Incertidumbre y miedo en la cooperaci¨®n al desarrollo ante la congelaci¨®n de los fondos de USAID: ¡°Es una medida racista¡±
La orden del presidente Trump de frenar todos los programas de apoyo internacional ha dejado a miles de trabajadores en el limbo y a millones de beneficiarios en peligro
Mar¨ªa tuvo el lunes 90 minutos para cerrar cualquier pendiente en su trabajo antes de entrar en un periodo de incertidumbre y miedo. Envi¨® correos para que los miembros de su equipo pudieran volver a casa cuanto antes desde donde estaban desplegados, de India a Etiop¨ªa, envi¨® facturas y gastos a la ¨²nica persona que se quedar¨ªa activa proces¨¢ndolas, cerr¨® su cuenta de correo electr¨®nico y elimin¨® la app de la empresa de su tel¨¦fono. En menos de dos horas pas¨® a estar oficialmente de baja administrativa. No tiene claro cu¨¢nto va a durar as¨ª, ni cu¨¢nto le van a seguir pagando, si es que recibir¨¢ algo de su salario.
¡°Se siente completamente dirigido a esta industria. Se siente racista porque, b¨¢sicamente, estamos ayudando a gente morena, y es como si dijeran ¡®que se jodan¡¯¡±, afirma Mar¨ªa con la voz un poco rota a trav¨¦s de una videollamada, prefiere no usar su apellido por temor a represalias por parte de las autoridades. Hasta hace d¨ªas lideraba un equipo en una empresa de cooperaci¨®n internacional que depende casi por completo de la financiaci¨®n del Gobierno estadounidense para el desarrollo internacional. Esa financiaci¨®n ahora est¨¢ congelada por orden ejecutiva del presidente Donald Trump.
El efecto domin¨® que comenz¨® el d¨ªa de su toma de posesi¨®n con la pluma firmando el decreto que fren¨® pr¨¢cticamente todo el gasto en ayuda y apoyo global ¡ªen su mayor¨ªa administrado por la agencia USAID, con un presupuesto anual de 42.800 millones de d¨®lares¡ª ha desembocado r¨¢pidamente en el freno de iniciativas de todo tipo en todo el mundo. Desde la financiaci¨®n y abastecimiento de programas sanitarios que pr¨¢cticamente mantienen en pie los sistemas de salud en algunos lugares pobres y remotos del mundo, a otros que apoyan peque?as y medianas empresas, pasando por un sin fin de programas en medio.
Para millones de personas en el mundo en v¨ªas de desarrollo es cuesti¨®n de vida o muerte, como han denunciado ya voces dentro y fuera de Estados Unidos; en especial sobre el futuro del programa PEPFAR, que provee medicamentos antivirales para millones de pacientes de VIH y SIDA en todo el mundo y que seg¨²n el Departamento de Estado ha salvado la vida de 26 millones de personas desde su inicio en 2001. Y para una buena parte de la industria entera que lo hace posible y emplea a decenas de miles de personas en el pa¨ªs es un golpe posiblemente fulminante.
Las voces nerviosas ya se pod¨ªan o¨ªr el lunes 20 de enero, cuando entre un mar de decretos Trump firm¨® el que mandaba la pausa por 90 d¨ªas de ¡°la ayuda exterior al desarrollo para evaluar la eficacia program¨¢tica y la coherencia con la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos¡±. Es lo que dice Hanna, que tampoco quiere usar su nombre completo por miedo a repercusiones contra ella o su empresa. ¡°La orden ejecutiva era muy vaga. Todos nos estuvimos preguntando esos d¨ªas qu¨¦ iba a significar¡±, cuenta desde la zona de Washington esta empleada de una firma que trabaja con USAID para hacer extensivos estudios en el terreno sobre sanidad, principalmente en ?frica subsahariana.
Luego lleg¨® el viernes. Los contratistas que ejecutan con el dinero de USAID incontables programas alrededor del planeta recibieron comunicaciones que dec¨ªan que se frenar¨ªan todas las actividades financiadas por la agencia, aunque no se dec¨ªa cu¨¢ndo entrar¨ªa en vigor. El lunes, menos de 24 horas laborables despu¨¦s, lleg¨® la orden. Y con ella, el par¨®n s¨²bito de los programas en todo el mundo, las bajas administrativas, directrices de tomarse vacaciones pagadas y otras interpretaciones de la orden.
