Can¨ªbal
Necesitando un narc¨®tico m¨¢s apasionante que el retrato realista de ¡®El destripador de Yorkshire¡¯, recurro por incontable vez a una pel¨ªcula aterradora que acaba de cumplir 30 a?os: ¡®El silencio de los corderos¡¯

Veo en Netflix la serie documental El destripador de Yorkshire, cr¨®nica de los 13 comprobados asesinatos de mujeres que cometi¨® un enigm¨¢tico psic¨®pata durante cinco a?os en el norte de Inglaterra. La muy incompetente polic¨ªa, obsesionada exclusivamente en que el monstruo solo se ensa?aba con se?oras que ejerc¨ªan el puter¨ªo callejero, le pill¨® por casualidad despu¨¦s de largo tiempo, cuando el Gobierno se sent¨ªa muy nervioso ante las continuas manifestaciones feministas que protestaban por su desprotecci¨®n. Trincaron al criminal en un registro rutinario de un coche, cuando este se dispon¨ªa a dar matarile a la mujer que le acompa?aba. Pero antes le hab¨ªan interrogado nueve veces. Sin mosquearse nunca. Este result¨® ser un individuo gris¨¢ceo y parco, camionero mod¨¦lico, un buen chico seg¨²n su familia y amigos, la apariencia banal del mal.
Necesitando un narc¨®tico m¨¢s apasionante que el retrato realista de este asesino en serie, recurro por incontable vez a la ficci¨®n, a una pel¨ªcula aterradora que acaba de cumplir 30 a?os. Es El silencio de los corderos. Me sigue provocando tanta fascinaci¨®n como inquietud, inyect¨¢ndome adrenalina y tensi¨®n. Ese can¨ªbal elegante y sarc¨¢stico, que lo sabe todo sobre el cerebro y el alma del pr¨®jimo, amante de Marco Aurelio, del arte florentino y del piano de Glenn Gould, hipnotiza a la detective Clarice Sterling y a cualquier tipo de espectador. Las novelas de Thomas Harris, el escritor que le pari¨®, poseen el mismo efecto. Pero lo que imaginabas ley¨¦ndolas se vuelve pavorosamente real cuando ves el careto y escuchas la seductora voz de Anthony Hopkins en una interpretaci¨®n memorable.
Y todos nos sentimos tan aterrados como Jodie Foster en esa casa sumida en la oscuridad, cuando tiembla y persigue al t¨ªo que necesita arrancarle la piel a chicas j¨®venes para aplacar a sus demonios. Pocas veces el pr¨ªncipe de las tinieblas ha recibido un retrato tan complejo y magn¨¦tico como el de Hannibal Lecter. Hasta se permite el lujo de que tambi¨¦n exista un lirismo soterrado y turbio en su relaci¨®n con Sterling.
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