Fachosfera

Me alarm¨® el t¨ªtulo de un libro con un interrogante muy complejo. Se llamaba De qu¨¦ hablamos cuando hablamos de amor. Era el relato de un escritor inquietante, borracho contumaz, que se llamaba Raymond Carver. No era el sublime Fitzgerald, hablando de temas parecidos, pero parec¨ªa aut¨¦ntico, malherido, original. Y me sigo preguntando en mi vejez de qu¨¦ hablamos cuando hablamos de amor. Sigo sin concluyentes respuestas.

Pero de forma tal vez caprichosa relaciono ese preocupante interrogante cuando escucho al l¨ªder de las causas sociales, al supuesto palad¨ªn de los m¨¢s vulnerables, a ese cinismo sin caretas en nombre del poder, a ese posibilista desvergonzado llamado Pedro S¨¢nchez, que recurre, auxiliado por la n¨®mina de alg¨²n ayudante ingenioso, a referirse a los que est¨¢n contra su potestad como algo llamado ¡°fachosfera¡±. O sea, el timo de siempre, los buenos y los malos, los que poseen la raz¨®n y sus ciegos opresores. El mensaje es tan bobo y oportunista que me da grima. Es un teatro mentiroso y cutre, es un mal actor con un guion oportunista y cochambroso, es una ofensa para la inteligencia de cualquier receptor con dos dedos de frente y de coraz¨®n.

Me cuentan que en la pr¨®xima semana el peri¨®dico de papel ver¨¢ reducido su espacio, pero que las columnas sobre televisi¨®n ser¨¢n m¨¢s amplias. Y me digo, qu¨¦ desgracia. Seguir escribiendo sobre la nada o la sordidez de algo tan abyecto llamado televisi¨®n. Van a prescindir de las recomendaciones sobre ella. Qu¨¦ labor tan ingrata, imaginativa y heroica la de aquellos que se dedicaban a eso. Qu¨¦ bazofia la televisi¨®n, antes, por supuesto, pero sobre todo ahora. Viven de violaciones, torturas, incestos, cr¨ªmenes, sadismo. Las estupideces del universo del coraz¨®n ya est¨¢n a la baja. Pobre de la gente, ancianos casi todos, que no tienen m¨¢s remedio que convivir con el bicho.

Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.