Jason de Le¨®n: ¡°No ha habido un ¡®Black Lives Matter¡¯ sobre inmigraci¨®n. Trump podr¨ªa empujarlo¡±
El investigador y autor especializado en migraci¨®n habla sobre el debate en torno al tema central en estas elecciones y considera que se aproxima un punto de quiebre
El movimiento y las fronteras siempre estuvieron presentes en la vida de Jason de Le¨®n (47 a?os, California), pero nunca le llamaron demasiado la atenci¨®n. Hijo de una inmigrante filipina y otro mexicano, ambos miembros del ej¨¦rcito de Estados Unidos, de Le¨®n viaj¨® mucho en su infancia entre bases militares, pero principalmente creci¨® en el valle del R¨ªo Grande, en Texas, y en Long Beach, California. Cruz¨® la frontera con M¨¦xico incontables veces y muchos de sus familiares eran indocumentados. Pero no fue hasta terminada la carrera universitaria de arqueolog¨ªa que se encendi¨® un inter¨¦s que lo ha llevado a investigar la migraci¨®n en profundidad durante casi dos d¨¦cadas. Trabajando en excavaciones arqueol¨®gicas en M¨¦xico, comenz¨® a hablar con hombres y mujeres que hab¨ªan sido recientemente deportadas o que estaban planeando cruzar la frontera pronto, y los olmecas quedaron en el olvido.
Desde entonces, todo su trabajo ha estado orientado en investigar la migraci¨®n. Es profesor de Antropolog¨ªa y Estudios Chicanos en la Universidad de California Los ?ngeles (UCLA), director ejecutivo del Undocumented Migration Project (UMP) ¡ªque estudia la migraci¨®n clandestina entre Am¨¦rica Latina y Estados Unidos utilizando una combinaci¨®n de enfoques etnogr¨¢ficos, visuales, arqueol¨®gicos y forenses para comprender este violento proceso social¡ª y autor de dos libros sobre la migraci¨®n para los cuales pas¨® meses con migrantes primero y con coyotes despu¨¦s, The Land of Open Graves: Living and Dying on the Migrant Trail (La tierra de las tumbas abiertas: Vivir y morir en la ruta migrante) y Soldiers and Kings: Survival and Hope in the World of Human Smuggling (Soldados y reyes: Supervivencia y esperanza en el mundo del tr¨¢fico de seres humanos), publicado este a?o.
Pregunta. Habiendo visto la evoluci¨®n reciente de la narrativa de la inmigraci¨®n, ?c¨®mo afronta las elecciones actuales?
Respuesta. Est¨¢ la preocupaci¨®n de que si Trump es reelegido, las cosas van a empeorar mucho m¨¢s, que ahora se desquiciar¨¢ totalmente. Pero al mismo tiempo, siempre ha sido as¨ª de alguna manera. Creo que Trump no es m¨¢s que una manifestaci¨®n de muchas de las cosas que se dicen en torno a la inmigraci¨®n a puerta cerrada. Solo que dependiendo de qui¨¦n est¨¦ a cargo, lo ocultan mejor. Si tuviera que darle un giro positivo, podr¨ªa ser que finalmente el vaso se rebose y haga que la gente diga que esto es inaceptable. Tuvimos nuestro momento Black Lives Matter, no hemos tenido realmente un momento de inmigraci¨®n. Trump podr¨ªa ser la persona que nos empuje en esa direcci¨®n para forzar conversaciones m¨¢s dif¨ªciles, pero m¨¢s productivas. Me mortificar¨ªa que fuera reelegido, pero tengo dos ni?os peque?os en casa, as¨ª que parte de mi trabajo es intentar ser lo m¨¢s positivo posible.
P. ?C¨®mo se ha adaptado el Partido Dem¨®crata a esta narrativa sobre la inmigraci¨®n?
R. Creo que los dem¨®cratas son unos hip¨®critas. Pasaron de prometer una reforma integral, de prometernos una alternativa a Trump, pero luego eligen a Biden y nada de eso sucede. Y ahora, por mucho que quiera que gane Kamala Harris, hay mucha complacencia con la derecha: ahora de repente son muy duros en inmigraci¨®n. Pero mientras no digas ¡°voy a disparar a los inmigrantes en la calle¡±, cualquier cosa parece razonable y pro inmigrante.
P. Incluso entre las comunidades latinas directamente afectadas por la ret¨®rica, no parece cuajar una narrativa verdaderamente pro inmigrante...
R. Creo que en parte se debe a que los latinos est¨¢n cansados de que se les defina por la inmigraci¨®n. Es un reflejo de esta asimilaci¨®n, de generaciones de personas que ahora tienen cada vez menos conexi¨®n con su pa¨ªs de origen. La gente se pregunta: ?qu¨¦ pasa con la econom¨ªa?, ?qu¨¦ pasa con el calentamiento global?, ?qu¨¦ pasa con todo esto? Otra parte del problema es que no est¨¢n haciendo un buen trabajo hablando con esa gente. Todos estamos hartos de las historias de fronteras, todos estamos hartos de las historias de migraci¨®n.
