Larry Diamond, soci¨®logo: ¡°Trump busca que todos se arrodillen ante su voluntad imperial¡±
El ritmo fren¨¦tico con el que el presidente lleva adelante la demolici¨®n del aparato de gobierno de Estados Unidos resulta dif¨ªcil de procesar incluso para alguien que, como el experto, conoce a fondo c¨®mo surgen y se arraigan las autocracias

Los malos vientos para la democracia comenzaron a soplar hace ya mucho tiempo. La mayor¨ªa de los Gobiernos democr¨¢ticos a¨²n celebraba la globalizaci¨®n post Guerra Fr¨ªa y Estados Unidos se propon¨ªa democratizar el Medio Oriente empezando por Irak, as¨ª fuera con una guerra sin justificaci¨®n. Larry Diamond (Los ?ngeles, 73 a?os), soci¨®logo de Stanford University y experto en autoritarismo, fue uno de los pocos en percatarse de que alrededor del mundo hab¨ªa surgido una nueva camada de l¨ªderes populistas como Hugo Ch¨¢vez, Viktor Orb¨¢n ¡ªy hasta cierto punto Vlad¨ªmir Putin¡ª que empleaban m¨¦todos democr¨¢ticos para socavar la democracia amasando un enorme poder a trav¨¦s del Ejecutivo. La llamada autocracia electoral no era un fen¨®meno aislado ni caracterizado por casos inconexos. Hab¨ªa entre esos casos un patr¨®n de estrategias y denominadores comunes iliberales que Diamond defini¨® como ¡°el programa de 12 pasos del aut¨®crata¡±. Es m¨¢s: estaba en marcha un retroceso democr¨¢tico global.
El asunto se debat¨ªa con pasi¨®n entre acad¨¦micos que hablaban de reg¨ªmenes h¨ªbridos y autoritarismo competitivo. Pero mientras el virus autoritario no hab¨ªa contagiado a las grandes democracias de Occidente, pocos lo tomaban demasiado en serio. Entonces Donald Trump lleg¨® al poder en la naci¨®n m¨¢s poderosa econ¨®mica, tecnol¨®gica y militarmente. Diamond tambi¨¦n avist¨® lo que Trump significaba para las instituciones democr¨¢ticas estadounidenses. En 2019, cuando el magnate ten¨ªa a¨²n probabilidades de ganar las elecciones de 2020, advirti¨® de que un segundo mandato suyo podr¨ªa ser m¨¢s extremo y da?ino para la democracia. Eso fue un a?o y medio antes del asalto de las huestes MAGA al Congreso el 6 de enero de 2021.
Ahora, un mes despu¨¦s del regreso de Trump a la Casa Blanca, el ritmo fren¨¦tico con el que el presidente y su equipo llevan adelante la demolici¨®n del aparato de gobierno de su pa¨ªs resulta dif¨ªcil de procesar incluso para alguien que, como Diamond, conoce a fondo c¨®mo surgen y se arraigan las autocracias.
El soci¨®logo abre la puerta de su casa, en un vecindario tranquilo y boscoso cerca de Stanford University, en California, donde trabaja desde hace d¨¦cadas. Toma asiento en un sof¨¢ frente a un amplio ventanal y espera las preguntas. No hay tiempo para protocolos y f¨®rmulas de cortes¨ªa. La democracia alrededor del mundo est¨¢ en peligro y sus enemigos son muy poderosos.
Pregunta. Desde el regreso de Trump ha surgido una intensa preocupaci¨®n por la democracia en Estados Unidos. Paul Krugman habla de un autogolpe; otros dicen que Estados Unidos se est¨¢ latinoamericanizando, lo que equivale a ir directamente hacia el autoritarismo. En el libro Ill Winds (Malos vientos), advirti¨® sobre el deterioro de la democracia en este pa¨ªs. ?Qu¨¦ impacto puede tener Trump? ?Le preocupa lo que est¨¢ ocurriendo?
