Invalidez
Mi escaso sentido de la responsabilidad todav¨ªa me obliga a ver cosas muy publicitadas por las plataformas y bendecidas por la cr¨ªtica, como la inane ¡®The Assistant ¡®o la lamentable ¡®Color Out of Space¡¯
Mi inter¨¦s por descubrir nuevas perlas del cine y de las series es tan limitado como esc¨¦ptico, pero mi escaso sentido de la responsabilidad todav¨ªa me obliga a ver cositas muy publicitadas por las plataformas y bendecidas por la cr¨ªtica. Logro con esfuerzo llegar al final de The Assistant, aunque podr¨ªa haber prescindido a los 15 minutos de su aburrido metraje. Me informan de que el movimiento (o lo que sea) llamado Me Too, convencido de que posee la verdad absoluta y que a veces incurre en nombre de su infinito e institucionalizado poder a perpetrar barbaridades, acorralamiento sin pruebas, estupideces sectarias, ha definido esta pel¨ªcula como un sutil, ins¨®lito y magistral retrato de la confusi¨®n, la progresiva ira, la indefensi¨®n ante el chantaje de una secretaria que trabaja en la productora de un depredador sexual muy parecido a Harvey Weinstein. La forma de contar esta historia siniestra me parece cansina, con los tics y la nader¨ªa del m¨¢s insufrible cine independiente. Sus intenciones son defendibles, pero el desarrollo es inane.
Prolongo el bostezo con la lamentable Color out the Space, que protagoniza el temible Nicolas Cage, empe?ado infatigablemente en acumular una filmograf¨ªa grotesca. Con algunas excepciones, pero muy antiguas. Me acerco a ella porque est¨¢ inspirada en el universo de mi amado Lovecraft, aquel mis¨¢ntropo de Providence que invent¨® en su terror¨ªfica literatura a los Antiguos, el Necronomic¨®n, el esplendor de un mal ancestral. Pero aqu¨ª todo es rid¨ªculo, gore, barato. No provoca miedo, solo risa tonta.
Y recurro a lo seguro, a lo que me sigue fascinando. O sea, Hitchcock. Debido a mis penosas circunstancias actuales, por razones l¨²dicas, pero tambi¨¦n masoquistas, me concentro en la fascinante La ventana indiscreta. Un se?or escayolado, inm¨®vil en su silla de ruedas, fot¨®grafo de profesi¨®n, se dedica a fisgonear con su mirada y sus prism¨¢ticos en la vida de sus vecinos. Constata soledades, exhibicionismo, amargura, cotidianeidad, alegr¨ªa y tambi¨¦n la posibilidad de un crimen. Ocurre en el t¨®rrido verano neoyorquino. Le acompa?a a ratos una elegante, hermosa, sensual y superpija Grace Kelly, obsesionada en lograr el amor del arrogante e inseguro inv¨¢lido. Yo no tengo vecinos enfrente de mi casa, no voy a descubrir secretos inconfesables. Creo que estoy a salvo de que alguien me quiera dar matarile por husmear en lo que no debo.
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