Lo que funcion¨® y lo que no en la gala televisiva de los Premios Goya 2022

Fueron m¨¢s de tres horas y 10 minutos de premios Goya. Ya todo el mundo asume que la noche del cine espa?ol no es la de la excelencia ni el ritmo televisivo. Recordemos que se trata de una gala en donde a menudo los guionistas no han estado invitados. O se les ha pedido entrar por la puerta de atr¨¢s, ajena a las c¨¢maras, como esas entradas de segunda categor¨ªa para el servicio de los portales en los barrios pijos madrile?os que se han viralizado en redes sociales en los ¨²ltimos d¨ªas.

¡°Va a ser la ¨²nica posibilidad de que un guionista de comedia toque Goya¡±, dijo en un momento de la velada del s¨¢bado Marta Gonz¨¢lez de Vega ¡ªsaga Padre no hay m¨¢s que uno, ?A todo tren! Destino Asturias¡ª, responsable de los libretos de las pel¨ªculas espa?olas m¨¢s taquilleras del los ¨²ltimos tiempos. Ella fue una excepci¨®n en su gremio entregando un galard¨®n.

No todo fue negativo, as¨ª que enumeramos las dosis de cal y de arena que la ceremonia ofreci¨® a los telespectadores.

S¨ª a los presentadores en pack

Hab¨ªa ganas en la gala de los Goya de reencuentro f¨ªsico despu¨¦s de la noche de videollamadas del a?o pasado en M¨¢laga. Tanto que sus organizadores, prescindiendo de la figura cl¨¢sica del maestro de ceremonias, se empe?aron en tener este a?o m¨¢s presentadores que galardonados. Para muestra, la recogida del primer premio. Subieron al escenario cuatro ganadores a mejor sonido, pero hab¨ªa cinco actrices para entregarlo. En realidad, fue una inteligente forma de intentar que la velada resultara m¨¢s ¨¢gil, ya que cada una de ellas se encargaba de anunciar una categor¨ªa, ventil¨¢ndose cinco estatuillas del tir¨®n y sin forzadas charlas guionizadas previas. La f¨®rmula se repiti¨® a lo largo de toda la noche. Tambi¨¦n se agradeci¨® el breve mon¨®logo inicial de Carmen Machi.

S¨ª a la diversidad

Fue una gala que apel¨® a muchos tipos de espectadores. Al contrario que en el Benidorm Fest, no hubo en los Goya miedo a las lenguas cooficiales y pudo escucharse a lo largo de la gala varias pinceladas de valenciano, catal¨¢n, vasco y gallego. Tambi¨¦n son¨® el portugu¨¦s, italiano e ingl¨¦s. Esas conexiones con otros pa¨ªses nunca sobran en un mercado audiovisual que pretenda ser saludable. Y hasta Pen¨¦lope Cruz nos ense?¨® a pronunciar el apellido de Cate Blanchett, con acento en la e.

El premio a la actriz australiana busca otorgar un perfil internacional a los Goya, justo cuando cuatro espa?oles pisar¨¢n la alfombra roja de los Oscar. Blanchett, futura chica Almod¨®var, aunque quiz¨¢ deber¨ªamos actualizar el t¨¦rmino a diva Almod¨®var, lo mismo te hace de Bob Dylan, te anuncia un perfume de Armani o te regala un interesante discurso de agradecimiento. Siempre resulta hipn¨®tica.

No al batiburrillo conceptual

Pero ese compromiso de la Academia por cobijar, al menos por una noche, todas las realidades del cine espa?ol se traduce desde el punto de vista televisivo en un imposible batiburrillo conceptual y visual.

Los primeros segundos de la emisi¨®n fueron en blanco y negro, el de Calabuch del m¨¢s que centenario Berlanga, de ah¨ª se salt¨® al color de los fuegos artificiales sobre el Palau de les Arts Reina Sof¨ªa de Valencia. Y justo despu¨¦s, lleg¨® otro de esos extra?os n¨²meros musicales que solo ocurren en los Goya. Jedet, Cristina Casta?o y Bebe, cada una de su propia galaxia, arrancaron cantando todo un himno valenciano, el Libre de Nino Bravo.

Tambi¨¦n qued¨® terriblemente descompasado el uso de formatos propios de las pantallas peque?as. Hubo gags humor¨ªsticos ¡ªincluidos los c¨¦lebres v¨ªdeos de internet de Pantomima Full¡ª, emotivos v¨ªdeos caseros enviados por los familiares de algunos candidatos y m¨²sica en directo. Pero eran gui?os que aparec¨ªan y desaparec¨ªan sin mucho sentido.

S¨ª al servicio p¨²blico

Antes de comenzar la gala, un batall¨®n de periodistas de TVE estuvo haciendo durante 90 minutos aut¨¦ntico servicio p¨²blico en La 1 desde la alfombra roja. Su din¨¢mico y ameno carrusel de conexiones tanto dentro como fuera del recinto valenciano sirvi¨® para promocionar la moda local, recordar los proyectos venideros de los actores que pasaron por ella y algo no muy com¨²n en la televisi¨®n espa?ola: charlar sobre la industria cinematogr¨¢fica ante una audiencia masiva.

No a la incoherencia

Mientras que recortaron el tiempo en presentaciones y v¨ªdeos, los organizadores no supieron mantener a raya a muchos de los galardonados. Su l¨®gica y leg¨ªtima alegr¨ªa no tuvo compasi¨®n con los espectadores. Fue una retah¨ªla de agradecimientos eternos, con referencias que solo pod¨ªan entender aquellos a quienes iban dirigidas, sin reparar que la gran mayor¨ªa de la audiencia sentada en su casa desconoc¨ªa el proyecto o la biograf¨ªa personal de la que hablaban.

Fueron grandes momentos televisivos los de la actuaci¨®n del hombre de moda C. Tangana y el esperado regreso de Joaqu¨ªn Sabina. Y Luz Casal recuper¨® Negra sombra para el emotivo momento del in memoriam. Pero, ?por qu¨¦ los Goya no buscan la forma de que las actuaciones musicales las ocupen los candidatos a mejor canci¨®n original? En teor¨ªa, su noche trata de eso, de promocionar el talento de ¡°esta noble y esforzada tropa¡±, como dijo Jos¨¦ Sacrist¨¢n al recibir el Goya de Honor, que ha trabajado a lo largo del a?o para que el cine espa?ol brille.

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