¡®Pachinko¡¯: la nueva serie favorita de la cr¨ªtica llega (otra vez) de Corea
El drama hist¨®rico, basado en el superventas de Min Jin Lee que sigue a varias generaciones de una familia coreana, ha recibido el aplauso de los expertos. ?D¨®nde est¨¢ la clave de su ¨¦xito?
¡°Tan hermosa como devastadora¡±. ¡°La televisi¨®n m¨¢s satisfactoria del a?o¡±. ¡°Una suntuosa ¨¦pica surcoreana sin nada que se le parezca en la televisi¨®n¡±. La cr¨ªtica especializada tiene claro cu¨¢l es su nueva serie favorita, poco menos que una obra maestra para algunos. En un tiempo en el que prima la ficci¨®n de consumo r¨¢pido y olvido todav¨ªa m¨¢s veloz, Pachinko, que Apple TV+ estren¨® hace dos semanas, invita a un visionado reposado para una historia con ambici¨®n global y tono intimista que destaca por unas cualidades fuera de lo habitual y que a¨²na la sensibilidad oriental con el gusto occidental.
Esta epopeya coreano-japonesa est¨¢ basada en el superventas de Min Jin Lee de mismo t¨ªtulo de 2017 y sigue la historia de una familia coreana a lo largo de cuatro generaciones. Constantes saltos temporales llevan al espectador desde un pueblo pesquero en la Corea ocupada por el Imperio Japon¨¦s a principios del siglo XX (la historia empieza en 1915 con el nacimiento de la protagonista, Sunja) hasta el Tokio de los rascacielos y las luces de ne¨®n de 1989. Ambas l¨ªneas temporales se intercalan y entrelazan de forma clara mientras muestran paralelismos y relaciones entre decisiones del pasado y consecuencias del futuro.
Antes de comenzar, la serie pone en situaci¨®n al espectador: en 1910, Jap¨®n coloniz¨® Corea, ocupaci¨®n que dur¨® hasta 1945 y que dej¨® a muchos de sus habitantes sin su sustento, oblig¨¢ndolos a emigrar o a aguantar un r¨¦gimen que prohibi¨® o castig¨® mucho de lo que defin¨ªa su cultura. ¡°A pesar de esto, la gente resisti¨®. Las familias resistieron. Incluida una en concreto, de generaci¨®n en generaci¨®n¡±, dicen unos letreros al comienzo de la serie. Ah¨ª arranca una historia que abraza la riqueza cultural, la herencia, la identidad y reivindica la nostalgia y la atenci¨®n al pasado. Y que acierta al centrar esa mirada en el recorrido de una familia a lo largo de casi todo el siglo XX, pasando por la II Guerra Mundial, la ocupaci¨®n de Jap¨®n por las fuerzas aliadas, la guerra de Corea o el r¨¢pido crecimiento de Jap¨®n en la segunda mitad del siglo.
Rodada en japon¨¦s, coreano e ingl¨¦s, los personajes pasan en sus di¨¢logos de un idioma al otro e incluso entremezclan palabras de una lengua en medio de una frase en otra. Lejos de ser esto un impedimento, la serie incentiva esa mezcolanza cultural y la remarca, utilizando diferentes colores para los subt¨ªtulos en funci¨®n del idioma: azul para el japon¨¦s, amarillo para el coreano (y blanco para el ingl¨¦s). Incluso la versi¨®n doblada respeta los cambios: el doblaje solo se aplica a las frases en coreano, el resto se mantiene en su idioma original. Porque la lengua es tambi¨¦n parte de la cultura y que los personajes hablen en un idioma u otro es fundamental por su simbolismo.
En cap¨ªtulos de una hora de duraci¨®n (la primera temporada tiene ocho episodios, de los que ya est¨¢n disponibles cuatro), discurre a ritmo pausado y poniendo el acento en las emociones, con gran cuidado de la fotograf¨ªa, el simbolismo de la naturaleza y del retrato de los sentimientos de los personajes. La guionista y productora coreano-estadounidense Soo Hugh (The Terror) firma esta serie, para la que ha planeado cuatro temporadas. La trama sigue ocho d¨¦cadas de la vida de una mujer, Sunja, interpretada en sus diferentes edades por la expresiva Yu-na Jeon para la ¨¦poca infantil, Minha Kim en su etapa adolescente y la veterana Youn Yuh-jung, ganadora de un Oscar en 2021 por Minari, para su versi¨®n anciana.