Respuesta. Estoy muy preocupado. Ya hemos entrado en las primeras etapas de una crisis constitucional que, con certeza, empeorar¨¢. Trump aspira a ser un gobernante autoritario, a desmantelar los pesos y contrapesos, a debilitar e intimidar psicol¨®gicamente a la oposici¨®n y sus cr¨ªticos, y a dominar el panorama pol¨ªtico de la misma manera en que lo hace Orb¨¢n en Hungr¨ªa, Erdogan en Turqu¨ªa y Modi en la India. Tal vez no haya un paralelo inmediato en Am¨¦rica Latina que sea exacto. No ser¨¢ como Bukele, que tiene un 80% de aprobaci¨®n. Trump ya est¨¢ en un punto en el que m¨¢s personas en este pa¨ªs desaprueban su presidencia de las que la aprueban. Pero seguir¨¢ adelante e intentar¨¢ vaciar las instituciones democr¨¢ticas. Es un camino peligroso.
P. Dice que la democracia se est¨¢ vaciando.
R. No creo que ya est¨¦ vac¨ªa, pero es notable la velocidad con la que Trump se est¨¢ moviendo para tratar de establecer un poder presidencial absoluto y reducir o incluso eliminar agencias autorizadas por el Congreso, algo que no tiene autoridad para hacer seg¨²n la Constituci¨®n. As¨ª que est¨¢ violando la ley, las normas y los procedimientos democr¨¢ticos. Los tribunales han emitido medidas cautelares, y en ciertos casos ¨¦l las est¨¢ ignorando. Han fallado que no puede suspender los fondos para la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundaci¨®n Nacional para la Democracia (NED), pero lo est¨¢ haciendo de todos modos.
P. ?Ha llegado el fascismo a Estados Unidos o est¨¢ en camino?
R. Hay que tener mucho cuidado al usar la palabra fascismo. Es un fen¨®meno hist¨®rico y pol¨ªtico muy espec¨ªfico, con una serie de componentes distintivos. Si vamos a preguntar si Trump es un fascista o si Estados Unidos est¨¢ entrando en una era fascista, es muy importante ser rigurosos y anal¨ªticos. En este momento, estamos en las primeras etapas de un proyecto autoritario deliberado y una deriva autoritaria profundamente alarmante. Si usamos la palabra fascismo ahora como la m¨¢xima alarma, ?qu¨¦ palabra nos quedar¨¢ cuando empiece a arrestar personas y a crear prisioneros pol¨ªticos? Voy a usar fascismo como un adjetivo. A los fascistas les gustan las organizaciones privadas y violentas, como los Proud Boys, los Oath Keepers y otras redes cuyo nombre quiz¨¢ ni siquiera conocemos, pero que participaron en el ataque ilegal e inconstitucional contra nuestro proceso democr¨¢tico el 6 de enero de 2021. Si estos grupos se vuelven m¨¢s evidentes, violentos e intimidantes, envalentonados por los indultos de Trump a los criminales del 6 de enero, ?qu¨¦ palabra usaremos si ya hemos usado fascista? Hay elementos de fascismo en la ideolog¨ªa, la organizaci¨®n, la mentalidad y la aspiraci¨®n del movimiento MAGA. Pero si simplemente usamos la etiqueta fascista, puede volverse un reflejo autom¨¢tico, ahist¨®rico, impreciso y polarizante de manera innecesaria. La derecha pol¨ªtica lo percibe como un t¨¦rmino de ataque, como un c¨®digo negativo que usa la izquierda. As¨ª que debemos ser cuidadosos.

