¡®Separated¡¯, una advertencia del pasado y una hoja de ruta para el futuro migratorio de Estados Unidos
El documental dirigido por Errol Morris y basado en un libro del periodista Jacob Soboroff aborda la pol¨¦mica separaci¨®n de familias migrantes en el primer mandato de Donald Trump
Nunca debi¨® haber sucedido, pero quienes ten¨ªan el objetivo claro desde el principio encontraron la manera. La separaci¨®n de familias migrantes durante la primera presidencia de Donald Trump fue uno de los mayores esc¨¢ndalos de una administraci¨®n turbulenta en su esencia. Las im¨¢genes de cientos de ni?os, incluso beb¨¦s, hacinados en literales jaulas tras haber sido arrancados de sus madres y padres resultaron imposibles de digerir para el p¨²blico y el presidente finalmente firm¨® una orden ejecutiva para acabar con la pol¨ªtica. Es de las pocas veces en las que Trump ha claramente rectificado.
El documental Separated, dirigido por el reconocido cineasta Errol Morris, ganador del Oscar, y basado en un libro del periodista de NBC Jacob Soboroff se adentra en detalle en la secuencia de eventos y decisiones que cooptaron las instituciones y dieron forma a una pol¨ªtica descrita como cruel e intencional. Su estreno se dio en el festival de Venecia a finales de agosto, pero ha estado en pocos cines desde entonces, aunque s¨ª se emiti¨® exclusivamente el pasado s¨¢bado en MSNBC, en la televisi¨®n norteamericana. En una presentaci¨®n in¨¦dita en Ciudad de M¨¦xico esta semana, sin embargo, la pel¨ªcula vio la luz por primera vez debajo de la frontera, un momento importante para los realizadores dada la tem¨¢tica. La hora y media que dura el documental ¡ªque entremezcla entrevistas con algunos de los funcionarios que lucharon en contra de las separaciones y escenas de ficci¨®n que con sutileza muestran la traves¨ªa de una madre y un hijo desde Guatemala hasta su eventual divisi¨®n tras cruzar la frontera¡ª funciona como una advertencia desde el pasado reciente, pero tambi¨¦n como una escalofriante hoja de ruta para el futuro migratorio inmediato de Estados Unidos.
La memoria fue la primera motivaci¨®n de Soboroff, cuenta el periodista en una conversaci¨®n tras la proyecci¨®n de la pel¨ªcula. Demasiada gente se olvid¨® demasiado r¨¢pido de aquellas im¨¢genes desgarradoras, como si colectivamente sepultaran un trauma en el profundo hoyo de los recuerdos oscuros. Pero ahora, el contexto pol¨ªtico tras la victoria electoral de Donald Trump y su promesa central de llevar a cabo la mayor deportaci¨®n de la historia, ha convertido el ejercicio de memoria en un aviso. ¡°La deportaci¨®n es la separaci¨®n familiar bajo otro nombre, y no es separar ni?os de sus padres en la frontera, es apartar a los padres de sus hijos en el interior del pa¨ªs, en sus escuelas, en sus trabajos, en sus hogares. Y no estamos hablando de 5.500 esta vez [la estimaci¨®n m¨¢s alta de ni?os separados de sus padres en el primer mandato de Trump]. Estamos hablando de que hay 20 millones de personas que viven con un familiar indocumentado en su casa¡±, subraya Soboroff, que a pesar de todo mantiene la esperanza de que documentar detalladamente c¨®mo se fragu¨® esa operaci¨®n sirva para alertar y preparar a quienes se oponen a ella para luchar en contra.
La pel¨ªcula es forense en su presentaci¨®n de los hechos. Entrelazando recortes de noticias, con correos internos de numerosas agencias del Gobierno de Estados Unidos y entrevistas con algunos trabajadores cruciales en la operaci¨®n, aunque haya sido en contra de su voluntad, ver el documental se siente casi como estar presente en los argumentos de un abogado en un juicio. Y el testigo estrella es Jonathan White, que trabajaba para la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud y Servicios Humanos justo en aquel momento. Tras una exposici¨®n que demuestra c¨®mo se plane¨® secretamente la separaci¨®n de familias desde el inicio de la presidencia de Trump en 2017 con el objetivo expreso de disuadir a migrantes, White no deja lugar a dudas. ¡°Sucedi¨® meses antes de que hubiera una pol¨ªtica expresa. Y estaba pasando mientras mis propios jefes dec¨ªan que no¡±.