Sunja, obligada a luchar y resistir desde peque?a, pasa las primeras d¨¦cadas de vida en la Corea ocupada hasta que emigra a Jap¨®n en busca de una vida mejor. Pero en esta saga familiar, la mirada tambi¨¦n se detiene en su madre, su hijo y su nieto, que viven las consecuencias de la situaci¨®n pero sin conocer a fondo la historia de la matriarca. Por eso, Pachinko tambi¨¦n es un homenaje a la resistencia y los sacrificios de la mujer y su importancia en la historia familiar. La narraci¨®n sigue, por un lado, la relaci¨®n de la peque?a Sunja con sus padres y c¨®mo, en la adolescencia, el romance que mantiene con Koh Hansu (Lee Min-ho, uno de los actores coreanos m¨¢s conocidos), un apuesto hombre que maneja los precios en la lonja de Bus¨¢n, cambiar¨¢ su vida para siempre.
Por su parte, la trama que se desarrolla en 1989 se centra en el nieto de Sunja, Solomon Baek (Jin Ha), licenciado en Yale y alto ejecutivo afincado en Nueva York que busca un ascenso laboral regresando a Jap¨®n para intentar convencer a una inmigrante coreana de que venda su casa para construir ah¨ª un hotel y ganar as¨ª puntos ante sus jefes. Su intenci¨®n es aprovechar sus ra¨ªces coreanas para ganarse a la anciana. En el camino, Solomon, cuyo padre es un empresario de ¨¦xito gracias a los locales de pachinko, un juego que cruza el pinball y las tragaperras t¨ªpico de Jap¨®n, reconectar¨¢ con su identidad coreana ayudado por su abuela.
Rodada con los altos niveles de producci¨®n con los que acostumbra dotar a sus series la plataforma de Apple y dirigida por los directores coreano-americanos Kogonada y Justin Chon, Pachinko camina por el drama hist¨®rico y familiar adentr¨¢ndose en el melodrama, siempre poniendo las emociones por delante pero huyendo de la l¨¢grima f¨¢cil. Una propuesta que sorprende por lo radical que parece en la televisi¨®n actual una mirada de este tipo, pausada, emocional, intimista y po¨¦tica sin caer en extremos. De la originalidad de la serie ya da una idea su cabecera, en la que, entre im¨¢genes hist¨®ricas, se intercalan fotos reales de la ni?ez de los protagonistas, que tambi¨¦n aparecen bailando entre m¨¢quinas de juegos al ritmo del tema Let¡¯s Live For Today, una versi¨®n de 1967 del grupo de rock estadounidense The Grass Roots sobre una canci¨®n de la banda brit¨¢nica The Rokes.
La apuesta coreana de las plataformas
Recientes éxitos mundiales como Parásitos, película ganadora del Oscar a la mejor película en 2020, o El juego del calamar, la serie de Netflix más vista de la historia de la plataforma y todo un fenómeno en 2021, han puesto a Corea del Sur en el centro de atención de la producción audiovisual mundial. Mientras que entre 2015 y 2020 Netflix invirtió unos 700 millones de dólares en contenido surcoreano y lanzó más de 80 series de esa nacionalidad, la inversión solo en 2021 fue de unos 500 millones de dólares (unos 450 millones de euros). A Corea del Sur se destinó la mitad del presupuesto que tenía la plataforma para todo el este asiático. De allí surgieron la serie de terror Estamos muertos y la comedia romántica El amor es como el chachachá, que también se colaron en las listas de lo más visto en la plataforma en 2021. En 10 de las 13 primeras semanas de 2022, el listado de las series de habla no inglesa más vistas en Netflix lo han encabezado series coreanas. Por ejemplo, ahora la comedia romántica Propuesta laboral está al frente de esa lista y es la tercera serie más vista en este momento en Netflix, solo por detrás de las dos temporadas de Los Bridgerton.
Entre las producciones de origen surcoreano que prepara Netflix se encuentra una adaptación de La casa de papel, que contará con actores de El juego del calamar, Párasitos y Oldboy en su reparto. La fuerte apuesta de Netflix por las producciones coreanas fue seguida por otras plataformas como Apple TV+, que a finales de 2021 estrenó Dr. Brain, su primera serie original hecha en Corea del Sur, una historia que combinaba ciencia ficción y drama familiar.
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