Emoci¨®n desbordada en un piso de estudiantes en Kiev tras la victoria de Ucrania en Eurovisi¨®n 2022
La banda Kalush Orquestra gana Eurovisi¨®n despu¨¦s de que su cantante recordara desde el escenario el asedio de la ciudad de Mariupol por tropas rusas
Abrazados, emocionados y entonando el himno nacional a la sombra de la guerra en que est¨¢ sumida su pa¨ªs. As¨ª han celebrado la victoria en Eurovisi¨®n un grupo de ucranios en un piso de estudiantes de Kiev. ¡°?Ayuda a Ucrania, ayuda a Mariupol, ayuda a Azovstal!¡±. En cuanto el rapero Oleh Psiuk lanza el triple grito desde el escenario al acabar su actuaci¨®n, se desata la pasi¨®n. Los presentes, una docena de j¨®venes, ondean la bandera del pa¨ªs, alzan los brazos y lanzan vivas desde sus gargantas. Es el pr¨®logo a la celebraci¨®n definitiva lograda gracias a las votaciones populares. Las im¨¢genes, proyectadas sobre tres metros a lo ancho de la pared del sal¨®n, les hacen casi estar presentes en Tur¨ªn.
Un piso de estudiantes elevado a la categor¨ªa de comuna, pues a veces coinciden en ¨¦l hasta 15 personas, no es mal sitio para seguir el certamen de Eurovisi¨®n cuando apenas hay alternativas. Qu¨¦ remedio. Nada de bares ni garitos donde liarla parda. Los eurofans han de conformarse con seguir las actuaciones encerrados.
La ley marcial que impera en estos tiempos de guerra mantiene a la capital bajo toque de queda entre las diez de la noche, hora a la que empieza la retransmisi¨®n en Ucrania, y las cinco de la ma?ana. En paralelo, la ley seca ha sido levantada de manera parcial y solo se deja de vender alcohol desde las cuatro de la tarde. En realidad, nunca ha sido complicado echar un trago a lo largo de estas semanas en Ucrania. Ni siquiera en las semanas en las que el cerrojazo era permanente.
En la noche eurovisiva no falta la bebida en el piso, pero s¨ª se nota el vac¨ªo de los cinco inquilinos que se hallan alistados y luciendo uniforme estos d¨ªas. Tres de ellos est¨¢n enrolados en las filas de la Guardia Nacional y otros dos en el cuerpo de Defensa Territorial. Cuentan sus compa?eros que alguno se encuentra pegando tiros en el frente de J¨¢rkov o de la regi¨®n de Donb¨¢s, en el este del pa¨ªs.
¡°No soy gran fan de este concurso y este tipo de m¨²sica, pero en esta ocasi¨®n me siento tremendamente patri¨®tica. Esta canci¨®n tiene muchos motivos que me hacen llorar¡±, explica Lesia, de 29 a?os. ¡°Al principio pens¨¦ que era un tema demasiado localista ¡ªdel oeste del pa¨ªs, de donde es ella, al igual que el cantante¡ª pero ahora creo que nos une a todos¡±. Junto a ella, la esperanza desbocada de Denis, dise?ador gr¨¢fico de 20 a?os; Tim, estudiante de Pol¨ªticas de 20; Laurenti, estudiante de Bellas Artes de 18¡ y un grupo de colegas que aplauden y gritan cada vez que aparece en pantalla su bandera o alguno de los componentes de su grupo.
Calles desiertas
Algunos restaurantes y locales de ocio han reabierto en las ¨²ltimas semanas tras alejarse los combates de la capital. Pero cuando los hiphoperos componentes de Kalush Orquestra salen al escenario, las calles permanecen m¨¢s que desiertas. La intensa vida nocturna de esta ciudad sigue aletargada. ¡°Desde que se liber¨® Kiev, la situaci¨®n es menos tensa. No tenemos el miedo que ten¨ªamos en febrero o marzo, pero, desde luego, la guerra no ha acabado¡±, a?ade Lesia.
¡°?Qu¨¦ pasa si ganamos esta noche?¡±, se pregunta un joven. ¡°No creo que vaya a haber celebraciones fuera¡±, se contesta ¨¦l mismo. Salir m¨¢s all¨¢ de la hora permitida puede costar una detenci¨®n. El horno no est¨¢ para bollos por m¨¢s que se hayan dejado de escuchar las explosiones en Kiev. ?Eurovisi¨®n? ¡°No quiero escuchar pronunciar esa palabra¡±, responde airado un reportero ucranio que ha cubierto el certamen dos veces en los ¨²ltimos a?os. Cree que una victoria en el festival, como se pronostica, no es el revulsivo necesario en las actuales circunstancias.
Stefan¨ªa, el tema con toques de folk que el rapero y cantante del grupo Oleh Psiuk dedic¨® a su madre, resuena a toda pastilla mientras se bailotea de forma ordenada en el sal¨®n. Ya a esas horas, mediadas las actuaciones, el ambiente se hab¨ªa ido caldeando. La canci¨®n fue escrita hace meses, pero el bum-bum b¨¦lico ha llevado a los ucranios a reinterpretar la letra. La han hecho algo m¨¢s suya a la sombra de la madre patria herida por la guerra, que, adem¨¢s, dej¨® a Rusia fuera del concurso. A eso se refiere Lesia, ablandada ante las circunstancias, cuando explica sus sentimientos este a?o con una Eurovisi¨®n que se la suele traer al fresco.
Kalush Orchestra lleg¨® de rebote al concurso despu¨¦s de que la vencedora en la convocatoria nacional, Alina Pash, m¨¢s popular, se retirara por un pol¨¦mico viaje en 2015 a Crimea, la pen¨ªnsula ucrania ocupada ilegalmente por Rusia desde 2014. El grupo aterriz¨® con buen pie, pues las encuestas les daban un quinto puesto. En la madrugada del 24 de febrero, con la invasi¨®n ordenada desde el Kremlin, los favorables vientos de la solidaridad internacional los alzaron a la primera posici¨®n.
Con el grito ¡°?Ayuda a Ucrania, ayuda a Mariupol, ayuda a Azovstal!¡±, Psiuk elev¨® la voz de los ucranios ante casi 200 millones de espectadores. Nombr¨® no solo a su pa¨ªs, sino tambi¨¦n a Mariupol, ciudad s¨ªmbolo de la resistencia ante el asedio ruso, y a la factor¨ªa Azovstal, donde se encuentran desde hace semanas encerrados cientos de combatientes. A ellos dedican la victoria y, claro, a los compa?eros de piso que estos d¨ªas est¨¢n en el frente de batalla. La noche se alarga entre c¨¢nticos desde el balc¨®n... que no los impide el toque de queda.
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