El hombre que nunca mat¨® a su padre: un mill¨®n de d¨®lares para resarcir una tortura policial de 17 horas a un inocente
Thomas Perez fue ¡°psicol¨®gicamente torturado¡± por polic¨ªas en la ciudad de Fontana por la desaparici¨®n de su padre, quien estaba vivo y fuera de peligro
La ciudad de Fontana indemnizar¨¢ con casi un mill¨®n de d¨®lares a Thomas Perez Jr., despu¨¦s de haber sido ¡°psicol¨®gicamente torturado¡± por detectives de la urbe al este de Los ?ngeles. La pesadilla de Perez comenz¨® en agosto de 2018, cuando llam¨® a las autoridades para denunciar la desaparici¨®n de su padre, de 71 a?os, tras una discusi¨®n familiar. Los agentes no le creyeron y convirtieron al denunciante en el principal sospechoso y hasta en el culpable despu¨¦s de un interrogatorio de 17 horas en el cual Thomas se rompi¨® y confes¨® el supuesto crimen. ?El problema? No hab¨ªa tal delito. La supuesta v¨ªctima estaba en libertad y fuera de peligro.
Jerry Steering, el abogado de Perez Jr., asegura que en 40 a?os de carrera litigando nunca ha visto tal nivel de ¡°crueldad deliberada¡± por parte de las autoridades. ¡°Nunca pens¨¦ que a un inocente se le pudiera convertir en un criminal tan r¨¢pido, pero tras ver el v¨ªdeo de lo que le hicieron, estoy convencido de que la polic¨ªa puede hacer que cualquiera confiese haber matado a Abraham Lincoln¡±, asegur¨® el viernes el representante legal a la cadena CBS.
Las im¨¢genes a las que se refiere Steering han dado la vuelta al mundo y se han convertido en un nuevo ejemplo de los excesos policiales de Estados Unidos. Desde una esquina del techo, la c¨¢mara capta a Perez sentado frente a una mesa en el cuarto de interrogatorios. Al otro lado hab¨ªa dos agentes, quienes le preguntaban insistentemente e incluso ment¨ªan:
-¡±Te acabamos de decir que encontramos el cuerpo de tu pap¨¢ muerto, y te importa una mierda¡±, le dice a Perez uno de los polic¨ªas.
-¡±Asesinaste a tu pap¨¢... Papi est¨¢ muerto y es tu culpa¡±, comenta minutos despu¨¦s el otro agente.
-¡±No, no lo hice¡±, le responde Perez.
La presi¨®n de los agentes va dejando huella sobre Perez con el paso de las horas. Las c¨¢maras captan c¨®mo el acusado rompe en llanto, en otro momento se jala los pelos de la cabeza en un gesto de desesperaci¨®n, se rasgu?a el rostro y se tira de la camisa hasta romperla. Cuando los detectives salen de la sala, el hombre intenta ahorcarse con las agujetas de los zapatos, indica la demanda federal.
Los agentes buscaron arrancarle la confesi¨®n de varias formas. En un momento utilizaron a Margo, la perra de la familia, quien hab¨ªa salido a pasear con el desaparecido horas antes. La mascota volvi¨® sola al hogar y fue lo que hizo que Thomas llamara a la polic¨ªa. ¡°La pobre Margo tuvo que ser testigo de tu crimen¡±, le dice uno de los agentes. ¡°Fue ella quien sigui¨® el rastro de la sangre¡±, comenta el otro polic¨ªa, provocando una reacci¨®n de preocupaci¨®n de Perez. Tras la hora 16, Perez, quien no hab¨ªa tenido su medicamento para la depresi¨®n y otros problemas de salud mental, dice a la polic¨ªa que acuchill¨® a su padre tras una discusi¨®n.
Su padre, en realidad, hab¨ªa dormido en casa de su novia cerca de Union Station. Hab¨ªa dejado el celular y la cartera en la casa que compart¨ªa con su hijo. Estas fueron halladas tras un registro al hogar, junto a algunas huellas de lo que parec¨ªa sangre. De acuerdo con el Departamento de Polic¨ªa, un perro polic¨ªa oli¨® en el lugar rastros que podr¨ªan corresponder a ¡°restos humanos¡±.
La ma?ana de su supuesta desaparici¨®n, el padre del sospechoso tom¨® un vuelo del aeropuerto de Los ?ngeles rumbo al norte de California, donde vive su hija. Cuando la polic¨ªa se enter¨® de que el hombre estaba bien y con vida, ocultaron la informaci¨®n de Thomas Perez, quien estaba en vigilancia psiqui¨¢trica.
En su demanda contra la ciudad de Fontana, Thomas Perez Jr. menciona a los agentes David Janusz, Jeremy Hale, Ronald Koval, Robert Miller y Joanna Pi?a como responsables de su maltrato, pues le negaron sus medicamentos y le impidieron dormir. Un juez federal de distrito le dio la raz¨®n, al considerar que cualquier miembro de un jurado popular podr¨ªa concluir que ¡°le infligieron a Perez una tortura psicol¨®gica inconstitucional¡±. La ciudad de Fontana no ha informado si los detectives han sido suspendidos o si siguen siendo parte del cuerpo de polic¨ªa.
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