El fen¨®meno Zerocalcare, de la periferia de Roma a las pantallas de medio mundo
¡®Cortar por la l¨ªnea de puntos¡¯ (Netflix), la primera serie de animaci¨®n del dibujante italiano, proyecta su fama y su reconocimiento m¨¢s all¨¢ de su pa¨ªs
Primero fue un correo electr¨®nico. No hubo, sin embargo, respuesta. As¨ª que envi¨® un segundo, un tercero y unos cuantos m¨¢s. Pero el silencio continuaba. Puede que nadie leyera siquiera sus mensajes. Tal vez se perdieron entre la marea que invade cada d¨ªa los buzones de Netflix. Aunque la constancia de Michele Rech (Cortona, 38 a?os), conocido como Zerocalcare, se resume en cinco palabras: ¡°Yo quer¨ªa hacer esta serie¡±. Su acoso pas¨® de la Red a la realidad. Empez¨® a declarar su deseo a cada peri¨®dico que le entrevistaba. Y, a la vez, afin¨® su punter¨ªa digital: ¡°Al final encuentras a un amigo que tiene un contacto de uno que trabaja en Netflix¡±. A la insistencia, adem¨¢s, sum¨® los n¨²meros. Y cuando su editorial, Bao, escribi¨® a la plataforma para contarle que ese chico vend¨ªa cientos de miles de c¨®mics, entonces la compa?¨ªa lo entendi¨®. Aquel accollo (acoplado, pesado, en el dialecto romano que usa el dibujante) merec¨ªa una oportunidad.
Vistos los resultados, est¨¢ claro que conviene estudiar a fondo todos los correos electr¨®nicos que se reciben. Porque, tras su estreno, Cortar por la l¨ªnea de puntos se coloc¨® como la serie m¨¢s vista de Netflix en Italia entre el 15 y el 28 de noviembre. Y la cr¨ªtica ha celebrado el salto de Zerocalcare a la animaci¨®n, dividido en seis cap¨ªtulos de unos 20 minutos. Tambi¨¦n se mantiene como la segunda serie mejor valorada de 2021 por el p¨²blico espa?ol en la web Filmaffinity: un 8,2, por detr¨¢s de Arcane. En su pa¨ªs, hace tiempo que las colas de lectores dispuestos a aguantar 14 horas por una firma no son noticia. Ni siquiera sorprende que su ¨²ltimo tebeo, Niente di nuevo sul fronte di Rebibbia, resultara a principios de diciembre el libro m¨¢s vendido en Italia, por delante de Ken Follett o J.K. Rowling: ya lo hab¨ªa logrado el a?o anterior, con Esqueletos (que Reservoir Books editar¨¢ en Espa?a).
Pero ahora se mide con el mundo entero: su obra est¨¢ en 208 millones de casas y diarios como The Guardian quieren hablar con ¨¦l. ¡°Menudo l¨ªo¡±, se sincera. ¡°Intento hacer cosas que no me den verg¨¹enza, evitar los tonos de mit¨®mano y ser yo mismo. Ten¨ªa un list¨®n m¨¢s alto hace a?os, pero inevitablemente ha bajado. Por suerte, a mi alrededor tengo a gente que no me deja pasar ni una, que me masacra por cualquier foto que aparezca en internet¡±, agrega. Por m¨¢s que se esconda en su timidez y su adorada periferia romana de Rebibbia, la fama ha derribado su puerta. El propio barrio, conocido sobre todo por alojar una c¨¢rcel, hoy para muchos es tambi¨¦n el hogar de Zerocalcare.
De ah¨ª, al fin y al cabo, parten sus creaciones, incluida Cortar por la l¨ªnea de puntos. ¡°Ten¨ªa pensada otra historia, m¨¢s compleja narrativamente, pero me di cuenta de que no era capaz de escribirla. Para mi primera serie, prefer¨ª algo cerca de mi zona de confort¡±, asegura ¨¦l. De cierta manera, la trama se resume en los problemas cotidianos y las reflexiones de un joven cualquiera. Tanto en la serie como en sus c¨®mics, Zerocalcare se dibuja a s¨ª mismo y su vida: inseguridad, aburrimiento, dolor, entusiasmo, amor, amistad o el paso del tiempo. Una vi?eta puede hablar de su obsesi¨®n por las magdalenas; otra, de la depresi¨®n.