P. Usted mismo ha contado esas historias fronterizas, ?cu¨¢l es la mejor manera de contarlas?
R. Creo que es dif¨ªcil porque hay tantas por ah¨ª que estamos completamente saturados. No necesitamos otro libro sobre la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico. No necesitamos otro libro sobre la dif¨ªcil situaci¨®n de los migrantes, al menos no libros que sean la misma historia con diferentes personajes. As¨ª que el truco est¨¢ en contarlo de una forma nueva que haga pensar en ello de un modo interesante. Contar historias sobre personas que resulta que tambi¨¦n son migrantes. Las luchas que tienen o las experiencias que viven son mucho m¨¢s universales. As¨ª, alguien puede coger la historia y decir ¡°esta es una historia sobre la clase trabajadora¡±, ¡°esta es una historia sobre la impotencia¡±. Para m¨ª, centrarme en los contrabandistas fue algo as¨ª como, ¡°?qu¨¦ pasa si dedico el mismo tiempo y la misma energ¨ªa a contar las historias de estas personas a las que siempre se deshumaniza?¡±. Empezando por reconocer plenamente que se trata de seres humanos que no se definen totalmente por lo que hacen, sino que forman parte de este sistema mucho m¨¢s grande. La gente quiere una historia en blanco y negro. Y as¨ª es como se suelen presentar las historias de migraci¨®n: migrantes buenos, patrulla fronteriza mala, o al rev¨¦s. Para m¨ª, todo esto es gris.
P. En esa zona gris, ?qu¨¦ ha descubierto que tienen en com¨²n los inmigrantes indocumentados y los gu¨ªas o coyotes?
R. Existe la suposici¨®n de que los traficantes hacen cosas malas a la gente todo el tiempo. Pero si fuera as¨ª, dejar¨ªan de existir, ?no? La gente no piensa realmente en ellos como proveedores de servicios, que es, creo, lo que son. Puede que sea brutal, desagradable y caro, pero esas personas prestan un servicio y as¨ª es como se mantienen en el negocio. La otra idea equivocada es que las personas que hacen ese trabajo son, de alguna manera, ricos capos. En realidad, es como un negocio de mam¨¢ y pap¨¢. Yo dir¨ªa que la mayor¨ªa de ellos son migrantes fracasados, y est¨¢n en peor situaci¨®n que las personas a las que prestan sus servicios. Si habl¨¢ramos de la migraci¨®n indocumentada y de la industria del tr¨¢fico il¨ªcito y sus conexiones con todo tipo de econom¨ªas, creo que la gente entender¨ªa mejor que se trata de un negocio global. Est¨¢ impulsado por el capitalismo, por cosas como el cambio clim¨¢tico, por la inestabilidad pol¨ªtica. Quiero que el p¨²blico estadounidense se d¨¦ cuenta de que somos responsables de alimentar toda esta industria, y que vienen aqu¨ª para hacer que nuestra comida y todos estos servicios que usamos sean relativamente baratos.
P. ?Qu¨¦ ha visto sobre el terreno en las rutas migratorias?
R. El tr¨¢fico de migrantes hasta 2014 era bastante informal. Cuando todos estos ni?os centroamericanos, especialmente de Honduras, empezaron a aparecer en la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico, Estados Unidos le dijo a M¨¦xico que los detuviera. As¨ª que empiezan a frenar estos flujos, y entonces los c¨¢rteles se dan cuenta de que realmente pueden formalizar los impuestos que cobran. Ahora est¨¢n estos contrabandistas de bajo nivel que son migrantes fracasados, que tienen asociaciones con pandillas, pero que son completamente prescindibles. Encima, est¨¢n las bandas transnacionales como la MS 13, que controlan estas rutas de migrantes. Y luego tienen que pagar a diferentes c¨¢rteles que poseen estas diferentes plazas. Antes no hab¨ªa cuotas para los migrantes que cruzaban M¨¦xico hasta llegar a la frontera norte. Y ahora hay cuotas por todas partes. Es una se?al de que los c¨¢rteles entienden que es dinero f¨¢cil.
P. La deportaci¨®n masiva flota como una amenaza, ?qu¨¦ piensa de esta promesa central de Trump?
R. Si Trump es elegido e intentan esta medida, creo que, pol¨ªticamente, hay un mont¨®n de obst¨¢culos que se pueden poner. Pero tambi¨¦n poner a alguien en la Casa Blanca que quiere hacer cosas como esta, va a radicalizar a la izquierda de una manera que nunca hemos visto. No creo que la mitad del p¨²blico estadounidense vaya a quedarse de brazos cruzados viendo c¨®mo deportan a su familia, a sus vecinos, a sus amigos, a sus compa?eros de trabajo. No quiero que llegue necesariamente eso porque creo que viene acompa?ado de muchas otras cosas. Pero estamos a punto de ver hasta d¨®nde se puede empujar a la gente antes de que se oponga a estas incre¨ªbles injusticias.
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