¡®Pacto de silencio¡¯: la mafia policial que devor¨® al Nani o la cara oscura de la Transici¨®n espa?ola
El documental de RTVE Play ofrece nuevas revelaciones sobre la desaparici¨®n de Santiago Corella, vinculada a una trama de agentes corruptos que oper¨® en los ochenta
La noche del 12 de noviembre de 1983, Candela Corella y su marido acudieron muy alterados a la redacci¨®n de EL PA?S en Madrid a contar que unos polic¨ªas hab¨ªan irrumpido ¡°con extrema violencia¡± en su casa y se hab¨ªan llevado al hermano de ella, Santiago; su cu?ada, Soledad, y otras personas. El periodista que les atendi¨®, Javier Valenzuela, pregunt¨® a sus fuentes policiales, pero no hab¨ªa registro de la detenci¨®n de Santiago Corella, un delincuente de poca monta que, acusado del atraco con un muerto en una joyer¨ªa del barrio de Lavapi¨¦s, fue trasladado a la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, entonces sede todav¨ªa de la Direcci¨®n General de Seguridad. Nadie volver¨ªa a verlo con vida. Casi 40 a?os despu¨¦s, el propio Valenzuela cuenta c¨®mo arranc¨® el caso Nani en la miniserie documental Pacto de silencio, de ?ngela Gallardo y C¨¦sar Vallejo, que ofrece nuevas revelaciones sobre un oscuro y medi¨¢tico asunto por el que ser¨ªan condenados tres polic¨ªas y que, lejos de ser un hecho aislado, evidenci¨® la existencia de un engranaje sist¨¦mico de abusos y corrupci¨®n policiales.
Los dos episodios, ya disponibles en RTVE Play, parten de la desaparici¨®n del Nani para trazar una oscura panor¨¢mica sobre los vicios arrastrados en los primeros a?os de la democracia por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sobre algunos de los rincones m¨¢s siniestros de la Transici¨®n. De la persistencia de las torturas en las comisarias al abuso de la aplicaci¨®n de la ley antiterrorista, utilizada a discreci¨®n contra delincuentes comunes, pasando por la impunidad con la que operaban muchos agentes. Una impunidad que ampar¨® no solo el maltrato a los detenidos, sino la creaci¨®n de una verdadera mafia policial que organizaba robos para cuya ejecuci¨®n reclutaba a sospechosos habituales, y que no dudaba en recurrir incluso al asesinato. Vallejo cree que a los polic¨ªas corruptos ¡°les iba muy bien la romantizaci¨®n de los quinquis¡± alimentada en la ¨¦poca por los medios, el cine o por canciones como aquella de Los Chichos que convert¨ªa al Vaquilla en ¡°alegre bandolero¡±, porque desviaba el foco de atenci¨®n hacia la inseguridad ciudadana. Quiz¨¢ por eso Pacto de silencio, m¨¢s que al cine quinqui, evoca a aquellas pel¨ªculas de Sidney Lumet sobre la sist¨¦mica corrupci¨®n policial en el Nueva York de los setenta.
De hecho, el juicio del caso Nani, celebrado en 1988, cinco a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n, fue el primero en el que se juzg¨® a agentes de la Polic¨ªa en democracia. Tambi¨¦n fue el primero grabado ¨ªntegramente por la televisi¨®n p¨²blica. Y la riqueza de ese material de archivo ha permitido a los responsables del documental prescindir de las casi siempre inc¨®modas dramatizaciones, tan frecuentes como recurso para paliar la ausencia de im¨¢genes en los true crime que recuperan viejos casos de la cr¨®nica negra.
Gallardo y Vallejo ya hab¨ªan trabajado juntos en un documental sobre la musa del destape Susana Estrada, Susana y el sexo. ¡°Nos pidieron buscar m¨¢s temas sobre los ochenta, porque funcionan muy bien¡±, cuenta Gallardo. ¡°Entonces encontramos el juicio en los archivos de TVE. Y nos dimos cuenta de que estaba ¨ªntegro¡±. Ese tesoro hallado en las entra?as de la televisi¨®n p¨²blica es el eje de la miniserie, que dedica su primera parte al caso de Corella, saldado con la condena de tres polic¨ªas ¡ªel comisario Francisco Javier Fern¨¢ndez ?lvarez y los inspectores Victoriano Guti¨¦rrez Lobo y Francisco Aguilar Gonz¨¢lez¡ª, a penas superiores a los 29 a?os de c¨¢rcel. La segunda se ramifica en un pu?ado de casos m¨¢s para evidenciar que la desaparici¨®n del Nani, la primera registrada en la joven democracia espa?ola, era solo la punta de un iceberg atiborrado de criminales con placa que se asociaban con delincuentes para la comisi¨®n de delitos. Corella fue, al parecer, uno de ellos. Y la tesis m¨¢s extendida dice que fue torturado hasta la muerte para arrancarle d¨®nde hab¨ªa escondido 40 kilos de oro procedentes de uno de esos golpes.
