El Tribunal Supremo suspende la ejecuci¨®n de un latino en Texas 20 minutos antes de la inyecci¨®n letal
Rub¨¦n Guti¨¦rrez y su defensa insisten en que una prueba de ADN demostrar¨ªa que ¨¦l no particip¨® en el homicidio por el cual permanece en el corredor de la muerte desde 1999
Faltaban veinte minutos para que Rub¨¦n Guti¨¦rrez recibiera una inyecci¨®n letal por el supuesto asesinato que cometi¨® hace 26 a?os, pero el Tribunal Supremo suspendi¨® su ejecuci¨®n una vez m¨¢s. Este martes 16 de julio, a las seis de la tarde, Guti¨¦rrez iba a ser conducido a la c¨¢mara de ejecuci¨®n de la penitenciar¨ªa estatal de Huntsville, y se iba a convertir en el tercer recluso al que se le aplicaba la pol¨¦mica pena de muerte este a?o en el Estado de Texas y el d¨¦cimo en todo los Estados Unidos. Guti¨¦rrez, culpado por la muerte de una se?ora de 85 a?os para robarle sus ahorros, insiste hasta hoy que no es culpable y exige que nunca le hayan dado la posibilidad de realizar las pruebas de ADN que confirmar¨ªan su inocencia.
El tribunal emiti¨® una orden a las 5:40 p.m. hora local que indicaba la suspensi¨®n indefinida de la ejecuci¨®n de Guti¨¦rrez, nacido en Florida, y quien cuando ten¨ªa 21 a?os lleg¨® junto a dos amigos a la casa de la se?ora Escolastica Harrison en Brownsville, en el sur de Texas. Iban con el prop¨®sito de robarle 600.000 d¨®lares, pero terminaron quit¨¢ndole la vida. Documentos judiciales indican que Guti¨¦rrez era amigo de Avel Cu¨¦llar, sobrino de la se?ora y quien viv¨ªa con ella. En m¨¢s de una ocasi¨®n el joven visit¨® la casa de Harrison y entabl¨® cierta amistad con ella. Supo entonces que la mujer ten¨ªa guardados sus ahorros de toda la vida en su propia casa, a falta de confianza en los bancos. El 5 de septiembre de 1998, Guti¨¦rrez, junto a Ren¨¦ Garc¨ªa y Pedro Gracia, golpearon y apu?alaron a Harrison hasta la muerte. Solo pudieron llevarse 56.000 d¨®lares.
Los abogados de Guti¨¦rrez, quien fue declarado culpable de asesinato en 1999 y luego sentenciado a pena de muerte, interpusieron una petici¨®n ante el Tribunal Supremo para exigir que se le realice la prueba de ADN que llevan a?os solicitando. La orden de la corte asegura que la ejecuci¨®n permanecer¨¢ vigente hasta que los jueces decidan si deben revisar su solicitud de apelaci¨®n. En caso de que el tribunal deniegue la solicitud, la suspensi¨®n de la ejecuci¨®n se levantar¨¢ autom¨¢ticamente, seg¨²n dicta la orden.
Los fiscales insisten en que la solicitud de pruebas de ADN por parte del recluso y sus abogados es una ¡°t¨¢ctica dilatoria¡±. Guti¨¦rrez asegura que ¨¦l no particip¨® en el asesinato de la se?ora Harrison, sino que esper¨® afuera de su casa. No obstante, los fiscales sostienen que Guti¨¦rrez confes¨® en un inicio haber planeado el robo y estar dentro de la casa cuando cometieron el asesinato. La Oficina del Procurador General de Texas y la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Cameron indic¨® que la ley estatal no prev¨¦ ¡°que las pruebas de ADN posteriores a la condena demuestren la inocencia de la pena de muerte y si lo hicieran, Guti¨¦rrez no tiene derecho a ello¡±. Los fiscales dijeron adem¨¢s que Guti¨¦rrez ¡°en repetidas ocasiones no ha demostrado que tiene derecho a realizarse pruebas de ADN posteriores a la condena. Por lo tanto, su castigo es justo y su ejecuci¨®n ser¨¢ constitucional¡±.
Una muerte varias veces postergada
No es la primera vez que los jueces aplazan la ejecuci¨®n de Guti¨¦rrez, quien permanece desde 1999 en el corredor de la muerte de la prisi¨®n de Huntsville. En junio de 2020, el Tribunal Supremo detuvo su ejecuci¨®n una hora antes de que se le aplicara la inyecci¨®n letal tras el reclamo de no haberle permitido que un asesor espiritual lo acompa?ara. En octubre de 2021, tambi¨¦n se suspendi¨® la ejecuci¨®n luego de que se afirmara que estaban violando su ¡°libertad religiosa¡± al no dejar que un sacerdote la administrara la extremaunci¨®n en sus ¨²ltimas horas.
Ahora la petici¨®n enviada a la corte afirma que ¡°Guti¨¦rrez enfrenta no solo el rechazo (de la prueba de ADN), que repetida y consistentemente ha solicitado durante una d¨¦cada, sino adem¨¢s una ejecuci¨®n por un crimen que ¨¦l no cometi¨®¡±. Los fiscales, por su parte, dijeron este mes que ¡°Guti¨¦rrez renunci¨® deliberadamente a las pruebas de ADN en su juicio en 1999, y ha aprovechado esa decisi¨®n estrat¨¦gica durante los ¨²ltimos 20 a?os para retrasar la ejecuci¨®n de su sentencia¡±.
Su defensa, sin embargo, sostiene que hay elementos de la escena del crimen, como rasgu?os de u?as de la se?ora Harrison, cabellos y muestras de sangre, que nunca han sido analizados y que podr¨ªan probar que Guti¨¦rrez no es culpable de la muerte. ¡°Nadie est¨¢ interesado en llevar a cabo una ejecuci¨®n injusta¡±, dicen sus abogados en la petici¨®n. Seg¨²n ellos, no hay evidencia que pruebe que ¨¦l es responsable del crimen que involucra a otras dos personas. En estos momentos Ren¨¦ Garc¨ªa cumple una cadena perpetua en una prisi¨®n de Texas y Pedro Garc¨ªa se encuentra pr¨®fugo de la justicia.
En Texas, el Estado donde m¨¢s se ha aplicado la pena de muerte desde que se retomaran las ejecuciones en 1982 tras una pausa de cuatro a?os, la Junta de Indultos y Libertad Condicional vot¨® la pasada semana en contra de cambiar la sentencia a muerte de Guti¨¦rrez por una pena menor. Desde 1976, 588 personas han sido ejecutadas en Texas y 1.591 en Estados Unidos, donde al d¨ªa de hoy hay 2.244 prisioneros que permanecen en el corredor de la muerte, seg¨²n cifras de la organizaci¨®n Death Penalty Information Center.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.