P. ?C¨®mo se expandi¨® la ola autoritaria hasta alcanzar a Estados Unidos?
R. Estamos en una recesi¨®n democr¨¢tica desde 2006. Ese a?o cambi¨® la tendencia que hab¨ªa existido desde el fin de la Guerra Fr¨ªa en 1990 hasta 2005, cuando m¨¢s pa¨ªses ganaban en libertad de los que la perd¨ªan cada a?o. Durante estos 19 a?os, hemos visto un patr¨®n cl¨¢sico de erosi¨®n democr¨¢tica. Un presidente es elegido leg¨ªtimamente en elecciones libres y justas, pero casi siempre considera que el poder que la Constituci¨®n le confiere, con sus l¨ªmites y contrapesos, no es suficiente. Entonces comienza un proceso de eliminaci¨®n de actores independientes en la sociedad. Este guion autoritario se desarroll¨® durante a?os en Venezuela con Ch¨¢vez y r¨¢pidamente en El Salvador con Bukele. Bolsonaro intent¨® llevarlo a cabo en Brasil, pero no ten¨ªa la mayor¨ªa en el Congreso ni el apoyo del electorado. En mi libro Ill Winds (Malos vientos), lo llamo ¡°el programa de 12 pasos del aut¨®crata¡±. Trump est¨¢ siguiendo ese programa. Lo intent¨® en su primer mandato, pero los contrapesos eran demasiado fuertes. Su derrota electoral en 2020 estuvo muy cerca de acabar con el proceso democr¨¢tico pero fracas¨®. Ahora ha sido reelegido y lo est¨¢ retomando donde lo dej¨®.
P. El ritmo es lo que impresiona; Trump est¨¢ acelerando el proceso autoritario.
R. Se est¨¢ moviendo muy r¨¢pidamente. Ahora tienen un proyecto mucho m¨¢s ideol¨®gico que la ¨²ltima vez. Se llama la Teor¨ªa del Ejecutivo Unitario, que tambi¨¦n podr¨ªa etiquetarse como la teor¨ªa de la presidencia imperial. Establece que el presidente puede hacer lo que quiera, que posee y controla todo el Gobierno federal, que no puede haber y no debe haber actores y comisiones independientes en la burocracia; que todos en el aparato administrativo, que ¨¦l detesta, le deben absoluta lealtad personal y pol¨ªtica. Se han involucrado en una intimidaci¨®n demoledora tras bastidores y p¨²blica de los republicanos del Congreso para que confirmen a todos los nominados de Trump y se arrodillen ante su voluntad imperial. Est¨¢n entrando a saco en el Gobierno y tomando el control a trav¨¦s del mecanismo irregular de Elon Musk y sus camisas pardas tecnocr¨¢ticas, el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), aunque no ha sido autorizado por el Congreso. Entran en las computadoras y hacen lo que quieren sin autoridad estatutaria real para hacerlo. Saben que deben actuar decisivamente, intimidantemente, sin restricciones, sin vacilaci¨®n, sin respetar a los tribunales, despreciando al Congreso y sin preocuparse por la opini¨®n p¨²blica. De nuevo, voy a usar la palabra fascismo anal¨ªticamente. El Gobierno de Trump tiene elementos fascistas en t¨¦rminos de la deificaci¨®n del l¨ªder como un ser todopoderoso e infalible, en la movilizaci¨®n de un escuadr¨®n irregular de creyentes fervorosos para hacer la voluntad del l¨ªder, en la intimidaci¨®n de actores independientes o semiindependientes que podr¨ªan ejercer controles y equilibrios. Es muy importante entender ahora c¨®mo Trump est¨¢ desactivando a los republicanos en el Senado. Hablo de las amenazas de muerte que est¨¢n recibiendo los miembros del Congreso y que han estado aumentando durante los ¨²ltimos dos a?os.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Algunos republicanos en el Congreso y algunos funcionarios electorales est¨¢n preocupados por su seguridad f¨ªsica. No entiendes el fascismo si no entiendes el papel de la amenaza de violencia f¨ªsica para intimidar a las personas e inutilizar su resistencia. Trump ha retirado la protecci¨®n del Servicio Secreto para aquellos que lo cuestionaron en su Gobierno anterior. Manda una advertencia, como un capo mafioso.