A partir de esa paleta universal, sin embargo, el creador ha construido un estilo ¨²nico. Por el tono: tr¨¢gico e hilarante, deprimente pero iluminado de esperanza. Y por la est¨¦tica: la conciencia del protagonista asume la forma de un armadillo, que cuestiona sus peripecias. Como Pepito Grillo, pero sin piedad y con palabrotas. Y muchos personajes acaban representados como c¨¦lebres personajes de ficci¨®n, de los Caballeros del Zodiaco a Heidi. Zerocalcare dice y escribe que no se toma muy en serio. Tanto que define su trabajo como ¡°hacer dibujitos¡± y se retrata como un friki solitario y a ratos pat¨¦tico. Pero, a la vez, su obra pretende apelar al alma.
Esquivar la vida
¡°En realidad, todas las historias que cuento son muy tristes. Son las ¨²nicas que me apetece narrar. Pero me doy cuenta de que podr¨ªa parecer un llor¨®n y lo maquillo con un mont¨®n de cosas graciosas o autoir¨®nicas. Re¨ªrme de m¨ª tambi¨¦n sirve para protegerme de las cr¨ªticas de los dem¨¢s. No importa que alguien no entienda alguna referencia generacional o geogr¨¢fica, se trata de compartir aquel sentido de ser inadecuado que uno arrastra desde que nace hasta que se muere¡±, explica el italiano. A lo largo de los a?os, cree que se ha vuelto ¡°especialista¡± en encontrarse una coartada a s¨ª mismo. La falta de trabajo, de dinero, de un piso o el fracaso de una relaci¨®n siempre se deb¨ªan a una causa externa. El armadillo, en la serie, se lo echa en cara de forma demoledora: ¡°Eres cintur¨®n negro de esquivar la vida¡±. A saber cu¨¢ntos, ante la pantalla, se dar¨¢n por aludidos.
De ah¨ª que, hace a?os, volcara aquellas inquietudes en los c¨®mics. Aunque su primer libro, La profec¨ªa del armadillo (Reservoir Books), encaden¨® una negativa tras otra: ¡°Dec¨ªan que eso no ten¨ªa mercado¡±. Cuando Bao lo public¨®, en 2012, miles de lectores lo desmintieron. Y las editoriales m¨¢s grandes se dieron cuenta del error. ¡°Tardaron muy poco en volver. Hasta me ofrecieron pagar la penalizaci¨®n por romper mi contrato¡±, recuerda Zerocalcare. Hizo todo lo contrario: todav¨ªa se mantiene fiel al sello independiente que crey¨® en ¨¦l.
He aqu¨ª otro manifiesto del italiano. ¡°El c¨®mic es una manera para exorcizar cosas que tengo dentro y de las que quiz¨¢s no consigo hablar. Si contara mi vida en Facebook, a lo mejor no har¨ªa tebeos. Pero dibujar tambi¨¦n es una manera de dar una m¨ªnima contribuci¨®n a las causas que me importan¡±, asegura. Sus vi?etas se muestran inflexibles en la defensa de asuntos tan grandes como los migrantes, el feminismo, los derechos LGTBI+, el antirracismo o el antifascismo, pero tambi¨¦n batallas menos conocidas, como el desalojo de un centro social o la lucha de los kurdos, a la que dedic¨® su novela gr¨¢fica m¨¢s famosa, Kobane Calling (tambi¨¦n editada en castellano). En aquella ocasi¨®n viaj¨® durante semanas al Kurdist¨¢n sirio, hasta el mism¨ªsimo frente de la guerra contra el Estado Isl¨¢mico. Aunque, normalmente, su personaje se mueve por el m¨¢s confortable Rebibbia.