El m¨¢s impactante de ese ramillete de asuntos del segundo episodio es el llamado caso Atocha, en el que cuatro polic¨ªas fueron condenados en 1991 por el asesinato siete a?os antes de tres atracadores. Uno de los sentenciados era Fern¨¢ndez ?lvarez, ya condenado por la desaparici¨®n del Nani, y otro, Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez Guti¨¦rrez, que hab¨ªa sido procesado y absuelto en esa misma causa.
Intimidaci¨®n de testigos
Otros procedimientos quedaron en nada, como el caso mafia policial, que lleg¨® a juicio en noviembre de 1988, apenas dos meses despu¨¦s de la sentencia del Nani. El testimonio clave era el de uno de los acusados, el joyero y confidente policial Federico Venero, que hab¨ªa sido testigo en aquella causa ¡ªafirm¨® saber que Corella hab¨ªa sido asesinado¡ª y que acusaba a cinco polic¨ªas ¡ªincluidos Fern¨¢ndez ?lvarez y Guti¨¦rrez Lobo¡ª de numerosos delitos, pero que no obtuvo ning¨²n tipo de protecci¨®n y finalmente se retract¨® como mecanismo para rebajar su condena, seg¨²n admite ahora en pantalla el que fuera su abogado.
¡°Hemos llegado hasta donde hemos podido¡±, afirma Vallejo. ¡°Hab¨ªa m¨¢s casos, pero solo hemos recogido los que llegaron a juicio¡±. En ese contexto, no era f¨¢cil que lo hicieran: el miedo y la intimidaci¨®n echaban para atr¨¢s a testigos, no solo a Venero. Y la ¡°polic¨ªa no iba a investigarse a s¨ª misma¡±, explicaba el magistrado que instruy¨® la causa, Andr¨¦s Mart¨ªnez Arrieta, el jueves en la presentaci¨®n del primero de los cap¨ªtulos en el C¨ªrculo de Bellas Artes, en Madrid. De ah¨ª la importancia que en el caso Nani tuvieron la prensa y la instrucci¨®n judicial. Vallejo asegura haber pasado miedo durante la producci¨®n. ¡°Es que yo nunca hab¨ªa hecho una investigaci¨®n de este tipo¡±, explica. Y los condenados ¡ªalgunos de ellos hoy reconvertidos en abogados¡ª ya cumplieron sus penas. Ni ellos ni el resto de los procesados quisieron participar. ¡°?ramos conscientes de que todos sab¨ªan que est¨¢bamos haciendo un documental¡±, cuenta Gallardo.
El contraste entre las im¨¢genes de los protagonistas en la ¨¦poca y los testimonios que estos mismos aportan hoy es uno de los puntos fuertes de la producci¨®n. No solo hay letrados admitiendo que sus representados llegaron a mentir por estrategia procesal. El inefable Jos¨¦ Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, defensor de Fern¨¢ndez ?lvarez en el caso Nani, llega m¨¢s lejos. Las im¨¢genes del juicio lo revelan como el m¨¢s vehemente y desafiante, incluso con el tribunal, de los letrados de la defensa. Ahora, sin embargo, en uno de los momentos m¨¢s impactantes, afirma no solo que al Nani lo mataron, sino que ¨¦l vio el cad¨¢ver.
¡°El testimonio de Rodr¨ªguez Men¨¦ndez iba a ser el primero que ¨ªbamos a grabar, pero el d¨ªa de la entrevista no vino, y no lo convencimos hasta el ¨²ltimo d¨ªa¡±, explica Gallardo, que asegura que no sab¨ªan lo que iba a decir cuando encendieron la c¨¢mara. ¡°Nos dijo que nos lo iba a contar todo, pero no nos dijo el qu¨¦¡±, explica la codirectora. Aunque a?ade que a ella lo que m¨¢s le impact¨® fue ¡°el coraje de la familia¡± del Nani. Su mujer, Soledad ¡ªque tambi¨¦n fue detenida junto con su marido y torturada¡ª y sus hermanas ¡°perdieron trabajos por ser familiares de delincuentes, pero ni as¨ª pararon¡±. La familia, que acudi¨® aquella noche infausta a la Redacci¨®n de EL PA?S y desde entonces no dej¨® de porfiar para esclarecer qu¨¦ pas¨® con Santiago Corella, para arrojar luz sobre una de las sombras m¨¢s oscuras de la Transici¨®n.
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