Una cuesti¨®n central de todo el esc¨¢ndalo fue la transparente crueldad de la pr¨¢ctica. Eso fue lo que caus¨® la indignaci¨®n de tanta gente, incluido el papa, que se pronunci¨® en su momento. Cuando decret¨® acabar con la operaci¨®n, Trump mismo admiti¨® que no le gust¨® como se ve¨ªa y como se sent¨ªan las separaciones, recuerda Soboroff. ¡°No dijo que estaba opuesto moralmente a las separaciones¡±. El momento en el que quien ahora est¨¢ camino de volver a la Casa Blanca firm¨® el fin de las separaciones de familias se muestra en el documental, y es dif¨ªcil no verlo como una persona firmando un documento en contra de su voluntad. A lo largo de la pel¨ªcula, como lo dice White, se deja claro que esa crueldad fue premeditada. La l¨®gica: no hay disuasi¨®n sin crueldad.
Y en medio de esa crueldad, banal, la calificar¨ªa Hannah Arendt, una mezcla de los funcionarios y polic¨ªas que solamente acatan ¨®rdenes y la satisfacci¨®n de quienes las dan pero mantienen sus manos limpias, unas cuantas voces se alzan como faros de esperanza. Una es la de Jonathan White, pura denuncia e indignaci¨®n por ser obligado a ir en contra de su conciencia y el cuidado de los ni?os desprotegidos, lo cual consideraba su responsabilidad ¨²ltima. Pero junto con ¨¦l, Jallyn Sualog, que tambi¨¦n trabajaba para la misma entidad, se presenta como otra hero¨ªna silenciosa en esta tragedia.
De acuerdo al documental, ella fue la primera en darse cuenta de lo que estaba pasando porque su oficina estaba recibiendo cada vez m¨¢s ni?os demasiado peque?os para estar cruzando la frontera sin adultos. La ¨²nica respuesta era que estaban siendo separados de sus familiares y entregados a su agencia en un proceso deliberadamente opaco. Comenz¨® a diligenciar una lista tan detallada como pudo ¨D¡°cu¨¢ndo le preguntas a un ni?o de tres a?os c¨®mo se llama su mam¨¢, te dice: ¡®mam¨¢¡¯¡±, expone sencillamente en un momento para ilustrar la dificultad de recuperar datos¡ª, la cual terminar¨ªa siendo determinante para poder reunificar a las familias.
A d¨ªa de hoy, unos 1.400 menores siguen siendo hu¨¦rfanos creados por el Estado. En algunos casos se ha perdido el rastro de los padres, en otros, han sido deportados. Incluso, dice Soboroff, puede que haya unos que s¨ª est¨¦n juntos, pero teman reportarlo y arriesgar ser expulsados del pa¨ªs. Nadie quiere repetir el trauma.
Y, sin embargo, cada d¨ªa que pasa una reedici¨®n de la pr¨¢ctica de separaci¨®n de familias se ve m¨¢s inevitable. Los arquitectos de la operaci¨®n han vuelto con sed de venganza y ocupar¨¢n puestos importantes dentro de la futura administraci¨®n de Trump. En particular, Stephen Miller, nombrado jefe adjunto de personal de pol¨ªtica de la Casa Blanca y asesor en materia de seguridad nacional, y Thomas Homan, el nuevo ¡°zar de la frontera¡±. Ocho a?os despu¨¦s, los protagonistas de la pol¨ªtica migratoria estadounidense son los mismos, solo que ahora tienen m¨¢s experiencia, han aprendido lecciones sobre el sistema y tienen m¨¢s poder que nunca despu¨¦s de que los republicanos se hayan asegurado mayor¨ªas en ambas c¨¢maras y tambi¨¦n tengan un Tribunal Supremo af¨ªn.
Una vez m¨¢s, las palabras de Jonathan White resumen todo y en este caso dan escalofr¨ªos. ¡°Si crees que los inmigrantes son una amenaza existencial a la forma de vida americana, y s¨ª creo que as¨ª es como algunas de estas personas piensan, entonces cuando has gastado todas las cosas ordinarias que permite la ley todo lo que queda, para esa gente para la cual cualquier cosa es posible, es hacer algo extraordinario en su crueldad. Y eso fue lo que sucedi¨® aqu¨ª¡±. La esperanza es que en el segundo mandato de Trump, aunque su poder y experiencia y tambi¨¦n la de su s¨¦quito haya aumentado, muchos m¨¢s Whites y Sualogs den un paso al frente y haya tantos o m¨¢s h¨¦roes que verdugos.
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