sal, la grasa, lo ¨¢cido y el calor. Se estren¨® en 2018 en Netflix y sigue siendo un fen¨®meno. ¡°La primera vez que le ense?¨¦ el programa a mis amigos no pod¨ªan creer que esa era yo. Pero no porque no me reconocieran, sino porque me reconoc¨ªan demasiado. No cre¨ªan que no me hubiese arreglado o cambiado para el documental¡±, declaraba a The Washington Post tras el estreno de esta serie de episodios de media hora en los que se la ve fascinada por cualquier cosa, desde un bocadillo de porchetta hasta una piedra de parmesano. Para hacer gastrotelevisi¨®n es clave desmayarse de emoci¨®n al ver un espagueti cocerse. Y si la escena sucede en casa de una abuela en Liguria, pues mejor.
Esta estadounidense de origen iran¨ª es como una versi¨®n amable de Anthony Bourdain pero a la vez una opci¨®n no aspiracional de Gwyneth Paltrow, cuyo Spain¡ on the road again (emitido originalmente en 2008, a¨²n puede verse en Nova, Atresmedia), junto al chef Mario Batali, el periodista Mark Bittman y la actriz Claudia Bassols le abri¨® la puerta a los programas de gente famosa comiendo cosas en sitios.
Como sucede con todo lo que se hace tendencia, el abanico se ampl¨ªa hasta el esperpento. Solo en Netflix, ya tenemos Cooking on High (Cocinando colocado), donde se hacen platos con marihuana ante unos jueces bastante m¨¢s relajados que Jordi Cruz. Lleva ya dos temporadas, lo que nos dice que la marihuana seguramente tiene m¨¢s posibilidades que, pongamos, el cilantro. O The final table (la mesa final), que reformula el concepto Masterchef a nivel global. En la cabeza de los creadores debe estar Bocuse d¡¯Or, pero lo que se ve es m¨¢s parecido a Eurovisi¨®n. Resulta tan pretencioso que da la sensaci¨®n de que, en vez de cocinar en una cocina, lo hacen dentro de la Estrella de la Muerte. Los concursantes son tan cl¨®nicos y acartonados que parecen stormtroopers y no personas que se ganan la vida dando de comer a otros humanos.
Chef¡¯s Table es un paseo por la vida y obra de diferentes chefs que podr¨ªa ser m¨¢s lento y obvio, pero es complicad imaginar c¨®mo se lograr¨ªa eso. En The Family Cooking Showdown (como el programa anterior, tambi¨¦n en Netflix) varias familias compiten por realizar el mejor men¨². En un episodio alguien hace pescado con fresas y un juez dice que le parece bien. O van muy desorientados, o muy avanzados. Finalmente, si uno lo que b¨¢sicamente busca en un programa de cocina es ver a qu¨¦ pa¨ªs ir¨¢ de vacaciones y que va a pedir a domicilio para cenar esta noche, la respuesta actual se halla en otra emisi¨®n de Netflix, Breakfast Lunch Dinner. Aqu¨ª, el chef David Chang, fundador de Momofuku y uno de los m¨¢s queridos entre las celebridades, se va a diferentes sitios con diferentes famosos de viaje gastron¨®mico adornado con algunos chistes al respecto del lugar al que van, que puede ser Vancouver o Marrakech. La selecci¨®n de destinos debe obedecer a alg¨²n tipo extra?o de algoritmo. Dicen que aspira a recuperar el esp¨ªritu de Parts Unknown, el cl¨¢sico de Bourdain en CNN que puede verse en Espa?a a trav¨¦s de Amazon Prime Video. Pescando cangrejos con Seth Rogen es complicado construir un cl¨¢sico.
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