El hurac¨¢n ¡®Milton¡¯ azota con furia una Florida en vilo
El cicl¨®n, que rebaja su fuerza a categor¨ªa 1, toca tierra por la localidad de Siesta Key, al sur de la ciudad de Tampa. Casi tres millones de personas se quedan sin luz en todo el Estado. Al menos dos muertos en las primeras horas
Paralizado y en vilo, el Estado de Florida contiene la respiraci¨®n al paso del hurac¨¢n Milton, rebajado a categor¨ªa 1 tras tocar tierra, acompa?ado en su avance por potentes vientos, lluvias torrenciales y el riesgo inminente de inundaciones repentinas. En un primer balance provisional, al menos dos personas han perdido la vida a consecuencia del tornado. Tras dos d¨ªas de ca¨®ticas evacuaciones, que paralizaron las autopistas de la pen¨ªnsula, y en los que hasta siete millones de personas dejaron sus viviendas sin la certeza de que tendr¨¢n un hogar al que volver, hay que esperar a que la luz del d¨ªa permita evaluar el grado de destrucci¨®n. Por el momento, Milton ha causado cortes de electricidad que han afectado a m¨¢s de tres millones de ciudadanos.
El cicl¨®n toc¨® tierra sobre Siesta Key, a unos 112 kil¨®metros al sur de la ciudad de Tampa, a las 20.30 hora local de la costa este de Estados Unidos (seis horas m¨¢s en la Espa?a peninsular). A pesar de haber rebajado su categor¨ªa en la tarde del mi¨¦rcoles, Milton impact¨® sobre la costa con vientos sostenidos m¨¢ximos de unos 193 kil¨®metros por hora, marejadas potencialmente mortales de hasta cuatro metros en el ¨¢rea de Sarasota, adem¨¢s de previsiones m¨¢ximas de precipitaciones de 460 litros por metro cuadrado en algunos lugares. De mantenerse esta fuerza, se prev¨¦ que el cicl¨®n pueda causar importantes da?os muchas millas tierra adentro.
En las primeras horas tras tocar tierra, el cicl¨®n arrastraba veh¨ªculos, escombros y ramas por las calles de Tampa (oeste de Florida), iluminadas por los rayos de luz azul causados por explosiones en los transformadores. El nivel del agua, en cambio, ha subido poco a poco.
Una de las primeras im¨¢genes que dimensionan la fuerza de Milton se produjo en St. Petersburg, ciudad siamesa de Tampa, justo al otro lado de la bah¨ªa. El estadio de b¨¦isbol Tropicana, que estaba preparado para servir de base para cientos de socorristas, perdi¨® su techo a causa de los vientos..
Se prev¨¦ que la tormenta cruce el Estado de oeste a este todav¨ªa como un hurac¨¢n, pasando casi directamente encima de Orlando y sus alrededores antes de salir al Atl¨¢ntico, previsiblemente con categor¨ªa 1, en la ma?ana del jueves. La alerta de inundaciones va de costa a costa. Aunque el riesgo de marejadas para la bah¨ªa de Tampa no se materializaron al golpear de lleno m¨¢s al sur, en Fort Myers, se reportaron inundaciones incluso horas antes de que el cicl¨®n tocara tierra.
La movilizaci¨®n frente a la emergencia ha sido, en palabras del gobernador Ron DeSantis, ¡°probablemente la m¨¢s grande en la historia de Florida, quiz¨¢ del pa¨ªs¡±. Incluye a unos 9.000 miembros de la Guardia Nacional, locales y de otros Estados; m¨¢s de 50.000 trabajadores de servicios p¨²blicos que han llegado de lugares tan lejanos como California para restablecer servicios b¨¢sicos cuanto antes; helic¨®pteros y veh¨ªculos de rescate listos para salir apenas las condiciones lo permitan; y millones de litros de combustible y di¨¦sel en reserva para abastecer las gasolineras. Pero la preparaci¨®n, ha admitido DeSantis, no se traduce en un control absoluto de la situaci¨®n. ¡°Desafortunadamente, habr¨¢ muertes. No creo que haya una manera de evitar eso¡±, avis¨® horas antes del impacto en una rueda de prensa celebrada en Tallahassee, la capital estatal.
Se tem¨ªa que Milton fuera el primer cicl¨®n en m¨¢s de un siglo en golpear directamente la bah¨ªa de Tampa, despu¨¦s de salvarse en el ¨²ltimo momento en numerosas ocasiones. Al final ha vuelto a suceder. Este historial hac¨ªa temer que la poblaci¨®n, mayor que la de los 20 Estados menos habitados, no acataran las ¨®rdenes de evacuaci¨®n, que afectaron a m¨¢s de siete millones de personas.
Hace apenas dos semanas, la costa del oeste de Florida sufri¨® especialmente por las enormes marejadas cuando Helene pas¨® cerca, antes de emprender su destructivo camino al norte que, tras causar al menos 230 muertes, lo convirti¨® en el segundo hurac¨¢n m¨¢s letal en la historia del pa¨ªs, solo por detr¨¢s de Katrina en 2005. El recuerdo de Helene, presente todav¨ªa en las casas y edificios con marcas de agua ¡ªcicatrices de recientes inundaciones¡ª o en los montones de desechos alineados en las aceras ¡ªlos cuales se teme se dispersen y causen todav¨ªa m¨¢s da?os¡ª ha sido una raz¨®n de peso para evacuar.
Cathie Perkins, la directora de emergencias del condado de Pinellas, situado en la pen¨ªnsula que forma la bah¨ªa de Tampa y al que pertenece St. Petersburg, aludi¨® precisamente a ello en su ¨²ltima advertencia a sus vecinos. ¡°Ha llegado el momento, amigos. Para aquellos de ustedes que fueron golpeados durante el hurac¨¢n Helene, est¨¦ ser¨¢ el golpe definitivo. Tienen que salir, y tienen que salir ahora¡±, exhort¨®. Y agreg¨® que quienes decidieran quedarse se las tendr¨ªan que ver por s¨ª mismos, pues los servicios de emergencia no arriesgar¨ªan sus propias vidas para hacer rescates durante el pico de la tormenta.
Ese pico fue pasando desde el momento en que Milton toc¨® tierra, con los vientos bajando en intensidad poco a poco a medida que se alejaba del agua. En parte, por el aire seco que entraba desde el oeste, que dispers¨® el ojo del hurac¨¢n, donde las rachas m¨¢s fuertes se concentran. Los riesgos mortales, y los da?os mayores, vendr¨¢n con las inundaciones, que se temen catastr¨®ficas y que generar¨¢n p¨¦rdidas millonarias, tal vez las mayores nunca registradas.
Milton ya ha hecho historia. Es el tercer hurac¨¢n que m¨¢s r¨¢pido se ha intensificado, gracias al agua caliente del Golfo de M¨¦xico, solamente por detr¨¢s de Felix en 2007 y de Wilma en 2005. Milton pas¨® de tormenta tropical a hurac¨¢n de categor¨ªa 5 en apenas 25 horas. Tambi¨¦n se ha reportado que es el quinto cicl¨®n m¨¢s potente del que se tiene registro en el Atl¨¢ntico. El alcalde de St. Petersburg, Ken Welch, ya ten¨ªa el ojo puesto en el d¨ªa siguiente desde antes de que Milton golpeara, con cortes de electricidad previstos de hasta semanas y con la suspensi¨®n del sistema de alcantarillado. ¡°Tenemos un largo camino por delante, pero nos recuperaremos y reconstruiremos¡±, afirm¨®.
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