El propio lenguaje de su obra es el de su barrio: todo en dialecto romano. Tanto que algunos han insinuado que la serie peca de poco comprensible. ¡°Cualquiera que sea capaz de ir a hacer la compra puede entenderla¡±, responde ¨¦l. La voz en la versi¨®n original, adem¨¢s, es la suya, ya que se encarg¨® de doblar a todos los personajes, salvo el armadillo. Aunque tambi¨¦n debi¨® acostumbrarse a ceder algo el tim¨®n: por m¨¢s que asumiera un control ¡°bastante psicop¨¢tico¡± sobre el material, esta vez trabajaba con una plataforma enorme y un estudio de decenas de animadores.
¡°El c¨®mic sale exactamente como lo tengo en la cabeza, pero la parte negativa es que no me sorprende. Una serie tiene la riqueza de que intervengan muchas personas. Por un lado, debes aceptar que no puedes marcar t¨² los tiempos: est¨¢s ante gente que est¨¢ haciendo su trabajo y que no ver¨¢ su nombre enorme en los cr¨¦ditos ni ser¨¢ entrevistada por ello. Por otro, haces un pedacito de material y no sabes lo que te van a devolver. Es como si dos veces por semana me mostraran un adelanto exclusivo de una nueva pel¨ªcula de Marvel¡±, relata Zerocalcare. Tambi¨¦n disfrut¨® ¡°imponiendo¡± la banda sonora que quer¨ªa a los espectadores.
En general, est¨¢ claro que la experiencia le ha gustado. Netflix, en algunas listas, ha puesto ¡°Temporada 1¡å cerca del t¨ªtulo de su serie. Tal vez, un indicio. ?l no lo desmiente: ¡°Yo tengo historias para contar. Y otra en formato de animaci¨®n me apetece. Ahora bien, no tengo hijos que mantener. Puedo decidir si quiero hacerla o no¡±. No le har¨¢ falta, eso s¨ª, insistir con los correos. Esta vez, bastar¨¢ el primero.
Del dialecto de Rebibbia al espa?ol
Los cómics y la serie de Zerocalcare hablan romano escricto. Y, a menudo, incluyen guiños a personajes y situaciones familiares para los italianos, o al menos para los habitantes de la capital, pero casi desconocidas en el resto del mundo. De ahí que traducir al español la obra del dibujante suponga un desafío mayúsculo. Y con él se mide este año, por cuarta vez, Carlos Mayor. "La riqueza de la literatura italiana que juega con la introducción de los llamados dialectos, las distintas lenguas de Italia, es abrumadora. Y para un traductor siempre es un reto enfrentarse a la variedad dialectal, buscar mecanismos para reflejar la intención del autor", asegura. Tras La profecía del armadillo, Olvida mi nombre y Kobane Calling, ahora llevará al castellano Scheletri (Esqueletos), una de las últimas novelas gráficas del autor. Todas están editadas por Reservoir Books.
El traductor está acostumbrado a estas dificultades, ya que también se ha encargado de trasladar al español obras de Andrea Camilleri o Igort. Pero el lenguaje del dibujante de Rebibbia plantea necesidades específicas: "En los tebeos de Zerocalcare el humor está muy presente y también hay muchas (muchísimas) referencias culturales, algunas comprensibles para el lector medio español y otras no. Y, claro, cuando se adaptan hay que buscar otras que sean creíbles en labios de los personajes al tiempo que comprensibles para los lectores. No siempre tienen que decir lo mismo la traducción del original. A veces hay que cambiar chistes, referencias, nombres, juegos de palabras… Digamos que para ser fiel al original en ocasiones hay que alejarse de la forma y centrarse en el fondo. Todo eso es más importante que nunca al traducir la mezcla de italiano y rasgos romanos de Zerocalcare". Curiosamente, el autor italiano tiene una relación cercana también con otro creador español: el dibujante de cómics Alberto Madrigal ha sido el responsable de colorear las portadas de sus últimas novelas gráficas.
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