?Tiene sentido un ¡®Grand Prix¡¯ sin vaquilla y en pantalla peque?a?
Cl¨¢sicos de la televisi¨®n como ¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯, ¡®Un, dos, tres...¡¯ y el programa veraniego de Ram¨®n Garc¨ªa quieren pasarse a plataformas como Twitch y YouTube, pero el cambio no es tan sencillo
La edad media del usuario de Twitch es de 21 a?os. Operaci¨®n Triunfo, que lleg¨® a La 1 en octubre de 2001, tiene m¨¢s a?os que algunos de ellos. Ya entonces, las vaquillas del Grand Prix estaban agotadas de arrollar cada verano a habitantes de municipios como Chinch¨®n, Cudillero, Manilva y Guadiana (en esos momentos y hasta 2020, Guadiana del Caudillo). Y al Un, dos, tres¡ le quedaba todav¨ªa otra vida por quemar. En los ¨²ltimos meses, los responsables de estos formatos cl¨¢sicos han tanteado en mayor o menor medida la idea de regresar. Pero no piensan hacerlo en la tele de siempre, sino a trav¨¦s de las nuevas ventanas de entretenimiento para los viej¨®venes mileniales y los veintea?eros y adolescentes de la generaci¨®n Z. Como varios de ellos han comprobado, el salto al presente no es tan sencillo.
Alejandro Ib¨¢?ez Nauta, el hijo de Chicho Ib¨¢?ez Serrador y director de la productora Prointel, anunci¨® hace unas semanas que resucitar¨¢ en 2023 el concurso que ide¨® su padre. Lo har¨¢ en formato digital y pensado para verse en plataformas como Twitch, YouTube, Instagram y TikTok. La idea es que resulte m¨¢s interactivo, que la audiencia pueda jugar con las preguntas de cultura general o con su m¨ªtica subasta. Quiere que el espectador intente ser sufridor en casa, pero con un rol m¨¢s activo y sin compartir el premio final con los concursantes.
El ¨¦xito de La Voz en Antena 3 demuestra que hay hueco en la televisi¨®n lineal para Operaci¨®n Triunfo, pero tras el rechazo de la RTVE de Tornero y la pasividad de una Mediaset en crisis, no lo encuentra. Su responsable, Tinet Rubira, lleva tiempo anunciando que no le importar¨ªa mudarse a las plataformas digitales, consciente de que es en redes sociales donde el programa genera un seguimiento diario y masivo. Muchos m¨¢s ojos han visto los grandes momentos de sus ¨²ltimas ediciones compartidos en YouTube que los que lo hicieron en su emisi¨®n original en La 1. Cuando se pregunta a los responsables de Netflix no cierran la puerta del todo, pero parece una respuesta con la boca peque?a.
El comunicador Ibai Llanos ha hecho una campa?a parecida a la de Rubira con el Grand Prix. Lleva casi cuatro a?os lanzando desde sus pobladas redes sociales la idea de recuperar el concurso, por si alguna empresa o grupo de comunicaci¨®n quiere financiar la idea.
He decidido que mi objetivo en 2019 es pelear por la vuelta del Grand Prix. Me ofrezco a presentarlo y comentarlo. Un Grand Prix renovado y m¨¢s moderno. Joder, yo necesito hacer esto y saber cual es el mejor pueblo de Espa?a. Voy a pelear por mi sue?o.
— Ibai (@IbaiLlanos) December 20, 2018
Si alguna de estas ideas llega a suceder, ser¨¢ interesante descubrir c¨®mo se trasladar¨¢n formatos concebidos para ocupar varias horas de la parrilla televisiva al reino de los reels (v¨ªdeos cortos), cuyos dominios son ventanas acostumbradas al contenido que pocas veces se extiende m¨¢s all¨¢ del minuto. En aquellas que s¨ª alojan largas duraciones, como YouTube y Twitch, la imagen se constri?e a las dimensiones de una tableta o un tel¨¦fono inteligente. Recordando la grandilocuencia visual de todos estos formatos, resuena el conflicto vivido entre las pantallas gigantes de las salas de cine y el consumo m¨®vil que imponen las plataformas de contenido a la carta. Aunque en este caso se trata de entretenimiento y no de arte, habr¨¢ quien se pregunte d¨®nde est¨¢ el sentido de reconstruir (o de obviar por falta de medios) el gigantesco plat¨® con pasarela incluida de Operaci¨®n Triunfo, la plaza de toros metida en un plat¨® de televisi¨®n de Grand Prix o el circo de tres pistas donde transcurr¨ªan las distintas fases del Un, dos, tres¡ El propio Ram¨®n Garc¨ªa, ya involucrado en la misi¨®n de revivir su programa, se plantea si puede regresar su esencia sin las vaquillas, que ahora est¨¢n afortunadamente protegidas por ley.
En el mundo virtual, los creadores de contenidos atraen a las masas desde sus propias habitaciones, con recursos t¨¦cnicos que, en los mejores casos, no van m¨¢s all¨¢ de una buena iluminaci¨®n, una buena c¨¢mara, un buen micr¨®fono. O el videojuego de moda. Llanos es quien m¨¢s ha so?ado en unir ambos mundos. Se las ha ingeniado para aportar un punto surrealista y hedonista a f¨®rmulas de toda la vida como son las transmisiones deportivas. Y hasta ha dado con bastante ¨¦xito de audiencia las campanadas al estilo tradicional: desde la Puerta del Sol y con Ramontxu a su lado. Este ¨²ltimo tambi¨¦n estaba ante el famoso reloj con Paloma Lago en ese 2001 en el que naci¨® el usuario medio de Twitch. Solo que, en vez de un aceite de oliva virgen extra, el asunto lo patrocinan ahora marcas de la dieta mediterr¨¢nea para nuevas generaciones: pizza, gusanitos y m¨²sica en streaming.
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