¡®D¨²os incre¨ªbles¡¯, instantes de magia y emoci¨®n en un afortunado juego musical intergeneracional
En el concurso de La 1 no solo se baten en duelo veintea?eros, sino algunos referentes esenciales del pop espa?ol que durante a?os parec¨ªan tener vetada la zona m¨¢s noble del mundo televisivo
De repente, a contracorriente de modas, costumbres y estilos, se estren¨® hace un par de semanas en el horario de m¨¢xima audiencia de La 1 de Televisi¨®n Espa?ola un estupendo programa musical. Uno de esos que podr¨ªa perfectamente servir para confeccionar momentos m¨¢gicos e irrepetibles de Cachitos de hierro y cromo dentro de un par de d¨¦cadas, si es que este espacio de corte y confecci¨®n sobreviviera por entonces. Es un concurso en el que, contra todo pron¨®stico, no solo se baten en duelo veintea?eros desconocidos opositando a convertirse en estrellas de la canci¨®n de la noche a la ma?ana, sino algunos referentes esenciales del pop espa?ol de siempre, int¨¦rpretes veteranos que durante los ¨²ltimos a?os, y salvo alguna puntual excepci¨®n, parec¨ªan tener vetada la zona m¨¢s noble, familiar, privilegiada y amable del mundo televisivo.
Por ah¨ª desfilan artistas tan inesperados en este tipo de pasarelas, pero al mismo tan imprescindibles y con carreras tan bien amortizadas como las que pueden haber desarrollado a lo largo de los ¨²ltimos treinta, cuarenta o cincuenta a?os gente como Ana Bel¨¦n, V¨ªctor Manuel, Miguel Poveda, Sole Gim¨¦nez, Carlos Go?i, Antonio Carmona, Diego Torres o Ainhoa Arteta. Y lo hacen entreteniendo al personal con lo que mejor saben hacer, cantar en directo rodeados de excelentes y aplicados m¨²sicos, que tocan tambi¨¦n en riguroso directo tras preparar algunas versiones elaboradas con mimo y sensibilidad de temas extra¨ªdos del cancionero de la m¨¢s alta gama del pop espa?ol contempor¨¢neo.
Tan extraordinario es el invento dentro de nuestra programaci¨®n musical que hasta se especifica en un r¨®tulo bajo cada t¨ªtulo el nombre de los compositores de las canciones interpretadas (Antonio Vega, Manolo Garc¨ªa, Rozal¨¦n, Fito Cabrales o Miguel R¨ªos, por ejemplo), un hecho ins¨®lito que, aunque habitual en televisiones for¨¢neas, viene a contradecir el permanente ninguneo del trabajo de los autores espa?oles en las nuestras.
Ese mismo inter¨¦s por dignificar la profesi¨®n del artista tambi¨¦n se extiende en esta ocasi¨®n a los int¨¦rpretes participantes, a los cuales ni siquiera se les exige en el guion airear muchos m¨¢s detalles ¨ªntimos que los referidos al ejercicio de su profesi¨®n, sino que ni siquiera se les pide hacer el rid¨ªculo bailando o cantando en alg¨²n idioma que no dominan, como sol¨ªa ser habitual en cualquier talent show que se precie por estas latitudes.
La criatura se emite los jueves a las 22.30 y se ha bautizado como D¨²os incre¨ªbles, recurriendo a un adjetivo del que se abusa, como advert¨ªa ?lex Grijelmo en un art¨ªculo publicado en este mismo peri¨®dico, pero que en este caso convendr¨ªa aceptar por lo inhabitual de los detalles que venimos contando e incluso de la propia mec¨¢nica del concurso.
El programa consiste en poner a cantar a estos veteranos artistas con otros que podr¨ªan ser sus hijos o nietos, artistas estos ¨²ltimos reci¨¦n llegados al mundo de la canci¨®n pero ya habituales en las listas de ¨¦xitos. Nombres como los de Antonio Jos¨¦, Agoney, Chema Rivas, Marta Soto, Paul Alone, Nia, La Cebolla o Yoly Saa, que de pronto descubren, al igual que algunos de sus seguidores, alucinados y emocionados, la elegancia y versatilidad de Ana Bel¨¦n, la belleza y el compromiso del repertorio de V¨ªctor Manuel, la energ¨ªa y el duende de Miguel Poveda o la sutilidad y el virtuosismo vocal de Sole Gim¨¦nez, entre otros inesperados accidentes.
Cada int¨¦rprete veterano terminar¨¢ cantando con uno de los emergentes en una especie de juego intergeneracional que apela a la complicidad y simpat¨ªa entre ellos y que finalmente procura momentos tan emocionantes y sublimes como Ana Bel¨¦n y Agoney interpretando la deliciosa Se dejaba llevar por ti de Antonio Vega. Estos d¨²os reci¨¦n constituidos se enfrentar¨¢n entre ellos, mientras el p¨²blico asistente a las respectivas galas emite sus votos celebrando sus actuaciones preferidas en una improvisada oposici¨®n que ni a?ade ni resta a lo m¨¢s importante que acaba de ocurrir en el escenario: esos instantes de verdadera magia y emoci¨®n en un programa de m¨¢xima audiencia con la m¨²sica como aut¨¦ntica y principal protagonista.
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