?Qui¨¦n demonios vot¨® a Podemos en La Moraleja?
Un ¡®podcast¡¯ de investigaci¨®n producido por ?lvaro de C¨®zar y Eva Lamarca trata de averiguar qui¨¦n vot¨® morado en las elecciones auton¨®micas del 2021 en uno de los barrios m¨¢s ricos de Espa?a
Alguien vot¨® a Unidas Podemos en La Moraleja, la urbanizaci¨®n que habitan algunas de las personas m¨¢s ricas de Espa?a. Alguien vot¨® a Pablo Iglesias, el azote de los pudientes. ¡°Un hombre, un voto¡±, dice el adagio democr¨¢tico. Solo fue un votante. Una papeleta. Una gota izquierdista en un mar de riqueza. ?Pero qui¨¦n? ?Un resentido? ?Una d¨ªscola hija de ricos? ?Alguien del servicio? ?Un loco? ?Alguien que buscaba una venganza ¨ªntima y secreta? ?Qui¨¦n eligi¨® aquella papeleta del partido morado y la meti¨® en la urna? ?Por qu¨¦ lo hizo? ?O fue solo un error? Todo es misterio.
El periodista y productor de podcast ?lvaro de C¨®zar ley¨® una noticia de Fernando Peinado y Borja Andrino que daba cuenta en EL PA?S del extra?o caso registrado en secci¨®n censal 35 de Alcobendas, la zona de tremendas mansiones donde ejercen su derecho al voto 555 personas. ¡°Hay gente que va a votar a pie, en bicicleta o en coche. Y luego est¨¢ el caso de algunos vecinos de la madrile?a zona residencial de La Moraleja a los que les lleva su ch¨®fer¡±, escribieron entonces los reporteros. Es el lugar donde vive Alicia Koplowitz, la segunda mujer m¨¢s rica de Espa?a, y varias estrellas del Real Madrid. Millonarios, celebrities, artistas de renombre. All¨ª est¨¢ El Lerele, la finca que habit¨® el clan de Lola Flores. Etc¨¦tera. El capital se amontona en esta parte del mundo.
La pieza se public¨® el 11 de mayo de 2021, despu¨¦s de unas elecciones auton¨®micas que pasar¨ªan a la historia: el alucinado eslogan de ¡°comunismo o libertad¡± de Isabel D¨ªaz Ayuso, el siniestro env¨ªo de balas por correo a varios pol¨ªticos, la pretendidamente heroica llegada de Pablo Iglesias a la competici¨®n, los debates medi¨¢ticos con la extrema derecha desatada, los disturbios contra Vox en Vallecas, la polarizaci¨®n social¡ un espect¨¢culo memorable. Pero este hecho m¨ªnimo, seg¨²n observaron los periodistas, tambi¨¦n merec¨ªa formar parte de esa historia. Y De C¨®zar, cofundador de la productora TrueStory, pens¨® que el caso merec¨ªa ser contado en un podcast.
La elegida para investigar fue la periodista Eva Lamarca, con una amplia experiencia en las altas esferas tras su etapa en la revista Vanity Fair, dedicada a este espectro social, y con la que De C¨®zar hab¨ªa colaborado en el podcast XRey, dedicado a analizar hasta la m¨¦dula la monarqu¨ªa espa?ola. ¡°Cuando haces una historia, en el centro tienes un misterio, y resolver ese misterio consiste en ir abriendo puertecitas, descifrando c¨®digos que te acercan a la respuesta¡±, dice Lamarca. Algunos de sus entrevistados, que le abrieron ¡°puertecitas¡±, son deportistas de ¨¦lite, gentes de la far¨¢ndula, grandes empresarios y hasta cuenta con cameo de la ilustre vecina Isabel Preysler.
De sus pesquisas en el barrio rico ha salido el podcast Misterio en La Moraleja, producido en exclusiva para Spotify. Realmente, no es tan importante qui¨¦n vot¨® a Podemos, pero es una buena excusa (un macguffin, que dir¨ªa Hitchcock) para hacer algo de sociolog¨ªa de la riqueza y para jugar al Cluedo o recrear una novela whodunnit de Agatha Christie sobre un escenario real. No se trata de Hercules Poirot y los personajes de Asesinato en el Orient Express o Muerte en el Nilo, sino de la alta sociedad, algo ca?¨ª, que se apelotona en este reducto al norte de Madrid.
