¡°Te quiero, ?qu¨¦ tal si te ahorcas?¡±: el misterio sin resolver de ¡®The Girl From Plainville¡¯
La serie protagonizada por Elle Fanning indaga en qu¨¦ llev¨® a Michelle Carter, condenada en 2019 por homicidio involuntario, a incitar por SMS a su novio a quitarse la vida
El 29 de junio de 2014, poco despu¨¦s de enviar uno de sus ¡°te quiero¡± habituales, Michelle Carter mand¨® otro mensaje a Conrad Roy III desde su tel¨¦fono m¨®vil: ¡°?Qu¨¦ tal si te ahorcas o te apu?alas?¡±. Al d¨ªa siguiente, sugiri¨®: ¡°?Por qu¨¦ no bebes lej¨ªa?¡±. Lejos de inquietarse ante su proposici¨®n, Conrad apost¨® por una tercera v¨ªa: ¡°Mon¨®xido de carbono o gas helio. Quiero privarme de ox¨ªgeno. Quiero morirme¡±, contest¨®. Michelle, tras recordarle que ella solo estar¨ªa triste durante ¡°dos o tres semanas¡± si su hermana peque?a muriese y saldr¨ªa adelante, decidi¨® a?adir: ¡°?Vas a dejarme una nota?¡±.
?Qu¨¦ pasa por la cabeza de alguien que alienta a su novio a quitarse la vida? Esto es lo que plantea la miniserie The Girl from Plainville (disponible desde el pasado domingo en Starzplay), una adaptaci¨®n del reportaje de investigaci¨®n de Esquire del periodista Jesse Barron con el mismo nombre que public¨® en 2017 sobre el caso real y sin precedentes de ¡°suicidio por mensajes de texto¡± que conmocion¨® a Estados Unidos hace media d¨¦cada. El suceso ten¨ªa como protagonista a Michelle Carter (interpretada con instinto y contenci¨®n por Elle Fanning), una joven blanca y de buena familia de Boston que en el momento de los hechos ten¨ªa 18 a?os y que acab¨® condenada por homicidio involuntario por el suicidio de Conrad Roy III (Colton Ryan), un chaval depresivo y marcado por un padre abusivo que hab¨ªa intentado suicidarse sin ¨¦xito en varias ocasiones, hasta que lo consigui¨® en 2014. Pese a que solo se hab¨ªan visto cinco veces durante dos a?os desde que se conocieron en unas vacaciones familiares en Florida, Michelle y Conrad vivieron una intensa relaci¨®n en la esfera digital hasta que el joven se quit¨® la vida. Aunque Michelle hab¨ªa intentado decenas de veces eliminar de su cabeza la idea del suicidio, suplicando en sus mensajes que buscase ayuda psicol¨®gica y que ser¨ªa muy desgraciada si se matase, todo dio la vuelta en el ¨²ltimo mes de vida de Conrad, cuando su novia cambi¨® de parecer y no dej¨® de animarle a perpetrar aquellos instintos suicidas. ?Qu¨¦ le llev¨® a hacerlo?
Las palabras pueden matar
The Girl from Plainville parte del fat¨ªdico 13 de julio de 2014, cuando la polic¨ªa de Fairhaven, Massachusetts (Estados Unidos) encontr¨® en el aparcamiento de un supermercado el cuerpo sin vida de Conrad, asfixiado en el interior de la camioneta de su abuelo. Todo apuntaba a un suicidio por envenenamiento con el mon¨®xido de carbono de una bomba de agua que emit¨ªa gas y que hab¨ªa colocado en el asiento trasero. Cuando los dos agentes encargados del caso cargaron el tel¨¦fono m¨®vil sin bater¨ªa que ten¨ªa junto a su cuerpo y accedieron a sus ¨²ltimos mensajes recibidos, se encendieron todas sus alarmas: ¡°?Vas a suicidarte hoy?¡±, ¡°?lo har¨¢s ahora?¡± o ¡°tranquilo, cari?o, sal de casa sin que tu madre se d¨¦ cuenta¡±, fueron algunas de las indicaciones que recibi¨® ese mismo d¨ªa de Michelle Carter, una adolescente de un pueblo a unos 100 kil¨®metros de distancia. Al imprimir toda la conversaci¨®n que hab¨ªan mantenido durante sus dos a?os de contacto virtual llenaron 317 p¨¢ginas. Era como estar dentro de sus cabezas.