De acuerdo a la cadena CBS News, que habl¨® con varias fuentes an¨®nimas y pudo ver algunas comunicaciones oficiales, 60 trabajadores del personal directivo de USAID fueron dados de baja administrativa hasta nuevo aviso, mientras se terminaron los contratos de cientos de contratistas externos. Desde el lado personal, para Mar¨ªa, que ahora mismo est¨¢ de baja administrativa temporal, pero que no sabe si cobrar¨¢ o no a partir de febrero, la situaci¨®n es un tobog¨¢n que la devuelve al puesto de salida en su carrera. ¡°Es muy dif¨ªcil entrar a esta industria. A m¨ª me tom¨® 10 a?os, empec¨¦ este trabajo hace uno. Apliqu¨¦ a 476 puestos y el que consegu¨ª solo lo tengo por un a?o. Entonces no es tan f¨¢cil como decir ¡®voy a buscar otro trabajo¡¯. Yo hice un c¨¢lculo conservador basado en los alrededor de 2000 contratos que tiene USAID y la cantidad de empleados y consultores por cada uno, y significa que hay unas 160.000 personas sin trabajo que estaremos compitiendo por los mismos puestos¡±.
Hanna tampoco sabe realmente si est¨¢ empleada o no. Su empresa le mand¨® tomarse sus d¨ªas de vacaciones pagadas, pero al estar en principios de a?o eso son dos d¨ªas o tres. Despu¨¦s de eso no sabe nada m¨¢s, pero se imagina que la dar¨¢n de baja administrativa sin paga hasta nuevo aviso. Es otra forma de decir que cree que est¨¢ a punto de cruzar la puerta del desempleo.
Pero su frustraci¨®n principal proviene m¨¢s bien de la percepci¨®n de ser injustamente atacados por la Administraci¨®n Trump. ¡°Constantemente estamos siendo evaluados en nuestra efectividad, y que vengan ahora a decir que nos van a reevaluar y que detienen todo nuestro trabajo mientras tanto es muy frustrante. Nosotros medimos, por ejemplo, la prevalencia de malaria en algunos pa¨ªses y eso solo se puede hacer en ciertos tiempos lluviosos del a?o. Detener nuestro trabajo afecta toda la planeaci¨®n necesaria¡±. Para Hanna est¨¢ muy presente el hecho de que si su firma no puede hacer los estudios que hace, que tambi¨¦n incluyen otras enfermedades as¨ª como la prevalencia y calidad del cuidado materno y neonatal, no se podr¨¢n dise?ar pol¨ªticas p¨²blicas efectivas para atender importantes necesidades de salud en algunos de los sitios m¨¢s necesitados del mundo.
De hecho, es algo que el Secretario de Estado, Marco Rubio, ¨²ltimo responsable de los fondos de desarrollo internacional como jefe de las relaciones exteriores de Estados Unidos, admiti¨® t¨¢citamente cuando recul¨® el martes en la tarde y aplic¨® una excepci¨®n a la orden. En un comunicado interno del que ha reportado CBS News, Rubio declar¨® que la exenci¨®n se aplica a la ¡°asistencia humanitaria para salvar vidas¡±, que defini¨® como ¡°medicamentos para salvar vidas, servicios m¨¦dicos, alimentos, refugio y asistencia de subsistencia, as¨ª como suministros y costes administrativos razonables que sean necesarios para prestar dicha asistencia¡±. Sin embargo, la nueva exenci¨®n no se aplica a ¡°actividades que impliquen abortos, conferencias sobre planificaci¨®n familiar, programas de ideolog¨ªa de g¨¦nero o DEl, cirug¨ªas para transexuales u otro tipo de asistencia que no salve vidas¡±. No queda claro si algunos programas est¨¢n ahora autom¨¢ticamente exentos como resultado o si deben solicitar esa exenci¨®n para poder optar de nuevo a recibir financiaci¨®n estadounidense.
El decreto original declara una moratoria de 90 d¨ªas mientras se revisan y reeval¨²an los programas. Pero a pesar de ello y de la exenci¨®n de Rubio, entre los trabajadores de la cooperaci¨®n al desarrollo internacional, la sensaci¨®n ya es de derrota. A diferencia de la orden que paralizaba el desembolso para programas sociales dentro del pa¨ªs y que el presidente Trump se vio obligado a retirar ante la indignaci¨®n p¨²blica y una ola de demandas, la congelaci¨®n del apoyo al desarrollo internacional ha pasado ligeramente bajo del radar y s¨ª cabe dentro de sus poderes constitucionales.
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