Juego y curiosidad
De hecho, la producci¨®n sonora de la obra, con sus inquietantes sonidos jazz¨ªsticos de pel¨ªcula de suspense, juega a recrear ese ambiente de investigaci¨®n detectivesca. ¡°La alta sociedad nos resulta atractiva porque sabemos poco de ella, de c¨®mo viven esas personas, nos acercamos pocas veces a los ¨¢mbitos del poder¡±, se?ala Lamarca. ¡°En un barrio homog¨¦neo alguien se sale del tiesto¡±, a?ade De C¨®zar, ¡°los habitantes de La Moraleja se van a retratar distanci¨¢ndose de una persona que ni siquiera conocemos¡±.
Los autores prefieren presentar su trabajo como un juego, un entretenimiento, una curiosidad, igual que es una curiosidad ese voto poscomunista y pataf¨ªsico (la ciencia de las excepciones), y en cierto modo lo es, pero tambi¨¦n saben que van algo m¨¢s all¨¢. Uno de los temas de fondo que se tratan, por debajo del caramelo del misterio, es la segregaci¨®n urbana entre ricos y pobres, que aumenta en el mundo y es notoriamente acusada en Madrid, una de las ciudades europeas m¨¢s desiguales y segregadas: los ricos viven al norte, muy separados econ¨®mica y geogr¨¢ficamente, de los pobres, que moran al sur. Otro son los clich¨¦s que se manejan a la hora de caracterizar a las personas seg¨²n sus condiciones socioecon¨®micas o ideol¨®gicas: los habitantes de La Moraleja hablan de ¡°pijijipis¡±, de ¡°hijos reven¨ªos¡±, de ¡°progres que van al parque con el poncho¡± a la hora de imaginarse al solitario votante de Podemos. Tambi¨¦n los estereotipos que, en sentido contrario, circulan sobre la gente adinerada.
El problema no son los clich¨¦s, que muchas veces son la forma que tenemos para orientarnos en el mapa social, sino el peso que le damos a esos clich¨¦s?lvaro de C¨®zar, director de 'Misterio en La Moraleja'
La caricaturizaci¨®n del adversario pol¨ªtico o el otro social, como se comprueba a cada minuto en Twitter o en las declaraciones pol¨ªticas, la falacia del hombre de paja, complica la empat¨ªa y la b¨²squeda de acuerdos, agudiza la polarizaci¨®n social. ¡°El problema no son los clich¨¦s, que muchas veces son la forma que tenemos para orientarnos en el mapa social, sino el peso que le damos a esos clich¨¦s¡±, advierte De C¨®zar. ¡°Tambi¨¦n me interesa c¨®mo la arquitectura puede llegar a definir c¨®mo vivimos o votamos¡±, apunta Lamarca, ¡°La Moraleja est¨¢ construida alrededor de un campo de golf y se compone de fincas enormes fuertemente vigiladas, con muros impenetrables, lo que dificulta la interacci¨®n social. Yo vivo en un bajo y me caen al patio cosas: tengo que interaccionar con los vecinos. All¨ª es otra forma de vivir, con pocos lugares comunes, lo que define a la comunidad¡±.
La estructura de la investigaci¨®n, tal como se le presenta al oyente, es propia de una tendencia en alza en los ensayos contempor¨¢neos y en otros podcasts (como V, las cloacas del estado, del propio De C¨®zar), en los que el narrador va investigando en primera persona, mostrando las costuras de la investigaci¨®n, el making off del producto. ¡°El oyente se entera de las cosas al mismo tiempo que la protagonista y eso hace el relato muy atractivo. Es t¨ªpico del g¨¦nero de la novela negra cl¨¢sica de Raymond Chandler o Dashiell Hammett; y es muy potente narrativamente¡±, dice De C¨®zar. ?Vivimos un auge de las narrativas de no ficci¨®n? ¡°Las historias de no ficci¨®n est¨¢n conectando mucho para explicar el mundo de hoy, que es muy complejo y lleno de informaci¨®n. A m¨ª me cuesta conectar muchas veces con la ficci¨®n y si lo hago es ya una ficci¨®n muy fant¨¢stica y extrema. Tenemos cierta necesidad de realidad¡±, a?ade el director.
Bueno, entonces, ?qui¨¦n demonios vot¨® a Podemos en La Moraleja? ¡°Preferimos no destriparlo, pero s¨ª podemos decir que la soluci¨®n est¨¢ a la altura de la premisa¡±, dice Lamarca. ¡°Hay chicha, hay chicha¡±, confirma De C¨®zar.
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