Magnus Carlsen logra su quinta corona mundial de ajedrez

Magnus Carlsen sigue siendo el rey invicto tras batir en Dub¨¢i por 7,5-3,5 (cuatro victorias y siete tablas) a un aspirante infiel a s¨ª mismo, el ruso Ian Niep¨®mniashi, quien volvi¨® a cometer otro error impropio de su gran clase en la 11? partida, como si desease no jugar m¨¢s (el duelo era al mejor de 14). El noruego, campe¨®n desde 2013 y n¨²mero uno desde 2010, cobrar¨¢ 1,2 millones de euros por su 5? corona, que deber¨¢ poner en juego a primeros de 2023.

¡°Niepo no soporta la perspectiva de volver a jugar ma?ana, quiere que esto acabe de una vez¡±, dijo el neerland¨¦s Anish Giri, sexto del mundo, comentarista en directo para Chess24, cuando vio la jugada 23 del ruso. Quiz¨¢ fuera algo subconsciente, pero es sin duda cierto que Niep¨®mniashi, quinto del mundo, nunca opta por un lance as¨ª cuando est¨¢ en forma.

Carlsen aprovech¨® la oportunidad de inmediato para lograr una posici¨®n ganadora. Pero en lugar de obcecarse con rematar de manera muy brillante, eligi¨® el riesgo cero: cort¨® las alas de su v¨ªctima (evitando todo contrajuego) y llev¨® la lucha a un final t¨¦cnico muy f¨¢cil para ¨¦l. El aspirante se rindi¨® en la 49? con un apret¨®n de manos, y se qued¨® un minuto en la mesa hablando con su rival, mientras el p¨²blico estallaba en aplausos y gritos, sobre todo por parte de los noruegos.

Cien a?os despu¨¦s de que el cubano Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca derrotase tambi¨¦n por cuatro puntos (pero en 14 partidas) al alem¨¢n Emanuel Lasker en La Habana, Carlsen consolida su nombre entre los m¨¢s grandes de los 15 siglos de historia documentada del ajedrez, aunque la lista de campeones del mundo oficiosos empieza en el XVI con el espa?ol Ruy L¨®pez de Segura. Sin embargo, sus haza?as a¨²n quedan muy por debajo de la mayor de Gari Kasp¨¢rov, quien presidi¨® la lista mundial durante 20 a?os seguidos (1985-2005).

Este Mundial es uno de los m¨¢s extra?os y negativamente sorprendentes de la historia. Niep¨®mniashi, quien cobrar¨¢ 0,8 millones de euros, dispon¨ªa del arma que m¨¢s puede molestar a Carlsen: la capacidad de convertir cada partida en un l¨ªo tremendo, donde la probabilidad de que el escandinavo cometa un error es bastante mayor que en las posiciones muy t¨¦cnicas. Es verdad que esa estrategia implicar¨ªa un enorme riesgo, pero ninguno de los expertos consultados por este peri¨®dico ve otra manera de que Niep¨®mniashi pueda batir en un duelo a Carlsen si este rinde cerca de su m¨¢ximo nivel.

Pero todo ocurri¨® al rev¨¦s. El escandinavo fue el ¨²nico que arriesg¨® en los cinco primeros asaltos, que terminaron en tablas. Y m¨¢s a¨²n en el sexto, sali¨¦ndose desde la apertura de los caminos trillados. Fue la partida m¨¢s larga de la historia de los Mundiales y acab¨® con su victoria en casi ocho horas y 136 movimientos. M¨¢s importante a¨²n: ese golpe destroz¨® la estabilidad psicol¨®gica del ruso, incapaz de arriesgar en la siguiente con blancas: volvi¨® a perder la 8? y la 10? tras sendos errores de grueso calibre.

Y se inmol¨® en la 11?. Solo ¨¦l (o alguno de sus ayudantes) podr¨¢ explicar por qu¨¦ crey¨® que traicionar su propio estilo natural (agresivo y creativo) era lo mejor para destronar a Carlsen. El ruso dio una pobre impresi¨®n este viernes: necesitaba ganar a toda costa con las piezas blancas, pero eligi¨® un tipo de lucha plana, sosa, t¨¦cnica, donde ganar al noruego roza lo imposible. Y al ver que as¨ª no lograba ventaja alguna, opt¨® por el suicidio.

En los primeros testimonios a las televisiones que le esperaban tras el escenario, el pentacampe¨®n meti¨® el dedo directamente en la llaga: ¡°Estoy particularmente orgulloso de mi victoria en la sexta partida, que desnivel¨® la lucha por completo. Mi rival ya no fue el mismo despu¨¦s de eso¡±.

En 1921, Lasker tuvo un gesto muy hermoso tras su derrota ante Capablanca. Se fue al borde del escenario y, mirando al p¨²blico, pidi¨®: ¡°?Tres hurras por el campe¨®n!¡±. Niep¨®mniashi no lleg¨® a tanto, pero es cierto que su actitud tras las cuatro derrotas ha sido tambi¨¦n ejemplar, compareciendo siempre de buenos modos ante la prensa y respondiendo a todas las preguntas. Su an¨¢lisis final fue contundente y profundo: ¡°En este duelo he cometido errores que no suelo cometer en partidas rel¨¢mpago [cinco minutos por jugador]. Es verdad que para aprender de la experiencia tienes que sufrir. Pero esta ha sido demasiado dura, aunque conf¨ªo en recuperarme y aplicar lo aprendido¡±.

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