En junio de 2017 un juez declar¨® culpable a Carter de homicidio involuntario y sent¨® un precedente ¨²nico en Estados Unidos: en la era digital, las palabras de una persona pueden causar la muerte de otra, aunque no est¨¦ presente en el lugar de los hechos. Como Michelle no alert¨® a los servicios de emergencia ni a sus familiares de las intenciones de Conrad, y se neg¨® a prestarle ayuda con mensajes ¡°temerarios¡±, el juez decidi¨® condenarla a dos a?os y medio de prisi¨®n. Nunca se podr¨¢ saber qu¨¦ se dijeron en las dos conversaciones de voz de 45 minutos que mantuvo esta tortuosa pareja en los momentos previos a la muerte de Conrad, pero la acusada revel¨® parte del contenido en un incriminatorio mensaje de m¨®vil meses despu¨¦s del suicidio: ¡°Ha muerto por mi culpa. Honestamente, podr¨ªa haberlo parado. Me llam¨® porque estaba asustado, sali¨® del coche porque vio que estaba funcionando y le dije que hiciese el puto favor de volver a meterse dentro¡±.
Ansiosa y sin amigas
Creada por Liz Hannah (guionista de Los archivos del pent¨¢gono) y por Patrick Macmanus (Dr. Death), esta adaptaci¨®n televisiva pretende ofrecer respuestas m¨¢s all¨¢ de la demonizaci¨®n medi¨¢tica que Carter vivi¨® en su d¨ªa. Atrapada en la f¨¢bula de la mujer que engatusa y vuelve loco a los hombres, Carter se convirti¨® en la portada recurrente de los tabloides, el tema favorito de las tertulias televisivas, retratada como un ser mal¨¦fico y sibilino ¡ªel Boston Herald lleg¨® a colocar en su portada, y en negrita sobre su foto, la palabra Heartless (Sin coraz¨®n)¡ª. Una reina de hielo ambiciosa que llev¨® hasta al suicidio a su novio para poder conseguir la fama y notoriedad que nunca hab¨ªa recibido gracias a convertirse en la novia marcada por la tragedia. ?Fue as¨ª realmente? ?Era una soci¨®pata o una adolescente atrapada en su propia fantas¨ªa?
Lejos de aquella imagen de psic¨®pata embaucadora, la serie describe la realidad de una joven insegura, incapaz de superar el rechazo de una compa?era de instituto de la que se hab¨ªa enamorado en secreto. Una chavala tan necesitada de amigas y de empat¨ªa que no hac¨ªa m¨¢s que espantarlas al intentar conquistarlas, asqueada de su cuerpo y marcada por un trastorno alimenticio desde ni?a que la llev¨® a internarse en centros de terapia.
Protagonista de su drama
Fruto de sus atracones por ansiedad y su bulimia, Carter llevaba medicada desde los 14 a?os con Prozac y Citapaloram. Tambi¨¦n hab¨ªa fantaseado con el suicidio y, para cuando conoci¨® a Conrad, lleg¨® a pensar que lo suyo era una historia de ¡°dos amantes cruzados por las estrellas¡±. Como pr¨¢cticamente toda la relaci¨®n que mantuvo con el joven fue por mensaje de texto, la serie dramatiza las conversaciones haciendo que los dos lean sus di¨¢logos cara a cara, como si estuviesen en la intimidad, uno delante del otro. Solo que casi nunca fue as¨ª. La mayor parte del tiempo esas frases iluminadas en su pantalla solo resonaban en sus cabezas.
Bajo la direcci¨®n de Lisa Cholodenko (Los chicos est¨¢n bien), la serie recurre a n¨²meros musicales para simbolizar la constante disociaci¨®n de la realidad que la joven sufr¨ªa. Una teor¨ªa que desarroll¨® Jesse Barron en su art¨ªculo de Esquire y explic¨® en 2019 en profundidad en el documental Te quiero, mu¨¦rete (disponible HBO Max), un filme dirigido por Erin Lee Carr (hija de David Carr, el m¨ªtico periodista de The New York Times) que sirve como eficaz s¨ªntesis del suceso para aquellos que prefieran saltarse las m¨¢s de seis horas de la miniserie. Seg¨²n Barron, Carter estaba obsesionada con la serie Glee ¡ªen especial con su protagonista, la actriz Leah Michelle¡ª y se apropiaba de di¨¢logos para explicar c¨®mo viv¨ªa su duelo por Conrad, citando palabra por palabra frases que hab¨ªa visto en los cap¨ªtulos que trataron el suicidio de uno de sus actores en la vida real, Cory Monteith. Hab¨ªa convertido el drama de aquella serie en su propia vida. O viceversa.
Sin resolver el misterio de qu¨¦ le llev¨® realmente a jalear un suicidio y tras cumplir dos a?os y tres meses, Michelle Carter sali¨® de prisi¨®n en 2021 y volvi¨® a casa de sus padres. Ahora tiene 25 a?os. No ha participado en esta serie ni en el documental de 2019. En su sentencia, el juez le prohibi¨® escribir un libro o involucrarse en ficciones sobre el caso. Le neg¨® la posibilidad de ser la protagonista de su propia pel¨ªcula.
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