P. No se habla demasiado de la Teor¨ªa del Ejecutivo Unitario.
R. Googlea las palabras ¡°teor¨ªa del ejecutivo unitario¡± y luego busca los escritos de Russell Vought, que ahora es el director de la Oficina de Gesti¨®n y Presupuesto. Tanto entre los militantes de MAGA como entre el mundo intelectual alrededor de Trump, que incluye a algunos conservadores religiosos y nacionalistas cristianos, existe la teor¨ªa de que necesitamos un l¨ªder fuerte para sacarnos de la podredumbre moral en la que estamos, restaurar nuestras virtudes morales, y purgar al Gobierno de sus elementos woke. Barre con el Art¨ªculo Uno de la Constituci¨®n y con el papel del Congreso para elevar al presidente como el ¨²nico actor leg¨ªtimo y director del poder ejecutivo.
P. Eso ocurri¨® en Venezuela bajo una ideolog¨ªa diferente.
R. Sea de derecha o izquierda, si esa visi¨®n exalta a un presidente electo por encima de cualquier escrutinio o responsabilidad, se puede llamar una versi¨®n iliberal de la democracia. Como vimos en Venezuela, en Hungr¨ªa, en Turqu¨ªa, en Rusia al principio de Putin, pronto ese Gobierno no ser¨¢ una democracia iliberal, sino un autoritarismo iliberal con una mera fachada de sistema multipartidista competitivo.

P. Dice que el Partido Republicano ha sido sometido.
R. Trump es due?o del Partido Republicano. Lo tiene bajo su control total. Fue una toma hostil, un golpe desde afuera, porque ¨¦l era un extra?o, no ten¨ªa una asociaci¨®n con los republicanos hasta que decidi¨® postularse. Pero eso ya ocurri¨® hace mucho tiempo. El control del Congreso es m¨¢s complicado. Mike Johnson, reelegido como presidente de la C¨¢mara de Representantes, es un servidor leal de Trump, aunque ha mostrado cierto pragmatismo. Controlar el Senado es m¨¢s complicado. Trump quer¨ªa tener un sirviente igualmente leal como l¨ªder de la mayor¨ªa en el Senado, una posici¨®n extremadamente poderosa. Pero afortunadamente, esa elecci¨®n ocurre por voto secreto. Rick Scott, el hombre de Trump, termin¨® en un muy distante tercer lugar con solo 13 de los 53 senadores a favor. Eso dice algo sobre c¨®mo se sienten realmente los senadores en privado. Fue electo el senador John Thune de Dakota del Sur, el hombre que era m¨¢s institucionalista y m¨¢s reacio a ceder demasiado a Trump. Thune ahora est¨¢ viviendo en un mundo donde no siente que pueda realmente hablar.
P. Los multimillonarios y tecn¨®logos de Silicon Valley est¨¢n cooperando en el desmantelamiento del aparato gubernamental estadounidense. ?Por qu¨¦ est¨¢ pasando eso?
R. En primer lugar, Silicon Valley no es monol¨ªtico. Algunos l¨ªderes prominentes en Silicon Valley, como Marc Andreessen, un capitalista de riesgo muy influyente, apoyaron a Trump en la elecci¨®n y otros se subieron al tren una vez que fue elegido. ?Qu¨¦ provoc¨® el cambio filos¨®fico de muchos multimillonarios de Silicon Valley y otros ejecutivos que abandonaron al Partido Dem¨®crata o se movieron a la derecha? En parte, ha sido una reacci¨®n contra la agenda woke, que percibieron como extremismo e intolerancia de la izquierda; una agenda ideol¨®gica que parec¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de las palabras diversidad, equidad e inclusi¨®n hacia una agenda filos¨®fica m¨¢s amplia y militante, a la que todos ten¨ªan que someterse. Aunque la mayor¨ªa de estos ejecutivos tienen puntos socialmente muy liberales, esto no les gusta. Tambi¨¦n reaccionan a lo que consideran recortes en su libertad personal y corporativa. As¨ª que se dieron la vuelta. Dijeron: ¡°?qu¨¦ demonios? La izquierda ha enloquecido con la agenda woke. Estamos cansados de este frenes¨ª progresista. Trump va a bajar los impuestos, habr¨¢ menos regulaci¨®n. No har¨¢ tanto da?o¡±. Ahora, algunos se estar¨¢n preguntando: ¡°?Dios m¨ªo, qu¨¦ hicimos!¡±.
P. ?A Trump lo mueve principalmente su ego o existe un plan ideol¨®gico?
R. Trump quiere poder, estatus y riqueza, los tres elementos de la estratificaci¨®n social. ?En qu¨¦ orden los prioriza? Me resulta dif¨ªcil saberlo. Durante mucho tiempo en su carrera, el poder pol¨ªtico era solo algo que so?aba. Lo que buscaba era riqueza y estatus social, incluida la celebridad que obtuvo de un exitoso programa de televisi¨®n, The Apprentice. Ahora quiere el poder absoluto. No quiere que se le controle ni que se le escrute. No debemos olvidar que una de las primeras cosas que hizo cuando asumi¨® el cargo fue despedir a todos los inspectores generales de una amplia variedad de agencias y departamentos del gabinete. Estos son los guardianes contra la corrupci¨®n, los llamados monitores del desperdicio, fraude y abuso en cada agencia gubernamental. Trump quiere total libertad para convertir el poder en m¨¢s riqueza para s¨ª mismo. Musk lo est¨¢ haciendo tambi¨¦n al capturar todos estos datos que est¨¢ recopilando para tener un poder sin restricciones. Esto deber¨ªa alarmar no solo a los estadounidenses, sino a cualquiera cuyos datos puedan ser capturados por Musk, o que haya hecho negocios o compartido secretos con el Gobierno de Estados Unidos.
P. Ha utilizado la palabra ¡°emperador¡± varias veces. ?Cree que el objetivo final es convertirse en un C¨¦sar?
R. No creo que Trump pueda convertirse en emperador. Me preocupa el futuro de la democracia estadounidense, pero no me preocupa que tengamos un Mussolini como presidente de por vida o algo as¨ª, Il Duce en el sentido literal. Creo que va a hacer tanto da?o a la econom¨ªa estadounidense y a la econom¨ªa mundial y a nuestro sistema de gobierno que ¨¦l y todo su proyecto ser¨¢n derrotados en cuatro a?os. Pero, ?recuerdas esa entrevista en la que dijo, ¡°solo quiero ser dictador por un d¨ªa¡±? No creo que estuviera siendo honesto. ?l quiere ser dictador por cuatro a?os, y le encantar¨ªa seguir despu¨¦s de eso. Pero no creo que lo logre. Puede salirse con la suya durante los pr¨®ximos tres a?os y 11 meses, pero no puede eliminar la Constituci¨®n. No hay la menor posibilidad de que se adopte cualquier cambio que quiera hacer en la Constituci¨®n. Su proyecto a largo plazo enfrenta muchos desaf¨ªos. Pero a corto plazo, podr¨ªa hacer mucho da?o.
P. ?Musk va a perdurar, incluso aunque est¨¦ eclipsando a Trump de diferentes formas?
R. Todos anticipaban una ruptura en el bromance entre Musk y Trump, pero eso no ha sucedido. Estamos en un terreno psicol¨®gico imprevisto, donde Trump casi juega el papel de n¨²mero dos ante Musk. Trump lo admira: su destreza tecnol¨®gica, su riqueza, su personalidad. No hago ninguna predicci¨®n sobre cu¨¢nto durar¨¢ esto o a d¨®nde llevar¨¢. Lo ¨²nico que puedo decir es que se volver¨¢ cada vez m¨¢s peligroso mientras Musk sea el agente de esta destrucci¨®n democr¨¢tica.

P. ?Estamos siendo testigos del ocaso de la democracia liberal que caracteriz¨® al orden mundial posterior a la guerra?
R. Lo que me preocupa es que las ideolog¨ªas pol¨ªticas, los estilos pol¨ªticos y los cambios pol¨ªticos tienen una dimensi¨®n viral. Samuel Huntington, en su libro La tercera ola: democratizaci¨®n a fines del siglo XX, lo llam¨® efectos de difusi¨®n y demostraci¨®n. Ves a alguien actuando como un hombre fuerte y eliminando a las bandas criminales depredadoras en El Salvador, lo que lo convierte en una figura bastante popular. Ves a un hombre fuerte tomando control y atropellando a la oposici¨®n, expulsando a los inmigrantes de su pa¨ªs y enfrent¨¢ndose a las tendencias woke, que muchos de los que se aferran a la tradici¨®n ven como una perversi¨®n de sus tradiciones y creencias. Esto tiene su atractivo. Si el hombre fuerte tiene ¨¦xito econ¨®micamente, alcanzar¨¢ una tremenda capacidad de difusi¨®n, lo cual no creo que ocurra aqu¨ª. Pero mira lo que est¨¢ pasando en Europa ahora mismo. Despu¨¦s de las elecciones en Alemania, el partido Alternativa para Alemania ampli¨® sus esca?os en el Parlamento. Marine Le Pen tiene un 50% de posibilidades de ser elegida presidenta de Francia. Dentro de cuatro a?os, Nigel Farage podr¨ªa convertirse en primer ministro del Reino Unido con la posibilidad real de que su Partido Reformista reemplace a los conservadores como el principal partido de la derecha. Estamos empezando a ver una fuerte propagaci¨®n de esta mentalidad autoritaria de derecha: Austria, los Pa¨ªses Bajos, Giorgia Meloni ya es primera ministra de Italia. Y la democracia m¨¢s poderosa, rica y exitosa tambi¨¦n est¨¢ movi¨¦ndose en esta direcci¨®n autoritaria, de hombre fuerte e illiberal, nuevamente con algunos elementos crecientes que muestran similitudes con el fascismo europeo.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en Brasil dentro de dos a?os? Lula tiene un bajo nivel de aprobaci¨®n.
R. Lula tiene n¨²meros bajos. Es viejo. Es ineficaz, francamente. ?Qu¨¦ pasa si Bolsonaro regresa? ?O una figura parecida a ¨¦l? Hay que empezar a preocuparse. El sistema de partidos ha implosionado en Per¨² y hay mucha insatisfacci¨®n con el gobierno actual. Estamos en una situaci¨®n extremadamente fluida, tanto ideol¨®gicamente como en t¨¦rminos del compromiso con los valores democr¨¢ticos y las instituciones. Este es el tema principal: los dem¨®cratas del mundo tendr¨¢n que luchar para defender sus valores, sus constituciones y los l¨ªmites del comportamiento pol¨ªtico leg¨ªtimo.
P. ?Qu¨¦ contrapeso pueden ejercer las democracias que a¨²n se mantienen en pie para contrarrestar esta tendencia autoritaria?
R. En primer lugar, deben preservar la calidad de su propia democracia. No podemos permitirnos m¨¢s retrocesos democr¨¢ticos. Lo segundo es qu¨¦ se puede hacer colectivamente. Hay dos elementos: uno regional y otro global. Europa debe estar muy vigilante a trav¨¦s de los mecanismos de la Uni¨®n Europea sobre lo que est¨¢ sucediendo y sobre los signos de capitalismo de amiguetes y el abuso de las normas democr¨¢ticas. Hungr¨ªa deber¨ªa haber sido penalizada por sus desviaciones mucho antes. Hay otras tendencias preocupantes en la vieja y nueva Europa. Recientemente, hubo un intento de los rusos de manipular las redes sociales en Rumania para elegir a un populista de derecha pro ruso. La UE debe apoyar la democracia rumana. La Organizaci¨®n de Estados Americanos le fall¨® al pueblo de Venezuela despu¨¦s de que se demostr¨® que la oposici¨®n gan¨® las elecciones presidenciales el 28 de julio con dos tercios del voto.
P. ?Se puede aplicar al autoritarismo una ingenier¨ªa en reversa?
R. Conocemos cu¨¢l es el manual autoritario, y ahora tenemos varios ejemplos de c¨®mo contrarrestarlo. La manera m¨¢s eficiente para terminar con un r¨¦gimen autoritario competitivo es a trav¨¦s de una elecci¨®n. Sabemos qu¨¦ es necesario para que la oposici¨®n prevalezca. Primero tienes que unirla detr¨¢s de un solo candidato presidencial. Segundo, necesitas un programa que vaya m¨¢s all¨¢ de defender la democracia. Los votantes preguntar¨¢n por su vida, sus ingresos, su trabajo, sus perspectivas, la seguridad en las calles. Tienes que mostrar por qu¨¦ la corrupci¨®n del gobernante autoritario ha da?ado sus intereses materiales. Tercero, necesitas un candidato y una campa?a vibrante. No puedes ser aburrido. Tienes que ganar. Y cuarto, hay que recuperar la bandera y lo que significa ser patriota, no dejar que los aut¨®cratas monopolicen el patriotismo, porque lo que est¨¢n haciendo es profundamente antipatri¨®tico.
P. Si tuviera el o¨ªdo de l¨ªderes como Macron, Lula, Boric, todos asediados por la extrema derecha, ?qu¨¦ consejo les dar¨ªa?
R. Primero, gobernar desde el centro y construir una coalici¨®n amplia. Segundo, escuchar a la gente y sus preocupaciones reales sobre inmigraci¨®n, empleos y pol¨ªticas sociales. Si las democracias no encuentran formas de controlar sus fronteras, la derecha populista ganar¨¢. Tienen que ser flexibles, adaptables y humildes.Hay que recuperar a la clase trabajadora revaloriz¨¢ndola como miembros de la sociedad. Todas estas sociedades experimentan ahora una divisi¨®n entre personas con y sin educaci¨®n universitaria, entre quienes trabajan con sus mentes y quienes trabajan con sus manos. Esto es extremadamente prominente ahora en la pol¨ªtica estadounidense. La vieja divisi¨®n entre las clases trabajadora y la ¨¦lite ha dado un vuelco: necesitamos recuperar a las clases trabajadoras para la democracia y la justicia econ¨®mica. Estados Unidos no ser¨¢ por unos a?os el principal defensor de la democracia pero no somos la ¨²nica democracia liberal en el mundo. Hay fuerza pol¨ªtica y econ¨®mica en otras democracias liberales en Asia, Europa y Am¨¦rica Latina. Y necesitan dar un paso al frente y asumir un liderazgo alternativo.
P. ?D¨®nde encuentra esperanza?
R. Estos proyectos autoritarios pueden revertirse, como en Brasil. Venezuela podr¨ªa haberse librado de Maduro si el mundo hubiera respaldado a Mar¨ªa Corina Machado y Edmundo Gonz¨¢lez. El coraje de Venezuela me da esperanza, igual que la resistencia de Ucrania y el activismo en Estados Unidos. Trump baj¨® en aprobaci¨®n un mes despu¨¦s de iniciar su presidencia. Esto no es popular y va a implosionar cuando su fracaso se haga evidente y la oposici¨®n se una. Estamos enfrentando una circunstancia aleccionadora, pero tengo confianza en que vamos a derrotar este proyecto autoritario.
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